La primera viceministra de Suecia, Åsa Romson, no pudo evitar llorar luego de anunciar que la política de “puertas abiertas” para los refugiados está por llegar a su fin.
El país nórdico tiene una larga historia de ser uno de los países más acogedores para los refugiados.
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Sin embargo, el gobierno ha reconocido que necesita un “respiro” de los cientos de refugiados que llegan al territorio buscando asilo. Por esa razón anunció medidas severas para disuadir a los solicitantes.
«Esta es una decisión terrible», dijo Romson, además de que aseguró que estó hará las cosas más difíciles para los refugiados.
Por su parte, el ministro Stefan Löfven señaló que la mayoría de los refugiados recibirían permisos de residencia temporales a partir de abril, además de que se aumentarán los controles de identidad.
«Estamos adaptando la legislación sueca temporalmente para que las personas opten por buscar asilo en otros países”, declaró Löfven en conferencia de prensa, informó “The Guardian”.