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El primer ministro japonés envía una ofrenda al polémico santuario Yasukuni

Tokio, 17 oct (EFE).- El primer ministro japonés, Shinzo Abe, envió hoy una ofrenda al polémico santuario de Yasukuni en Tokio, un gesto que promete enfurecer de nuevo a los países vecinos como China y Corea del Sur que lo consideran un símbolo del imperialismo nipón.

El primer ministro regaló un árbol «masakaki», al igual que hizo el pasado abril durante el festival de primavera del santuario, que honra a todos los caídos por Japón entre finales del siglo XIX y 1945.

Entre ellos se cuentan 14 políticos y oficiales del Ejército Imperial condenados como criminales de clase A por el Tribunal Penal Militar Internacional para el Lejano Oriente por los actos cometidos durante la II Guerra Mundial.

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La ofrenda, sin embargo, apunta a que Abe no visitará el recinto durante el festival de otoño del santuario, que se celebra desde hoy hasta el lunes.

Abe se encuentra hoy en Italia para a asistir a la cumbre Europa-Asia, y tiene previsto regresar a Japón mañana.

El primer ministro visitó el santuario sintoísta el pasado mes de diciembre, por lo que recibió airadas protestas de países vecinos, especialmente China y Corea del Sur, e incluso llevó a Estados Unidos, principal aliado de Japón, a criticar un gesto que contribuyó a desestabilizar una región estratégica para Washington.

Está previsto que una delegación del Parlamento nipón visite hoy el santuario, al igual que sucedió en abril, cuando un grupo de diputados que incluían a miembros del gobernante Partido Liberal Demócrata (PLD), del opositor Partido Democrático (PD) y de otras fuerzas menores como el Partido por la Restauración de Japón, visitaron el santuario con motivo de su festival de primavera.

El año pasado, unos 160 diputados en total acudieron a la cita, lo que supone un cuarto de los escaños de las dos cámaras.

Pekín, 17 oct (EFE).- El Gobierno chino aseguró hoy estar «seriamente preocupado» y «oponerse formalmente» a la iniciativa del primer ministro japonés, Shinzo Abe, de enviar una ofrenda al polémico santuario de Yasukuni en Tokio, que Pekín y Seúl consideran un símbolo del imperialismo nipón.

«La parte japonesa debería dar marcha atrás para que las relaciones entre China y Japón puedan alcanzar un desarrollo estable», dijo hoy en rueda de prensa un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Hong Lei.

Reiteró que, «sólo cuando Japón asuma de forma efectiva sus errores, podremos impulsar nuestras relaciones», poco después de que Abe regalara un árbol «masakaki», al igual que hizo el pasado abril durante el festival de primavera del santuario, que honra a todos los caídos por Japón entre finales del siglo XIX y 1945.

Ya entonces, China presentó su protesta formal a las autoridades niponas y advirtió al país vecino de que estos «actos erróneos» ponen en peligro la relación bilateral.

La ofrenda actual, sin embargo, apunta a que Abe no visitará el recinto durante el festival de otoño del santuario, que se celebra desde hoy hasta el lunes.

Preguntado si el gesto de Abe mina las posibilidades de un posible encuentro bilateral entre éste y el presidente chino, Xi Jinping, en Pekín con motivo de la cumbre de la APEC de comienzos de noviembre, tal y como se prevé, Hong divagó y enfatizó que Japón «debe ganarse la confianza de Asia y de la comunidad internacional».

Yasukuni, que es siempre motivo de conflictos diplomáticos entre Japón y sus vecinos, honra a 14 políticos y oficiales del Ejército Imperial condenados como criminales de clase A por el Tribunal Penal Militar Internacional para el Lejano Oriente por delitos cometidos durante la II Guerra Mundial.

Seúl, 17 oct (EFE).- El Gobierno de Corea del Sur «deploró» hoy la ofrenda del primer ministro nipón, Shinzo Abe, a un santuario donde yacen los restos de criminales de guerra, en un nuevo incidente diplomático desatado por el pasado imperialista de Japón.

El Ministerio de Relaciones Exteriores surcoreano señaló en un comunicado que «no puede sino deplorar» la acción de Abe, que regaló un árbol «masakaki» al Santuario de Yasukuni en Tokio, al igual que hizo el pasado abril durante el festival de primavera.

Rendir cualquier tipo de homenaje a este santuario que honra a todos los caídos por Japón entre finales del siglo XIX y 1945 equivale, según Seúl, a «negar el orden global y las condiciones bajo las que Tokio regresó a la comunidad internacional tras la II Guerra Mundial», expuso el departamento de Asuntos Exteriores surcoreano en el comunicado.

Además, la cancillería surcoreana instó a Japón a «no aferrarse a su oscura historia» y a «avanzar hacia un futuro brillante basado en la reflexión y el arrepentimiento sinceros».

El Santuario de Yasukuni, fuente habitual de polémica de Japón con Corea del Sur y China, alberga los restos de, entre otros, 14 políticos y oficiales del Ejército Imperial condenados como criminales de clase A por el Tribunal Penal Militar Internacional para el Lejano Oriente por actos cometidos durante la II Guerra Mundial.

En Corea del Sur existe un fuerte sentimiento antijaponés que se remonta a la primera mitad del siglo XX, cuando el Imperio de Japón ejerció su dominio colonial sobre la Península de Corea entre 1910 y 1945.

De este modo, cualquier tributo del Gobierno nipón a algún símbolo de su pasado imperial es considerado como una grave ofensa por Seúl, lo que provoca frecuentes roces diplomáticos entre ambos países.

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