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EE.UU. dice que la Celac traiciona el compromiso con la democracia al “abrazar” el castrismo

Washington, 30 ene (EFE).- El Gobierno de EE.UU. afirmó hoy que la II Cumbre de la Celac celebrada en La Habana «traicionó» el compromiso del continente americano con la democracia al «abrazar el sistema de partido único en Cuba» y urgió a los países miembros a demostrar su apoyo a la libertad de asamblea y de expresión.

«Estamos decepcionados de que la Celac, en su declaración final, traicionó la dedicación a los principios democráticos a la que se ha comprometido la región, al abrazar el sistema de partido único en Cuba», dijo a Efe un portavoz del Departamento de Estado, que pidió el anonimato.

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«Urgimos a los miembros de la Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) a demostrar claramente su apoyo al derecho a la asamblea pacífica y a la libertad de expresión en todo el continente de las Américas», agregó el portavoz.

El Departamento de Estado ve la declaración de la Celac «particularmente inexplicable para una organización cuyo supuesto apoyo a la democracia y los derechos humanos quedó expresado» en la declaración de Santiago de Chile durante la primera cumbre del organismo regional, en enero de 2013.

En particular, Estados Unidos considera «especialmente desalentador e inconsistente que la Celac decidiera aceptar sin cuestionarlas las acciones represivas de su anfitrión para impedir a sus ciudadanos expresar pacíficamente sus aspiraciones democráticas».

«Condenamos rotundamente el acoso del Gobierno cubano y su arresto de activistas entonces (al inicio de la cumbre), y lo hacemos ahora. Como siempre hemos hecho, urgimos al Gobierno de Cuba a permitir que los ciudadanos cubanos expresen sus opiniones de forma libre, y que se reúnan pacíficamente en el ejercicio de ese derecho», concluyó el portavoz.

En la declaración final de la cumbre de la Celac, los países miembros -todos los del continente excepto EE.UU. y Canadá- acordaron «respetar plenamente el derecho inalienable de todo Estado a elegir su sistema político, económico, social y cultural como condición esencial para asegurar la convivencia pacífica entre las naciones.»

La declaración incluye además un punto que expresa el «profundo rechazo» de la Celac «a la aplicación de medidas coercitivas unilaterales», reitera su «solidaridad con la República de Cuba» y «reafirma» su «llamado al Gobierno de los Estados Unidos de América a que ponga fin al bloqueo económico, comercial y financiero que impone a dicha nación hermana desde hace más de cinco décadas».

Los países miembros de la Celac también mostraron su «rechazo a las listas y certificaciones unilaterales por parte de países desarrollados que afectan a países de la América Latina y el Caribe, en particular las referidas a terrorismo, narcotráfico, trata de personas y otras de similar carácter».

En concreto, ratificaron su rechazo a «la inclusión de Cuba en la denominada Lista de Estados que promueven el terrorismo Internacional del Departamento de Estado de los Estados Unidos».

A ello se han sumado las denuncias de la opositora Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional (CCDHRN) de una oleada de actos represivos en los últimos días para «amordazar» e «intimidar » a los disidentes durante la cumbre que ha incluido la detención temporal de unas 40 personas.

Miami (EE.UU.), 30 ene (EFE).- El exilio cubano en Miami tachó hoy de «bochornoso acto de complicidad» con el régimen castrista la II Cumbre de la Celac celebrada en La Habana, un encuentro viciado por la «arenga ideológica» e incapaz de trazar una «hoja de ruta hacia la esperanza», a juicio de los exiliados.

La Cumbre, que concluyó este miércoles, fue para los grupos del exilio la constatación de que la mayoría de los mandatarios latinoamericanos mantiene todavía una suerte de servidumbre mental hacia el régimen de La Habana.

«Fue un bochornoso acto de complicidad con la tiranía castrista por parte de la casi totalidad de los mandatarios latinoamericanos», dijo a Efe Antonio Díaz Sánchez, miembro del consejo coordinador del Movimiento Cristiano de Liberación (MCL).

Según informaciones de la disidencia interna cubana, solo Costa Rica y Chile, de los 33 países participantes en la Cumbre (todos los de América menos EE.UU. y Canadá) mantuvieron reuniones con opositores durante su estancia en La Habana.

En la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) se escenificó el «abandono total de los derechos del pueblo cubano», un acto que «duele doblemente por venir de nuestros compatriotas de América Latina», enfatizó Díaz Sánchez.

En cuanto a los réditos políticos y diplomáticos que el régimen cubano puede sacar de esta reunión, aseveró que «nunca puede considerarse un éxito algo que atenta contra el bien común de un pueblo».

Díaz Sánchez insistió en su opinión de que los líderes de América Latina mostraron una reprobable falta de coherencia con «sus principios democráticos», temerosos, en ese sentido, de «expresar que el pueblo cubano también tiene derecho a vivir en democracia y libertad» y en un clima libre de toda coacción.

Se trata de un comportamiento que, a juicio de Ramón Saúl Sánchez, director del Movimiento Democracia, se cimenta en el «temor a irritar» al presidente cubano, Raúl Castro, y en la tácita aceptación de un «silencio cómplice» frente a una demanda impostergable: «Abra las rejas, no reprima a más gente», expuso.

A la postre, el mensaje que lanza la Cumbre a toda Latinoamérica es que, sin ningún tipo de escrúpulo moral, se puede organizar una cita regional y, al mismo tiempo, «caminar sobre los derechos de los cubanos, amordazarlos, esconderlos en viejos cuarteles por la Seguridad del Estado para que no puedan expresar públicamente su reclamo de los derechos humanos y la democracia».

Además, prosiguió, Saúl Sánchez, se manifestó en la Cumbre la «vieja política latinoamericana, con sus mismos vicios de soberbia y exclusión», con idéntica «retórica» vacía que silencia los atropellos y se muestra incapaz de «dibujar una hoja de ruta con sustancia» y sin «arengas ideológicas».

Sánchez mencionó las denuncias de violaciones de los derechos humanos en Cuba reiteradas por Amnistía Internacional y Human Right Watch en vísperas de la cumbre y subrayó que tanto la Organización de Estados Americanos (OEA) como la ONU y la Unión Europea (UE) deberían evaluar «lo que pasó fuera de la cumbre, no sólo dentro. Los cubanos estaban amordazados», apostilló.

Según Sánchez, el secretario del Movimiento Democracia en Cuba, José Díaz Silva, permanece «secuestrado» por la Seguridad del Estado y «entre un centenar y medio millar» de opositores fueron «advertidos, secuestrados, retenidos en sus casas o trasladados» a cuartelillos de la Policía durante la celebración de la cumbre.

En iguales términos se expresó Díaz Sánchez, quien aseguró que los miembros del MCL, al igual que todos los disidentes, han sufrido durante la cumbre todo tipo de «acoso, hostigamiento y amenazas».

A la cumbre asistieron como invitados los secretarios generales de la ONU y la OEA, Ban Ki-Moon y José Miguel Insulza, y en coincidencia con la reunión la UE anunció que negociará un acuerdo bilateral con Cuba.

«No nos puede sorprender lo que suceda en el futuro», ya que asistimos al «olvido universal de que en Cuba desde hace medio siglo no se puede ejercer el derecho democrático» a un «referéndum y la elección libre de representantes políticos», dijo.

El Comité Cubano Pro Derechos Humanos (CCPDH) se sumó a la denuncia de que «decenas de opositores en la isla fueron sitiados, arrestados e incomunicados» durante la Cumbre de La Habana.

Óscar Peña, director del CCPDH, se refirió al comentario vertido en la Cumbre por la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, en el que sostuvo que «solamente con Cuba nuestra región estará completa».

«Se equivoca Rouseff, porque la región solo estará completa, cuando Cuba esté presentada por un Gobierno democrático como el que disfrutan la mayoría de las naciones que se reunieron en La Habana, concluyó Peña.

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