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Italia se sitúa al frente de diplomacia europea y Polonia del Consejo Europeo

Bruselas, 30 ago (EFE).- Italia logró hoy situar a su ministra de Exteriores, Federica Mogherini, al frente de la diplomacia comunitaria, mientras que el primer ministro polaco, Donald Tusk, será el encargado de orquestar los encuentros de más alto nivel político en el Consejo Europeo.

Han sido necesarias dos cumbres europeas extraordinarias y un mes de contactos informales durante la pausa de verano para que los Veintiocho lograran el «pleno consenso» que ha permitido el nombramiento de estos dos puestos claves.

La decisión no ha sorprendido, dado que ambos candidatos eran los favoritos en las quinielas para hacerse con los puestos en un delicado reparto en el que han entrado en juego cuestiones como sus familias políticas, el balance de género y los equilibrios geográficos.

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El respaldo en bloque de los líderes socialdemócratas, encabezados por el italiano Matteo Renzi y el galo François Hollande, ha sido clave para lograr el encumbramiento de la ministra para los próximos cinco años, en contra de quien jugaba su juventud y su experiencia limitada.

La elección de Mogherini, que fue bloqueada en la cumbre extraordinaria de julio por los socios del este debido a su postura moderada frente a Rusia, supone el primer triunfo de Renzi en la arena comunitaria.

En su primera comparecencia pública tras el nombramiento, Mogherini evidenció su prudencia sobre el conflicto de Ucrania, al señalar que «tenemos que trabajar sobre las sanciones (contra Rusia), pero dejando la vía diplomática abierta, y lograr una combinación inteligente de las dos».

Mogherini también asegura la presencia de una mujer en la Comisión Europea, dado que los altos representantes ocupan también una vicepresidencia en el Ejecutivo comunitario.

La escasez de mujeres entre los candidatos propuestos por las capitales como comisarios, solo cuatro incluyendo a Mogherini, supone un problema para el presidente electo de la Comisión Europea, el conservador Jean-Claude Juncker, quien aspira a lograr una mayor paridad.

Juncker, que considera a la italiana como «competente y europeísta» según un colaborador del político luxemburgués, ha dado su visto bueno hoy al nombramiento de Mogherini.

La elección de Mogherini también ha facilitado el nombramiento del nombramiento del primer ministro polaco para un primer mandato de dos años y medio.

Tusk por su parte permite dotar a la cúpula comunitaria de un mayor equilibrio, dado que procede de uno de los Estados miembros del este y a que pertenece a un partido liberal, frente a la filiación socialdemócrata de Mogherini y a la conservadora de Juncker.

Además, el primer ministro polaco es el «miembro más veterano» de entre los jefes de Gobierno y de Estado de la UE, dado que asumió su cargo en 2007, y cuenta con el aval de que su país ha sido uno de los pocos que han eludido la recesión durante la crisis.

Tusk, considerado un líder europeísta, se ha mostrado dialogante y dispuesto a forjar compromisos desde su nuevo cargo en cuestiones tan delicadas como el encaje de Reino Unido en la Unión.

Para ello, no dudó en anunciar que explorará la posibilidad de buscar una «posición común para eliminar el abuso en el sistema de libre movimiento de trabajadores», una de las piedras angulares de la integración europea.

Tusk también se mostró dispuesto a buscar compromisos para aprovechar la flexibilidad en las reglas de disciplina presupuestaria a fin de fomentar el crecimiento, como demandan Italia y Francia, pero siempre «dentro de la responsabilidad», en un guiño a Alemania, más estricta con consolidación.

El primer ministro polaco, visiblemente emocionado, prometió además hacer frente a uno de sus mayores restos personales: su falta de manejo de idiomas.

«Prometo que puliré mi inglés», dijo Tusk, jugando con la polisemia de la palabra «polish», que en la lengua de Shakespeare significa tanto pulir, como polaco.

María Tejero Martín

Bruselas, 30 ago (EFE).- El primer ministro polaco, Donald Tusk, elegido presidente del Consejo Europeo a partir de diciembre próximo, se mostró hoy dispuesto a forjar compromisos desde su nuevo cargo, incluida la cuestión británica y la flexibilidad fiscal, para mantener unida la UE y fomentar el crecimiento y el empleo.

«Soy consciente de que la principal tarea del presidente del Consejo es el trabajo constante para construir compromisos», dijo un emocionado Tusk en rueda de prensa, después de haber sido designado presidente del Consejo Europeo y de las cumbres del euro por sus veintisiete homólogos, un momento que consideró «importante».

Calificó de «maestro» al actual presidente del Consejo Europeo, el belga Herman Van Rompuy, en lo que se refiere a la construcción de compromisos en Europa y, dentro de este compromiso, «tenemos que defender nuestros intereses comunes, y esto es un gran reto».

«Vengo a Bruselas de un país que cree profundamente en el significado de una Europa unida. El 80 % de los polacos cree en la UE y no busca una alternativa. Estoy también convencido de que no existe ninguna alternativa inteligente a la Unión», sostuvo.

Tusk se declaró consciente de que los principales desafíos que afronta la UE ahora «no desaparecerán hasta diciembre», como la crisis económica y la situación en la eurozona.

«Sé que tendré que organizar el trabajo de las cumbres del euro y sé que esto no va de la moneda común o asuntos materiales, sino sobre el futuro de asuntos económicos en la UE, la cuestión de la confianza mutua de los europeos y también de la confianza en la UE», señaló Tusk, cuyo país no pertenece a la eurozona.

«Creo que lo que yo puedo aportar es la experiencia de un país que todavía mantiene su moneda nacional. Esta decisión de hoy espero que también sirva para acabar con esa división de los que están en el euro y los que no. El euro tiene que dejar de ser algo que introduzca divisiones en el continente», afirmó.

En el campo económico, Tusk consideró, desde su experiencia como primer ministro, que es posible combinar la disciplina presupuestaria y el crecimiento porque en Polonia, puntualizó, «hemos tenido un crecimiento acumulado del 20 % y hemos podido mantener una disciplina fiscal».

«Esto no es una contradicción, el crecimiento y la disciplina. Conseguiremos este objetivo de combinar estos dos objetivos», recalcó, en un guiño a la petición sobre todo de gobiernos socialistas, encabezados por Francia.

«Deberíamos ver el crecimiento en el marco de la responsabilidad», indicó por otro lado en alusión a los gobiernos que exigen austeridad.

Conseguir los objetivos comunes implicará responder «siempre las mismas preguntas: quiénes somos y cómo podemos responder a los retos» que afrontan los Veintiocho.

Tusk también indicó que la UE puede ayudar a sus «vecinos del sur y del este» si los países miembros son capaces de tener la misma postura, que debería ser audaz y responsable a la vez, guiada por el «sentido común, pero también por la imaginación».

El primer ministro polaco aseguró que «hará suyo» el plan estratégico adoptado por los líderes en junio pasado para los próximos años y subrayó: «La UE y yo personalmente tendremos en cuenta las preocupaciones expresadas por el Reino Unido».

«Estoy convencido de que el futuro de la UE no trata de hacer la Unión más pequeña. Ninguna persona razonable podría imaginarse la UE sin el Reino Unido», sostuvo Tusk, quien dijo que ha hablado con el primer ministro británico, David Cameron, que ha presentado muchas propuestas de reformas «y estoy seguro de que podremos lograr un acuerdo» para satisfacer a Londres.

Creo que muchas de las propuestas de Cameron son aceptables para políticos razonables en Europa, también cuando se trata de buscar un compromiso, una postura común para eliminar el abuso del sistema del libre circulación de trabajadores», indicó.

Se mostró además convencido de que la «UE tiene sentido y tendrá sentido en el futuro».

Tusk, quien habló en polaco para ser «más preciso» y prometió pulir su inglés «para estar listo en diciembre al 100 %, reconoció en un tono más distendido que los líderes europeos con su «cordial presión han influido un poco» en que acepte el cargo.

Bruselas, 30 ago (EFE).- La ministra italiana de Exteriores, Federica Mogherini, reconoció hoy los «difíciles retos» que tiene por delante como próxima jefa de la diplomacia europea y se comprometió a trabajar en favor de todos los países y ciudadanos de la Unión Europea.

En declaraciones en una rueda de prensa tras haber sido designada por los líderes de la UE nueva alta representante de los Veintiocho, Mogherini habló de las crisis existentes y en particular de la de Ucrania, en relación a la cual defendió una respuesta a Rusia por su papel en la misma que combine las sanciones y la vía diplomática.

«Tenemos que trabajar sobre las sanciones pero dejando la vía diplomática abierta, y lograr una combinación inteligente de las dos», consideró la ministra italiana.

También subrayó la importancia de prestar atención a la situación en el Mediterráneo y en Oriente Medio, y de trabajar para la paz dentro del territorio europeo, pero también fuera de las fronteras de la Unión.

Mogherini dedicó unas palabras de agradecimiento a los líderes europeos, por confiar en ella, y a la actual jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, por su trabajo, y en particular por ayudar a hacer realidad el Servicio europeo de Acción Exterior.

Aseguró, por otra parte, que su intención es dedicar todos sus «esfuerzos y energía» a trabajar en interés de todos los Estados miembros y todos los europeos y se mostró confiada en tener una «fructífera relación» con la Eurocámara.

La ministra italiana, de 41 años, se refirió además a las dos décadas de experiencia política que posee, en respuesta a las críticas que ha recibido por su juventud.

«Ya no soy tan joven», dijo Mogherini, quien recordó que el primer ministro italiano, Matteo Renzi, y otros líderes de la UE tienen menos años que ella y consideró que el hecho de pertenecer a una nueva generación política europea puede ser un factor positivo de acercamiento a los ciudadanos.

La ministra italiana se refirió asimismo a su preocupación por el desempleo, y consideró que los líderes de la UE deben convertir ese asunto en «su prioridad número uno».

Asimismo, reivindicó las cualidades de pertenecer a un país con demostrada experiencia en relación al proyecto europeo, al diálogo y al compromiso.

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