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Llegan a Yuba los primeros refuerzos para la misión de la ONU en Sudán del Sur

Naciones Unidas, 27 dic (EFE).- La ONU anunció hoy que ya han empezado a llegar los primeros refuerzos para respaldar a las tropas de su Misión en Sudán del Sur (UNMISS), que fueron autorizados la semana pasada por el Consejo de Seguridad.

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Se trata de un grupo de 72 «cascos azules» de la misión de la ONU en República Democrática del Congo (MONUSCO) que llegaron este viernes a Yuba, la capital del país africano, como parte de las 5.500 tropas adicionales recomendas por el secretario general, Ban Ki-moon.

Los «cascos azules», de nacionalidad bangladeshí, forman parte del contingente de la Policía de Naciones Unidas (UNPOL) desplegado en la República Democrática del Congo, según detalló la oficina del portavoz de la ONU en un comunicado.

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Los policías están especializados en el manejo de multitudes y de manera «inmediata» ayudarán a proteger a los 63.000 civiles sursudaneses que se han refugiado en distintas bases de la UNMISS repartidas por el país desde que estalló la crisis.

De los 63.000 civiles refugiados que contabiliza ahora Naciones Unidas, unos 25.000 se encuentran en dos bases de la UNMISS en Yuba, además de 15.000 en Bor, unos 12.000 en Bentiu y otros 8.000 en Malakal.

La enviada especial de la ONU para Sudán del Sur, Hilde Johnson, había advertido este jueves de que era «crítico» que empezaran a llegar los primeros refuerzos a las bases de la UNMISS «en las próximas 48 horas».

Johnson había reconocido que la seguridad en las bases de la ONU seguía siendo «un reto» por el gran número de refugiados y el poco personal y que necesitaban «de forma desesperada» mejorar su capacidad para implementar su mandato de proteger a los civiles.

El presidente del país, Salva Kir, acusó al exvicepresidente Riek Machar, al frente de los rebeldes, de un intento fallido de golpe de Estado el pasado 15 de diciembre, algo que el líder rebelde ha negado, y desde entonces han muerto un millar de personas.

Sudán del Sur, de mayoría cristiana y animista, se independizó de Sudán, de mayoría musulmana, en julio de 2011 gracias a un acuerdo de paz que había sido firmado en 2005 y que puso fin a décadas de guerra civil.

Nairobi, 27 dic (EFE).- El Gobierno de Sudán del Sur se comprometió hoy a cesar sus hostilidades con los insurgentes de forma inmediata, informaron a Efe fuentes de la cumbre que reunió a los líderes de los países del Este de África integrados en la Autoridad Internacional para el Desarrollo (IGAD).

Así se lo trasladó el ministro de Asuntos Exteriores sursudanés, Barnaba Marial Benjamín, a los cinco gobernantes que participaron en este encuentro celebrado en Nairobi para buscar una solución a la crisis de este país africano, entre los que finalmente no estuvo el de Sudán del Sur, Salva Kir, pese a estar invitado.

El organismo internacional acordó, además, dar un plazo de cuatro días para que se celebre una reunión cara a cara entre el presidente de Sudán del Sur y el expresidente y su rival político Riak Mashar para poner fin a la violencia desatada por un intento de golpe de Estado.

Según las citadas fuentes, si no se produce este encuentro antes del 31 de diciembre el IGAD estudiará «nuevas medidas», aunque éstas no quedaron concretadas.

El presidente Kir se comprometió el jueves a dialogar con Mashar la próxima semana en Etiopía para intentar encontrar una solución a la crisis.

El ministro de Exteriores de Etiopía, Tedros Adhanom, señaló tras la cumbre que el IGAD confía en que Mashar asuma compromisos similares a los del Gobierno sursudanés, informaron diferentes medios locales.

Durante la reunión de hoy, los líderes de Etiopía, Kenia, Uganda, Somalia y Yibuti afirmaron que no aceptarán «el derrocamiento inconstitucional de un Gobierno elegido debida y democráticamente» en Sudán del Sur.

El presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, en nombre del resto de jefes de Estado integrantes del IGAD, reclamó «el cese inmediato de la violencia» en este país.

«Sudán del Sur tiene un Gobierno. Tenemos una pequeña ventana de oportunidad para asegurar la paz, algo que urgimos a alcanzar a todas las partes del conflicto, incluyendo a Riak Mashar», dijo Kenyatta en referencia al líder rebelde, a quien Kir acusa de haber perpetrado el reciente golpe de Estado.

No obstante, pese a su apoyo al Gobierno electo, el IGAD le exigió que dé un «trato humano» y un juicio justo a sus once presos políticos y militares para que puedan formar parte de las conversaciones de paz.

«Los detenidos forman parte de los líderes del país, y como tal son parte de la solución. El sistema jurídico tiene que procesarlos, pero proporcionarles un trato humano y permitir que rápidamente vuelvan a ser parte integrante del diálogo», dijo el presidente de Kenia.

El IGAD considera que una «solución militar interna» es inviable ya que, en un actual contexto situado al borde de la división étnica, conllevaría «una ruptura profunda de los lazos políticos y sociales».

«No tenemos tiempo -previno-. Si la ola actual de violencia continúa llevará a atrocidades contra la población civil y creará una dinámica global que hará mucho más difícil llegar a una solución para Sudán del Sur y la región».

Del mismo modo, alertó de que los países vecinos de Sudán del Sur tampoco aceptarán «la continua masacre de civiles y la destrucción de la propiedad sin sentido».

La grave situación en Sudán del Sur, país que no ha cumplido aún dos años y medio desde su declaración de independencia, estalló por un intento de golpe de Estado del que el presidente Kiir acusó a su exvicepresidente.

Miles de personas murieron y más de 80.000 se han visto obligadas a desplazarse huyendo de los enfrentamientos que estallaron el pasado 15 de diciembre, según la ONU, que ha rechazado calificar lo ocurrido como conflicto étnico y ha insistido en que se trata de una lucha por el poder.

Más de la mitad de los desplazados han buscado refugio en las instalaciones de la Misión de la ONU en Sudán del Sur (UNMISS), y solo en la capital, Yuba, hay más de 20.000 refugiados en esas bases.

El miércoles, los rebeldes anunciaron que había tomado Malakal, la capital del estado de Alto Nilo, donde se concentra la mayor parte de la producción de petróleo del país.

El Consejo de Seguridad aprobó esta semana el envío de 5.500 cascos azules para reforzar la UNMISS, lo que significa duplicar la presencia de soldados de paz, con el objetivo de buscar una solución política al conflicto.

Ginebra, 27 dic (EFE).- Unos 63.000 desplazados por la violencia armada en Sudán del Sur, más de la mitad de los 121.000 que se ha registrado en tan sólo trece días de crisis, se encuentran en las bases de la ONU en cinco localidades del país.

Sin embargo, se cree que el verdadero número de refugiados es mayor, pues la información que se tiene de los desplazamientos forzados fuera de los mayores centros poblados es escasa, señaló hoy la Oficina de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas.

La grave situación en Sudán del Sur, país que no ha cumplido aún dos años y medio desde su declaración de independencia, estalló por un intento de golpe de Estado del que el presidente Salva Kiir acusó a su exvicepresidente.

El alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos ha denunciado que, a pesar del poco tiempo transcurrido desde el inicio de los enfrentamientos, se están registrando múltiples atrocidades, tales como ataques por razones étnicas, detenciones arbitrarias y asesinatos.

A esos crímenes se agrega el hallazgo hace tres días de fosas comunes en Yuba, la capital de Sudán del Sur, y en Bentiu.

Las instalaciones de la Misión de Naciones Unidas en Sudán del Sur (UNMISS) que han acogido a los desplazados se encuentran en Yuba, Bor, Malakal, Bentiu y Pariang.

El Consejo de Seguridad aprobó esta semana el envío de 5.500 cascos azules para reforzar la UNMISS, lo que significa duplicar la presencia de soldados de paz, con el objetivo de buscar una solución política al conflicto.

Ante la precipitada escalada de violencia, las agencias humanitarias de Naciones Unidas han decidido dar prioridad a la ayuda de supervivencia en los próximos tres meses, para lo que requieren en conjunto 166 millones de dólares de donaciones.

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