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Sri Lanka es católica por un día

Colombo, 14 ene (EFE).- Pese a ser uno de los países con mayor presencia de budistas en el mundo y contar con una minoritaria minoría cristiana, el papa Francisco logró que Sri Lanka fuera por un día un país con protagonismo católico y que cientos de miles de personas oraran junto a él frente al Océano Índico.

Si alguien bajase de un avión hoy en la antigua Ceilán difícilmente creería que el catolicismo es una minoría religiosa en un país que en realidad tiene una población budista en un 70%, hinduista en alrededor del 15%, con un 10% de musulmanes y apenas un 7% de cristianos (6,2% son católicos).

Todo el país se paralizó por un día por la visita de un papa que logró que su rostro se replicara de manera repetitiva en televisores, periódicos y calles, y que llevó a cientos de miles de personas a rebosar el parque Galle Face Green de Colombo para acompañarle en una gran misa.

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Indios, tailandeses, gente venidas de países vecinos, europeos emigrados y naturalmente sinaleses aguardaron horas de espera y pasaron la noche durmiendo o en vela para estar junto al papa en la misa que dio a primera hora del día en el parque que asoma a Colombo al mar.

«Estamos desde las 10.00 de la noche de ayer, vinimos en vehículo propio y queríamos encontrar sitio para aparcar», dijo a Efe Antoinette Heilrarachchi, una mujer de 65 años que pasó la madrugada junto a varios miembros de su familia en el lugar de la ceremonia.

Para ella, la visita del papa no sólo es un motivo de regocijo para los católicos sino una suerte de buen augurio y un evento muy importante en momentos en que el país trata de dejar atrás casi tres décadas de conflicto finalizado en 2009.

Sri Lanka ha elegido hace apenas seis días a Maithripala Sirisena como presidente, que ha llegado a la jefatura de Estado sustituyendo a Mahinda Rajapaksa, el gobernante que acabó la guerra entre oscuras sombras por la muerte de civiles, que según la ONU llegaron a 40.000 en la etapa final del conflicto con la guerrilla de los Tigres Tamiles.

El papa llamó ayer a su llegada a la colaboración y al respeto entre las distintas religiones para conseguir la reconciliación y consolidar la paz en Sri Lanka tras la guerra.

«Es muy importante con todos los problemas étnicos del país y todo lo que pasamos hace unos años. Creo que su visita es una visita bendita y espero que deje en Sri Lanka y a su gente sus bendiciones y buenos deseos», explicó Heilrarachchi.

Como ella, Cynthia Theresa Perera, una católica de 75 años que asegura que desde que se anunció la visita ha estado rezando para que el papa llegara bien y sin problema, cree que el viaje de Francisco es una bendición 20 años después de que Juan Pablo II arribara a la isla y ella también lo viera.

«Desde entonces el mundo ha avanzado mucho, nos hemos hecho más viejos y más creyentes», dijo, al destacar que este pontífice «se ha convertido en el papa de la gente».

«Lo queremos más porque realmente ha sido hecho para nosotros, para la gente común», dijo, sentada una pequeña silla en la que aguantaba su cuerpo desde ayer.

De acuerdo con cifras facilitadas por la Santa Sede medio millón de personas llenaron el parque Galle Face Green, una cifra que representaría la mitad de los católicos que tiene la isla, un país con una población de 20 millones de personas.

No eran todos cristianos. Miles de curiosos llenaron el lugar con la intención de ver al papa más allá de su religión, pero hoy casi todos aseguraban que eran católicos y algunos hasta romanos y apostólicos.

Sin embargo esta realidad no es la que acompaña el día a día de los católicos, uno de los grupos menos determinantes desde el punto de vista político en un país en el que los budistas llevan la voz cantante antes, durante y después de los procesos electorales.

Por ello, para algunos católicos como Ashen Fernando, un estudiante de económicas de 19 años, la visita del papa es una ocasión única que «no se presentará de nuevo» y que da fuerza a los fieles en su fe.

«Ser católico aquí es tener esperanza, una gran fe, obviamente hay una porción más grande de budistas, hinduistas, pero para ser un católico se debe tener una gran esperanza, tanto como se pueda, porque esa fe realmente importa», indicó.

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