Bruselas, 18 dic (EFE).- La fiscalía holandesa informo hoy de que juzgará a Geert Wilders por «incitar al odio», después de la gran polémica causada el pasado marzo por el líder xenófobo, con unos comentarios en contra de la presencia de marroquíes en los Países Bajos.
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«Los políticos pueden ir muy lejos en sus declaraciones, en virtud de la libertad de expresión, pero esa libertad termina con la prohibición de discriminar», ha dicho la fiscalía en un comunicado.
Wilders celebró la victoria electoral de su partido en los comicios del pasado marzo con un discurso en La Haya en el que preguntó a sus seguidores: «¿Queréis más o menos marroquíes, aquí, y en Holanda?, a lo que esas personas le respondieron «menos, menos», y después él replicó: «Lo arreglaremos».
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Esas declaraciones causaron en su día el escándalo incluso entre sus propias filas pese a ser el tono habitual para el líder del partido, de tendencia antimusulmana y racista.
La fiscalía ha precisado ahora que todavía no se ha decidido la fecha en que tendrá lugar la audiencia de Wilders.
El ministerio público holandés analizó más de 6.400 denuncias y 15.000 informes presentados por ciudadanos y organizaciones en relación a los comentarios del líder del Partido para la Libertad (PVV).
Wilders, uno de los políticos más populares de Holanda, ha sido objeto de numerosas polémicas en los últimos años, principalmente por su discurso contra la inmigración y contra el islám.
En 2011, Wilders fue absuelto en un proceso en el que estuvo acusado de los cargos de incitación al odio y discriminación contra los musulmanes.
Su partido provocó en 2012 la caída del primer Gobierno del primer ministro, el liberal Mark Rutte, al retirarle su apoyo por sus desavenencias sobre los ajustes económicos y, posteriormente, fue castigado por los electores con la pérdida de 9 escaños.