Brasilia, 18 dic (EFE).- El Tribunal Superior Electoral brasileño entregó hoy a la presidenta Dilma Rousseff, reelecta el pasado octubre, el diploma oficial que la acredita para gobernar a partir del próximo 1 de enero, en una ceremonia en la que la jefe de Estado propuso firmar un pacto nacional contra la corrupción.
El presidente del Tribunal Supremo Electoral de Brasil (TSE), Dias Toffoli, hizo entrega de los diplomas a Rousseff y a su compañero de fórmula, Michel Temer, ante la presencia de destacadas autoridades políticas, entre ellas los expresidentes José Sarney y Luiz Inácio Lula da Silva.
En su discurso, Rousseff se comprometió a combatir firmemente la corrupción en su segundo mandato y se refirió de forma particular al escándalo que afecta a la petrolera estatal Petrobras, situada en el centro de un profunda investigación de la policía.
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«La corrupción es un fenómeno complejo. La guerra contra la corrupción debe ser tarea de instituciones, del Gobierno y de toda la sociedad», comentó la presidenta, quien precisó que el fenómeno «no es exclusivo de uno u otro partido».
El escándalo de Petrobras salpica a partidos políticos de la base de apoyo a la presidenta brasileña, pero también de la oposición e incluso a importantes empresas del país, que obtenían contratos con la petrolera a cambio de millonarios sobornos.
La presidenta insistió «en cerrar todas las puertas a la corrupción» y subrayó que trabajará para convertir «la renovación de Petrobras en la energía transformadora» de Brasil.
«Tenemos que investigar con vigor todo lo que fue realizado (en Petrobras), principalmente crear mecanismos que eviten hechos como éste que puedan repetirse de nuevo», agregó.
La jefe de Estado, quien recibió el diploma vestida de rojo satinado, afirmó que desvelará algunos detalles de las medidas que tomará en su nuevo mandato el día de su investidura, que tendrá lugar el 1 de enero del próximo año.
Rousseff, quien con el 51,64 % de los votos, derrotó al excandidato socialdemócrata Aécio Neves (48,36 %) el 26 de octubre pasado en la segunda vuelta, afirmó que una elección democrática «no es una guerra» y que por eso no da lugar «a vencidos».
«Más importante y más difícil que saber perder, es saber ganar. Quien vence con el voto de la mayoría y no gobierna para todos transforma la fuerza mayoritaria en un acto mezquino», subrayó.
El presidente del TSE subrayó que las elecciones de este año son una «página girada» para la Justicia Electoral y precisó que «no habrá espacio para una tercera vuelta».
Las declaraciones de Toffoli se produjeron después de que el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) entrara con un pedido en el TSE para solicitar la casación del registro de la candidatura de Rousseff por abuso de poder político y económico durante la campaña electoral.
El PSDB también pidió la entrega del diploma a Neves y Aloysio Nunes para los cargos de presidente y vicepresidente, respectivamente.
