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Felipe VI pide “coraje” a América Latina para ser el motor de la recuperación mundial

Veracruz (México), 7 dic (EFE).- El rey Felipe de España dijo hoy que aunque las economías de Latinoamérica presenten «incertidumbres» tras una etapa de crecimiento notable, «si se sortean y superan con coraje y con decisiones acertadas» esta región «será claramente un motor de la recuperación económica mundial».

El monarca hizo esta reflexión en la clausura del X Encuentro Empresarial Iberoamericano, celebrado en Veracruz como preámbulo a la XXIV Cumbre Iberoamericana que comienza mañana, ante empresarios españoles y de América Latina y en presencia del presidente del país, Enrique Peña Nieto.

El jefe del Estado español recordó que mientras Europa ha vivido un ciclo recesivo de «gran magnitud» con «pérdidas muy graves de puestos de trabajo», Latinoamérica sí ha podido crecer favoreciendo su progreso económico y social.

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Eso sí, no olvidó hacer referencia, dentro del marco europeo, al caso concreto de España donde, apostilló, «estamos recuperando nuestro crecimiento económico, lo que es un claro signo de mejora de nuestra economía».

La presidenta del Banco Santander, Ana Patricia Botín, y la secretaria general iberoamericana, Rebeca Grynspan, le habían precedido en el acto de clausura, y le escucharon abogar por una colaboración «fluida y regular» entre los líderes empresariales y políticos de Iberoamérica.

Esta vinculación entre «lo público y lo privado» es obligada porque, explicó el Rey, «todos juntos debemos trabajar coordinadamente en beneficio de nuestra Comunidad de Naciones».

En su discurso hizo hincapié en que el crecimiento de las economías y los intercambios comerciales y de inversión «son condiciones indispensables para lograr mayores cotas de bienestar para todos, para poder alcanzar una mejor distribución de la riqueza y para luchar con eficacia contra la lacra del desempleo».

Felipe VI ve el desempleo como «un desafío» que lastra el futuro de los jóvenes y también el futuro de las naciones de Iberoamérica.

La creación de empleo por parte de las empresas es reflejo del «dinamismo de unas sociedades que crecen rápidamente y que están cobrando conciencia de su fuerza y de su lugar en el mundo», recalcó Felipe VI, para quien el «campo empresarial» y el cultural proporcionan «una imagen especialmente viva de lo iberoamericano».

Así, se refirió a las miles de pequeñas, medianas y grandes empresas españolas asentadas en la región, contribuyendo al desarrollo de las economías de sus países y también al crecimiento económico español, así como a la entrada de capital latinoamericano en España, que se ha acelerado en los últimos años.

Supone «una noticia estupenda para todos», enfatizó, que inversores mexicanos, colombianos, argentinos, chilenos, peruanos, venezolanos y brasileños» estén llegando a Europa a través de España y Portugal; no en vano, recordó, en 2013 México fue el primer inversor no europeo en España.

Felipe VI analizó el fenómeno de las empresas «multilatinas», que generan empleo y actividad económica a nivel internacional y de las que espera que se expandan en los próximos años hacia Europa, América, Asia y África.

«Si los 90 fueron los años de la internacionalización de las grandes empresas españolas a través de Iberoamérica, esta década ya está siendo la de la expansión de las grandes multinacionales latinoamericanas, y las invitamos a que lo hagan aún más», proclamó.

En esta línea, abogó por «estrechar aún más» los lazos en la región, y aseguró que América Latina tiene «buenas condiciones de partida» para asumir un papel destacado en el crecimiento mundial, pero sin olvidar que Europa sigue siendo «fuente importante de oportunidades».

En este contexto, citó la trascendencia de los acuerdos de asociación negociados por la UE con los países de Latinoamérica para multiplicar intercambios comerciales y fomentar la inversión, y afirmó que queda «mucho» por hacer para beneficiar las dos áreas dando facilidades al asentamiento y despliegue de las multilatinas.

«Y tenemos mucho que hacer porque, además de lograr el crecimiento sostenido de nuestras economías, debemos saber traducir ese crecimiento en un bienestar real para todos los ciudadanos», advirtió.

Se trata, en opinión de Felipe VI, de lograr «una distribución justa y equitativa de la riqueza, y en un espacio de oportunidades para todos, en el cual sea posible desterrar o reducir a la pura anécdota la pobreza y el desempleo».

La comunidad iberoamericana «está llamada a jugar un gran papel en este siglo XXI», aseguró el rey de España, para concluir: «De todos nosotros depende, de todos los que formamos esta gran comunidad».

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