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Todo listo en Cuba para iniciar un diálogo diplomático de alto nivel con EE.UU.

La Habana, 20 ene (EFE).- Cuba está lista para recibir mañana a la delegación estadounidense de más alto rango que visita la isla desde hace décadas, unos encuentros que servirán para trazar la agenda que guiará la normalización de sus relaciones, con la apertura de embajadas como uno de los asuntos prioritarios.

La maquinaria diplomática de ambos países está en marcha para iniciar mañana las negociaciones que encabezarán dos mujeres: por el lado cubano, la directora general de EE.UU. del Ministerio de Relaciones Exteriores, Josefina Vidal; y por el norteamericano la secretaria de Estado de EE.UU para Latinoamérica, Roberta Jacobson.

Las conversaciones, que se prolongarán dos días, se centrarán la jornada del miércoles en el diálogo migratorio, una cita que ya estaba prevista desde hacía meses; mientras que el jueves abordarán asuntos relacionados con el reinicio de los lazos diplomáticos, rotos en 1961.

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Uno de los temas centrales de estas conversaciones será la reapertura de legaciones, «las cuestiones técnicas y logísticas para iniciar las operaciones de la embajada, su personal y la tramitación de visados», señala hoy una nota del Departamento de Estado sobre la visita de Jacobson, que llegará a la isla este miércoles a medio día.

Concretamente, en esta discusión Estados Unidos quiere tratar la eliminación de los límites al personal diplomático estadounidense, las restricciones al movimiento de miembros de la misión y las dificultades para recibir envíos del exterior, adelantaron el pasado lunes funcionarios del Departamento de Estado.

El actual edificio de la Sección de Intereses de EE.UU en La Habana albergará la futura embajada, una construcción de seis pisos inaugurada en 1953, custodiada por policías cubanos e instalada oficialmente en «territorio suizo», pero a 150 kilómetros de las costas de Florida (EE.UU.).

En el edificio, cerrado en 1961 con la ruptura de relaciones diplomáticas entre ambos países y reabierto en 1977 cuando decidieron crear sus respectivas secciones de intereses, trabajan unas 360 personas, tanto estadounidenses como cubanas, que se ocupan fundamentalmente de labores consulares.

Además de la reapertura de embajadas, poco ha trascendido sobre cuáles serán los primeros pasos que se darán en la normalización de sus vínculos diplomáticos, aunque analistas consultados por Efe coinciden en que lo sensato es empezar por lo más sencillo.

«Mi pronóstico es que los dos países van a querer empezar por lo fácil para poder tener varios acuerdos de cooperación firmados en un plazo corto», afirmó a Efe el exdiplomático y académico cubano Carlos Alzugaray.

Para el analista, estos primeros acuerdos podrían fructificar en esferas en que los dos países comparten intereses, como el medio ambiente, la prevención de desastres naturales, la salud y la lucha contra el narcotráfico.

Los temas que parece que de momento van a quedar en el tintero son los relativos a las libertades políticas y derechos humanos, asuntos espinosos que pueden provocar fricciones al inicio del diálogo y que se dejarán para futuros encuentros.

«No se puede esperar que Cuba se convierta de la noche a la mañana en un modelo de democracia. Sería ilusorio esperar que el Partido Comunista de Cuba se comprometa con el respeto a los derechos humanos universales tal y como están concebidos en los convenios internacionales», apunta el analista Arturo López-Levy.

Para centrarse en las negociaciones diplomáticas, Jacobson, que permanecerá en Cuba hasta el sábado, ha delegado en su número dos, Edward Alex Lee, el diálogo migratorio; que hasta el momento era el principal foro bilateral de contactos entre ambos países,

Las conversaciones migratorias comenzaron en 1995 para evitar la emigración clandestina tras la conocida como «crisis de los balseros» de 1994.

En la capital cubana ya está todo preparado para esta reunión histórica, para la que ya están acreditados más de 130 periodistas que vienen a cubrir este evento de otros países, que se suman a los medios internacionales radicados de manera permanente en la isla.

Las reuniones tendrán lugar en el Palacio de Convenciones, donde se ha habilitado una sala de prensa con conexión wifi y puntos de directo para las televisiones, un despliegue tecnológico notable para un país donde la tasa de penetración a internet es una de las más reducidas del mundo.

Como antesala a estos encuentros, ayer culminó en La Habana una visita de tres días de un grupo de legisladores estadounidenses, con el veterano senador demócrata Patrick Leahy al frente, que mantuvieron una reunión con el canciller Bruno Rodríguez, en la también estuvo la propia Josefina Vidal.

Se vieron además con representantes de la sociedad civil, con el cardenal Jaime Ortega y con funcionarios de áreas como la agricultura, la tecnología o las comunicaciones, asuntos en los que antes se pueden ver acuerdos entre ambos países.

Washington, 20 ene (EFE).- El legislador Carlos Curbelo, encargado de la respuesta republicana en español al discurso sobre el Estado de la Unión del presidente de EEUU, Barack Obama, aseguró que su partido «está muy preocupado por las inmerecidas concesiones» del Gobierno a las «crueles dictaduras» de Cuba e Irán.

«Nos inquietan las inmerecidas concesiones de la Administración del presidente para los regímenes de Irán y Cuba. Ambos países son regidos por crueles dictaduras que por décadas han intentado perjudicar a nuestro país y a nuestros aliados», aseveró Curbelo.

En su discurso anual ante el pleno de las dos cámaras del legislativo, ahora dominadas por los republicanos, Obama dijo que «este año, el Congreso debería empezar el trabajo de acabar con el embargo» a Cuba, país con el que en diciembre anunció que se dispone a normalizar las relaciones porque «cuando lo que estás haciendo no funciona durante cincuenta años, es hora de intentar algo nuevo».

La alocución de Curbelo es la cuarta que ofrecen los republicanos en español, pero esta vez, a diferencia de todas las anteriores, el contenido de los discursos en este idioma y en inglés ha variado levemente.

La intervención en inglés, que corrió a cargo de la senadora por Iowa Joni Ernst, no hizo ninguna referencia a las políticas de aperturismo hacia La Habana, al igual que tampoco tocó en ningún momento los esfuerzos por lograr un consenso entre la Casa Blanca y el Legislativo para aprobar una reforma migratoria integral.

«También trabajemos por los canales apropiados para crear soluciones permanentes para nuestro sistema migratorio, para asegurar nuestras fronteras, modernizar la inmigración legal y fortalecer nuestra economía. En el pasado, el presidente ha expresado apoyo por ideas como estas, ahora le pedimos que coopere con nosotros para aprobarlas», dijo Curbelo en su turno.

La diferencia en los contenidos responde a la división interna del partido en materia migratoria, donde el propio Curbelo emerge como uno de los republicanos que respaldan una reforma migratoria integral, mientras que Ernst tiene una de las posturas más radicales en contra.

Ambos coincidieron en dar una respuesta sobre todo centrada en la economía, pilar del propio discurso de Obama, a quien niegan que el país se haya recuperado de manera completa tras la crisis de 2008.

Asimismo, los republicanos dijeron haber oído a los estadounidenses a través de su voto, en referencia a la victoria republicana de las elecciones legislativas del pasado noviembre, en las que recuperaron el control del Senado, y por ende, el de la totalidad del Congreso.

«Escuchamos el mensaje que enviasteis en noviembre. Alto y claro. Y ahora vamos a trabajar para cambiar la dirección que Washington ha estado tomando para nuestro país», dijo Ernst.

«Los estadounidenses han sufrido, pero cuando exigimos soluciones, con demasiada frecuencia Washington ha respondido con la misma mentalidad rancia que condujo a políticas fracasadas como el Obamacare. Es una manera de pensar que ha producido puntos de discusión política, no soluciones serias», agregó en referencia a la reforma sanitaria del presidente.

Los conservadores no podían obviar un llamamiento a la construcción del oleoducto Keystone XL, uno de sus principales objetivos de este año y que Obama rechaza al no haberse finalizado los estudios de impacto ambiental sobre el mismo.

¿El presidente firmará una ley o bloqueará la creación de buenos empleos para los estadounidenses?, se preguntó la senadora.

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