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La ofensiva ucraniana sufre un revés y los rebeldes admiten presencia rusa en sus filas

Kiev, 29 may (EFE).- La ofensiva ucraniana con aviación y artillería pesada contra los bastiones prorrusos sufrió hoy un duro revés con el derribo de un helicóptero que transportaba a un general y 12 soldados, mientras los rebeldes reconocieron por vez primera la presencia rusa en sus filas.

El helicóptero, que volaba a baja altura, fue derribado con un proyectil de bazoca cerca de Slaviansk, el más irreductible bastión insurgente en la región de Donetsk (este), y de sus 14 tripulantes únicamente se salvó un soldado, que resultó gravemente herido.

Entre las bajas figura el general Serguéi Kulchitski, el jefe de instrucción militar de la Guardia Nacional, según reconoció el presidente interino de Ucrania, Alexandr Turchínov.

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«Estoy seguro de que las Fuerzas Armadas y los órganos de seguridad llevarán hasta el final la (operación de) limpieza de los terroristas, y todos los criminales serán liquidados o se sentarán en el banquillo de los acusados», subrayó.

Según el Ministerio del Interior ucraniano, el aparato fue derribado después de transportar munición y alimentos a un puesto de control de la Guardia Nacional, y cuando trasladaba de regreso a su base a un destacamento de soldados tras efectuar un cambio de turno.

Durante toda la jornada, aviones y piezas de artillería martillearon los bastiones rebeldes de Slaviansk y Kramatorsk, donde los combates se reanudaron tras la elección el domingo de Petró Poroshenko como nuevo presidente ucraniano.

Pero las autoridades desmintieron rotundamente el uso de las lanzaderas de misiles Grad, como denunciaron esta mañana los milicianos.

Al mismo tiempo, en un adelanto de sus intenciones de lanzar una ofensiva militar en toda regla, los militares ucranianos anunciaron su disposición a crear un corredor humanitario para facilitar la salida de la población civil de Slaviansk.

«En esa situación, las partes deben acordar la creación de un corredor para los refugiados. La dirección de la operación antiterrorista está dispuesta a actuar para la evacuación de los civiles pacíficos de Slaviansk», dijo Vladislav Selezniov, portavoz ucraniano.

Por si hubiera alguna duda de los planes de Kiev, las autoridades han prolongado hasta el 2 de junio, como mínimo, la prohibición de volar a Donetsk, epicentro de la sublevación prorrusa.

Según los expertos, Kiev ha intensificado la ofensiva en el este rusohablante para poner fin a la resistencia rebelde con vistas a la investidura de Poroshenko el próximo 7 de junio y a una posible reunión de éste con el presidente ruso, Vladímir Putin.

El alcalde popular de Slaviansk, Pável Ponomariov, cifró en casi 1.200 las bajas sufridas por las fuerzas gubernamentales, además de 8 helicópteros y 15 blindados, en su ofensiva contra Slaviansk.

Mientras, los rebeldes han sufrido menos de 200 bajas, sin contar los muertos entre la población civil, víctimas de los ataques con mortero contra esa ciudad de poco más de cien mil habitantes.

Bajo control rebelde aún se encuentran los cuatro observadores de la OSCE -un estonio, un turco, un suizo y un danés- que desaparecieron el pasado martes, aunque el ministro de Exteriores ucraniano, Andréi Deschitsa, expresó su confianza de que sean liberados en los próximos días.

«Están bien. La misión de la OSCE en Kiev está en contacto con ellos. A la OSCE le avisamos de que no era buena idea aparecer por Donetsk. No nos hicieron caso. Por eso los detuvimos. Ahora, les estamos registrando. Les encontramos algunos equipos. Una vez registrados, serán liberados», aseguró Ponomariov.

Por otra parte, los insurgentes reconocieron por primera vez que ciudadanos rusos integran las filas rebeldes que combaten desde principios de abril a las tropas ucranianas y a la Guardia Nacional en las regiones orientales de Donetsk y Lugansk.

El primer ministro de la autoproclamada república popular de Donetsk, Alexandr Borodái, dijo a la agencia oficial rusa RIA-Nóvosti que 33 de los milicianos muertos durante el intentona de tomar este martes el aeropuerto de Donetsk proceden de Rusia.

«Todos los muertos han sido identificados. Hoy enviaremos a 33 de ellos con sus familias. Estamos en contacto con sus familiares», añadió.

Hasta ahora, los sublevados habían negado la presencia de hombres armados rusos en el bando insurgente, aunque las autoridades de Kiev aseguran que algunos dirigentes separatistas, entre ellos Borodái, son ciudadanos de la Federación Rusa.

Mientras, la Cancillería rusa exigió a Kiev «que cese la guerra fratricida», ya que «los bombardeos repetidos, algunos con ayuda de la aviación y artillería, sobre las ciudades y objetivos civiles están causando daño y sufrimiento entre la población civil (…) entre ellos ancianos y niños de corta edad».

Moscú, 29 may (EFE).- El autoproclamado alcalde de popular de Slaviansk, Viacheslav Ponomariov, reconoció hoy que los cuatro observadores de la OSCE desaparecidos desde el pasado martes están en manos de los milicianos.

«El grupo de cuatro personas que desapareció al sur de Donetsk, sabemos dónde está, están todos bien. Les dijimos que no fueran a ninguna parte por un tiempo, pero cuatro de ellos no hicieron caso y claro, fueron detenidos», reveló Ponomariov a la agencia rusa Interfax.

El líder de los insurgentes de Slaviansk, bastión de la rebelión prorrusa en el sureste de Ucrania, aseguró que los cuatro observadores de la OSCE, ciudadanos de Estonia, Turquía, Suiza y Dinamarca, podrían ser liberados en las próximas horas.

«Nadie les ha arrestado. Les hemos retenido. Cuando aclaremos quiénes son, a dónde y a qué iban, les dejaremos marchar», dijo Ponomariov, que sugirió su intención pudo ser el espionaje a favor de las fuerzas ucranianas.

El ministerio de Asuntos Exteriores de Ucrania informó ayer de que los observadores estaban «retenidos por uno de los grupos prorrusos» y señaló que las fuerzas de seguridad ucranianas «trabajan en su liberación».

Poco antes, el primer ministro de la autoproclamada república popular de Donetsk, Alexandr Borodái, negó la implicación de los rebeldes en la desaparición de los observadores.

La misión especial de observación de la OSCE en Ucrania, en marcha desde el pasado mes de marzo, cuenta actualmente con unas 280 personas, entre ellas unos 200 observadores civiles de 41 países.

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