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Hollande quiere vincular la reducción del déficit al crecimiento económico

París, 28 ago (EFE).- El presidente francés, François Hollande, reclamó hoy dar prioridad en la política europea a «la batalla del crecimiento y del empleo», y señaló que el ritmo de reducción del déficit «debe ser compatible con los objetivos de crecimiento y con la situación de cada país».

Hollande, en el tradicional discurso de apertura de la conferencia a los embajadores franceses, insistió en que «hay que tener en cuenta las circunstancias excepcionales» que se dan, con un crecimiento nulo y una inflación muy baja, para acompasar los esfuerzos para disminuir los números rojos de las cuentas públicas.

Hizo un llamamiento al Banco Central Europeo (BCE), que «debe asumir también sus responsabilidades» porque, a su juicio, el euro tiene una cotización demasiado elevada y los canales de financiación de inversión no funcionan porque los bancos no disponen de suficiente liquidez.

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Hollande hizo notar que fuera de la eurozona «los países que tienen un crecimiento más fuerte, tienen una política monetaria», y que igualmente «hace falta una política presupuestaria» para los miembros de la moneda única.

El jefe del Estado reclamó la organización de una cumbre de la zona euro «en el plazo más breve» para tomar decisiones porque «está en cuestión su lugar en la economía mundial», ya que se está quedando al margen de la recuperación que se constata en otras regiones.

«Europa debe cambiar, cuestionar algunas políticas, clarificar su organización (…) y sobre todo ganar la batalla del crecimiento y del empleo», afirmó.

El presidente francés justificó esa reorientación «porque uno de cada cuatro jóvenes en Europa está en paro, porque la recuperación es demasiado baja, porque el euro es demasiado caro y porque Europa está amenazada por un largo y tal vez interminable estancamiento si no hacemos nada».

Asumió que Francia tiene que hacer reformas estructurales y disminuir su déficit, pero puntualizó que «no podrán funcionar si Europa no se moviliza».

El Gobierno francés ha tenido que revisar a la baja sus previsiones de crecimiento para este año, después de que se haya registrado un estancamiento en los dos primeros semestres, y ha anunciado que no cumplirá su objetivo de déficit, que los analistas calculan que en 2014 volverá a estar por encima del 4 % del Producto Interior Bruto (PIB).

Hollande dijo que en las próximas cumbres europeas va a defender que el plan de inversiones de 300.000 millones de euros anunciado en julio por el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, «no sólo se confirme, sino que se ponga en marcha lo más rápido posible».

Esta tarde está previsto un encuentro en París entre los ministros de Finanzas de Francia, Michel Sapin, y de Alemania, Wolfgang Schäuble, en el que uno de los temas principales será el ritmo de reducción del déficit ante el contexto económico actual.

París, 28 ago (EFE).- El Partido Socialista (PS) francés inició hoy su tradicional reunión posvacacional en la localidad de La Rochelle, en el este del país, un encuentro en el que quedará de manifiesto la división interna entre partidarios y detractores de la línea marcada por el presidente del país, François Hollande.

La llamada «Universidad de Verano» de La Rochelle, que sirve cada año para establecer la línea del partido de cara al curso político, estará este año marcada por la posición de los miembros de la formación ante el nuevo Ejecutivo de Manuel Valls.

El primer ministro, que será el encargado de clausurar el encuentro el próximo domingo, escuchará a los críticos con su línea económica, aunque también tratará de reunir fuerzas en torno a su proyecto.

El debate en el seno del partido está abierto y quedará muy claro en La Rochelle.

Valls ha visto cómo el llamado grupo de los «frondistas» han incrementado sus críticas tras el nombramiento como ministro de Economía del exbanquero Emmanuel Macron, representante del ala más liberal del partido.

Muchos de los diputados socialistas que no votaron su investidura en abril pasado se muestran ahora más distanciados del primer ministro, al que piden que abandone la política de autoridad que, a su juicio, está asfixiando la economía.

Esas críticas motivaron la salida del Gobierno del anterior ministro de Economía, Arnaud Montebourg, representante de la sensibilidad más progresista del partido, y su sustitución por un socioliberal como Macron ha sido percibida como una provocación.

El primer ministro sabe que su mayoría en las cámaras no está garantizada y tiene pocas esperanzas de contar con el respaldo de esos 40 diputados que ya en varias ocasiones han votado contra las leyes presentadas por el Ejecutivo.

Frente a ellos, un grupo de 200 legisladores firma hoy una tribuna en el vespertino «Le Monde» en el que expresa su respaldo al Gobierno, en nombre de la unidad.

El propio líder del partido, Jean-Christophe Cambadélis, pidió en una entrevista en «Le Monde» que se mantenga el debate, pero que se respalde al Gobierno, al tiempo que descartó sancionar a los diputados díscolos.

En la primera jornada de la reunión veraniega el debate estuvo marcado por unas declaraciones de Macron antes de que fuera ministro en las que se mostraba partidario de endurecer la jornada laboral y acabar con la semana de 35 horas.

Esas palabras provocaron un gran revuelo en las filas del ala izquierdista del partido.

El Ejecutivo desmintió que se esté planteando una reforma de la jornada laboral.

París, 28 ago (EFE).- El nuevo ministro francés de Economía, Emmanuel Macron, ha reabierto el debate sobre la semana laboral de 35 horas al declarar que está dispuesto a autorizar que las empresas deroguen esa norma si hay «acuerdos mayoritarios» con los trabajadores.

Macron se mostró abierto a esa posibilidad en una entrevista publicada hoy por el semanario «Le Point» y realizada el pasado lunes, es decir, la víspera de su nominación como responsable de Economía e Industria.

«Podríamos autorizar a las empresas y a los sectores, en el marco de acuerdos mayoritarios, a derogar las reglas de tiempo de trabajo y remuneración. Ya es posible para las empresas en dificultades. ¿Por qué no extenderlo a todas las empresas, a condición de que haya un acuerdo mayoritario con los asalariados?», declaró Macron.

El ministro considera que esa medida podría contribuir a «salir de esa trampa donde la acumulación de derechos dados a los trabajadores se transforma en el mismo número de obstáculos para los que no trabajan».

No obstante, reconoció que se trata de un planteamiento «difícil de explicar y de aplicar, especialmente cuando se es de izquierdas», en relación a una medida emblemática aprobada en 2000 por Martine Aubry, entonces ministra de Trabajo y actualmente alcaldesa de Lille, que rebajó el tiempo de trabajo semanal de 39 a 35 horas.

Macron, de 36 años y dedicado antes a la banca de inversión, señaló que, si bien es cierto que el socialismo luchó por ampliar los «derechos formales de los trabajadores», en la actualidad «la realidad invita a reflexionar sobre los derechos reales de todos, incluidos y sobre todo de los que no tienen empleo».

Las reacciones a la proposición del ministro, que se publica un día después de que se supiera que el número de desempleados aumentó el pasado julio un 0,8 %, no se hicieron esperar, con críticas a la insinuación de Macron desde los sindicatos, aplausos desde la patronal y precisiones desde el Gobierno.

«No hay ninguna intención por parte del Gobierno de cuestionar la ley de las 35 horas. Es un gran avance social», declaró a la televisión «BFM TV» la titular de Sanidad, Marisol Touraine, en línea con su colega de gabinete François Rebsamen, responsable de la cartera de Trabajo.

La ministra, en el Ejecutivo desde la llegada de François Hollande a la presidencia en mayo de 2012, subrayó que «Macron se expresó sin ser aún ministro» y aseguró que «no hay que darle mayor importancia».

Por su parte, el secretario general del sindicato CFDT, Laurent Berger, declaró en la radio «Europe 1» que esto «no es una buena idea».

Sin embargo, el presidente de la patronal Medef, Pierre Gattaz, se alineó con la propuesta del responsable de Economía del Gobierno del primer ministro, Manuel Valls.

«Si una empresa necesita trabajar 40 horas, hay que hacerlo», declaró el representante de los empresarios en «France Culture», donde consideró que la legislación debe «adaptarse» y «simplificarse».

Harlem Désir, actual secretario de Estado de Asuntos Europeos y anteriormente primer secretario del Partido Socialista, desmintió, sin embargo, que el Ejecutivo se planteara modificar la ley de las 35 horas, un símbolo laboral de la izquierda francesa.

«No hay un proyecto para cuestionar las 35 horas», sino «una voluntad de desarrollar la negociación social en las empresas» sobre aspectos como «la defensa del empleo» o «la organización del tiempo de trabajo», precisó Désir en la televisión «iTélé».

Macron, que trabajó en la banca Rothschild de 2008 a 2012 y ha sido consejero económico del gabinete de Hollande, fue nombrado titular de Economía e Industria el pasado martes, en sustitución de Arnaud Montebourg, cuyas críticas a la política económica del Ejecutivo provocaron una crisis de Gobierno.

En el pasado, el primer ministro Valls ya se había declarado favorable a revisar la jornada semanal de 35 horas, una herramienta concebida para favorecer el empleo y reducir el paro.

Esa legislación, que la OCDE considera que es posible que haya creado empleos suplementarios aunque es «costosa y su impacto a largo plazo es incierto», ha sufrido varias modificaciones menores a lo largo de los últimos 14 años.

Según datos de la Unión Europea, donde la jornada laboral media por semana en sus Veintiocho Estados miembros es de 37,2 horas, en Francia se trabajan de media 37,4 horas por semana, lejos de las 30 horas que trabajan los holandeses y también de las 42,1 horas semanales de los griegos.

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