Alex Pring tiene seis años y nació sin un brazo. Cuando sus padres consultaron con doctores especialistas en prótesis, los médicos anunciaron que estas tenían un precio 40 mil dólares, una cantidad que la familia no podía costear.
Afortunadamente, un grupo de estudiantes de la Universidad de Florida Central escuchó la historia de Pring y decidió ayudar.
En solo siete semanas, los jóvenes -que estudian ingeniería eléctrica, mecánica y civil- crearon una prótesis con la ayuda de una impresora 3D. El nuevo brazo de Alex costó 350 dólares, menos del 1% del precio original.
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Albert Manero, encargado del proyecto, asegura que cuando Pring crezca, podrá cambiar las partes de su brazo por menos de 50 dólares. En entrevista con el diario DailyMail, el hombre dijo: “Sé que la comunidad internacional permitirá que esta tecnología [la impresión 3D] avance y los costos seguirán disminuyendo”.
Las imágenes en la galería son cortesía de KT Crabb Photography. Podrán encontrar más información sobre el fantástico fotógrafo en este vínculo: ktcrabbphotography.com.
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