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Seúl convoca a un diplomático nipón por la visita de Abe al santuario de Yasukuni

Seúl, 26 dic (EFE).- El viceministro de Exteriores de Corea del Sur, Kim Kyou-hyun, convocó hoy a la segunda autoridad de la Embajada de Japón en Seúl, Takashi Kurai, para trasladarle una protesta formal sobre la polémica visita del primer ministro nipón, Shinzo Abe, a un santuario donde se honra a criminales de guerra.

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Kim expresó al diplomático nipón su malestar por la visita de Abe al santuario de Yasukuni, que calificó como «lamentable» y «anacrónica» en línea con la respuesta oficial que emitió Seúl después de que el presidente japonés acudiera al templo esta mañana.

El representante surcoreano también advirtió al representante de Tokio de que la visita tendrá un impacto negativo en las relaciones bilaterales entre los dos vecinos del Nordeste de Asia, según reveló a Efe una portavoz de Exteriores.

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El primer ministro japonés visitó esta mañana de forma inesperada el citado santuario en el centro de Tokio donde se rinde homenaje a los millones de caídos del Ejército Imperial entre 1853 y 1945, entre ellos 14 notorios criminales de la Segunda Guerra Mundial.

China y Corea del Sur, que fueron colonizados por Japón en la primera mitad del siglo XX, consideran las habituales visitas a Yasukuni por parte de políticos nipones como acciones que reivindican la opresión colonial y el militarismo.

Seúl generalmente emite fuertes protestas diplomáticas cuando autoridades de Tokio acuden al santuario.

Además, se trata de la primera vez que un jefe de Gobierno japonés visita el templo desde 2006, cuando lo hizo el entonces primer ministro Junichiro Koizumi.

Shinzo Abe, que también fue primer ministro entre 2006 y 2007, nunca había visitado Yasukuni como primer ministro, aunque sí lo hizo en más de una ocasión cuando fue ministro portavoz en el gabinete de Koizumi.

El político conservador aseguró hoy que es «un malentendido» pensar que acudir al santuario es venerar a criminales de guerra y explicó que simplemente oró por «el descanso de aquellos que perdieron su preciosa vida por Japón en la guerra», en un intento de evitar protestas de los países vecinos.

La repercusión de la visita de Abe a Yasukuni ha sido tan elevada que incluso el Gobierno de EEUU mostró hoy su «decepción» al considerar que la acción «agravará las tensiones» con los países de la región del Nordeste de Asia.

Tokio, 26 dic (EFE).- El primer ministro japonés, Shinzo Abe, visitó hoy, día en que cumplía un año en el poder, el polémico santuario de Yasukuni, gesto que ha sido duramente criticado por Pekín y Seúl y contribuye a empeorar el tenso clima diplomático en la región.

Abe, que también ostentó el cargo entre 2006 y 2007, nunca había acudido como primer ministro a este santuario sintoista que consagra a millones de japoneses caídos en conflictos armados entre 1853 y 1945 y que tampoco había sido visitado por ningún jefe de Gobierno nipón desde que Junichiro Koizumi lo hiciera en 2006.

Entre los caídos a los que glorifica Yasukuni se cuentan 14 políticos y oficiales del Ejército Imperial condenados como criminales de clase A por Tribunal Penal Militar Internacional para el Lejano Oriente por los actos cometidos durante la II Guerra Mundial.

Los Gobiernos de China y Corea del Sur, dos países que padecieron el dominio colonial nipón hasta 1945, criticaron duramente la sorpresiva visita de Abe.

El portavoz de la cancillería china, Qin Gang, consideró que la acción del primer ministro japonés «pisotea de manera grosera los sentimientos del pueblo chino y otros pueblos asiáticos» que padecieron el expansionismo de Japón.

La visita de Abe llega apenas un mes después de que Pekín anunciara la creación de una controvertida zona de identificación de defensa aérea (ADIZ), que exige identificación a las aeronaves extranjeras que la atraviesen y enmarca a las islas Senkaku (Diaoyu en chino), controladas por Tokio pero reclamadas por Pekín.

La disputa a cuenta de estos islotes deshabitados se ha recrudecido desde que en 2012 el Gobierno nipón comprará varios de ellos a un particular japonés y desde entonces ha enfriado las relaciones bilaterales.

Por su parte, el Gobierno surcoreano calificó de «lamentable» la visita al santuario, «el cual glorifica agresiones coloniales y consagra a criminales de guerra», según explicó en un comunicado el Ministro de Cultura, Yoo Jin-ryong.

Los lazos entre Tokio y Seúl, que también se disputan otro grupo de islotes en el Mar de Japón, no han estado en buena sintonía desde la llegada al poder de Abe, al tiempo que la presidenta surcoreana, Park Geun-hye, se ha mostrado reacia a acoger este año la cumbre trilateral que los tres países han celebrado anualmente desde 2008.

EEUU, principal aliado militar de Japón, quiso también pronunciarse sobre la polémica visita del primer ministro nipón y a través de su embajada en Tokio aseguró sentir «decepción» por un gesto que considera que «agravará las tensiones» con sus vecinos.

Por su parte, Abe defendió su acción y subrayó que su intención «no era herir los sentimientos» de China o Corea del Sur.

«Es un malentendido pensar que esta visita significa venerar a criminales de guerra. No se trata de eso. Simplemente he ido al santuario a presentar mis respetos con motivo de mi primer año en el cargo», dijo el primer ministro tras realizar una breve oración en el interior del recinto.

El político conservador aseguró que dedicó un rezo a aquellos que perdieron la vida por Japón, y que con ello quería mostrar que su propósito es que su país «nunca volverá a participar en ninguna guerra».

El jefe de Gobierno incluso hizo público un comunicado titulado «Compromiso con la paz eterna» en el que pidió la «comprensión» de todas las partes implicadas.

Los más críticos consideran que la visita es definitoria de la política de Abe, cuyos dos mandatos han estado marcados por gestos contradictorios y discutibles hacia sus vecinos.

Nieto del ex primer ministro Nobusuke Kishi, un proimperialista condenado y rehabilitado después por EEUU, Abe es uno de los grandes impulsores de la omisión de las tropelías de Japón en Asia antes y durante la II Guerra Mundial en libros de texto que han pasado por las manos de millones de nipones desde la pasada década.

En esta legislatura se ha propuesto además sacar adelante varias reformas polémicas que ya persiguió durante su corto primer mandato, como la de enmendar la Constitución pacifista nipona para modificar el rol de las Fuerzas de Auto Defensa y potenciar sus capacidades ante la pujanza de China.

Andrés Sánchez Braun

Bruselas, 26 dic (EFE).- La Unión Europea (UE) afirmó hoy que la visita del primer ministro nipón, Shinzo Abe, al polémico templo de Yasukuni no contribuye a reducir las tensiones en la región, y urgió a Japón, China y Corea del Sur a fomentar la confianza mutua.

Abe visitó hoy por sorpresa el santuario de Yasukuni, donde se venera la memoria de millones de japoneses caídos durante conflictos armados entre 1853 y 1945, así como a 14 notorios criminales de la II Guerra Mundial (1939-1945), lo que ha desatado duras críticas de China y Corea del Sur.

La jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, recalcó en un comunicado que la visita de Abe al santuario de Yasukuni «no conduce a rebajar las tensiones en la región o a mejorar las relaciones con los vecinos, especialmente con China y Corea del Sur».

«Todos los países en la región han reafirmado en los últimos meses su compromiso con la paz y estabilidad», dijo Ashton, quien recordó que «la UE ha enfatizado continuamente la necesidad de que se traten las disputas con una diplomacia cuidadosa y absteniéndose de acciones que pueden generar tensiones».

En este sentido, Ashton urgió a los países afectados a «construir unos lazos positivos y constructivos» con sus respectivos vecinos, a fin de «fomentar la confianza, diluir las tensiones y garantizar la estabilidad a largo plazo en la región».

Tras su visita al santuario, el primer ministro nipón aseguró que es «un malentendido» pensar que acudir allí supone venerar a criminales de guerra, puesto que simplemente oró por «el descanso de aquellos que dieron la vida por Japón en la guerra».

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