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Irán invita al OIEA a inspeccionar la controvertida planta nuclear de Arak

Viena, 28 nov (EFE).- Irán parece finalmente dispuesto a mejorar su cooperación con la comunidad internacional y ha invitado hoy al OIEA a inspeccionar el 8 de diciembre próximo la planta de agua pesada de la polémica instalación nuclear de Arak.

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Según dijo en Viena el director general del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), Yukiya Amano, la invitación formal de Irán será aceptada con toda seguridad por la agencia nuclear de la ONU.

«Aún no hemos respondido, pero es seguro que vamos a ir. Vamos a ver la planta de producción de agua pesada, que ya está produciendo agua pesada. Tendremos acceso para entender las actividades allí», señaló Amano a la prensa, al margen de una reunión de la Junta de Gobernadores del OIEA en Viena.

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El agua pesada -de forma técnica conocida como óxido de deuterio- alimentará el futuro reactor de Arak, situado al suroeste de Teherán.

Los inspectores del OIEA visitarán esa planta por primera vez en dos años, y la principal preocupación es que el reactor que se pretende instalar allí producirá también plutonio, una sustancia altamente tóxica que sirve para fabricar bombas atómicas.

El acceso a esa instalación forma parte del reciente acuerdo firmado entre Irán y el OIEA, que prevé seis medidas prácticas para intensificar las inspecciones.

«Se trata de un importante paso hacia delante, pero aún queda mucho por hacer», manifestó el director general del OIEA.

Los detalles de las demás medidas prácticas serán discutidos el 11 de diciembre en Viena, cuando se celebre la próxima reunión técnica entre el OIEA e Irán.

«Todos los otros asuntos pendientes, incluyendo los destacados en informes anteriores, serán tratados en pasos subsiguientes», explicó Amano, en referencia a las posibles dimensiones militares del programa nuclear iraní.

Por otra parte, Amano confirmó hoy que su agencia ha comenzando a estudiar cómo verificar lo acordado en el reciente acuerdo nuclear interino firmado por Irán y seis grandes potencias en Ginebra.

Según este acuerdo, que tendrá una duración de seis meses, Teherán deberá congelar parte de su programa nuclear a cambio de un levantamiento parcial de las sanciones económicas impuestas.

La República Islámica se ha comprometido, entre otros asuntos, a no avanzar con las obras en Arak y a diluir sus depósitos de uranio altamente enriquecido, otra sustancia con la que se pueden fabricar bombas.

Todo eso deberá ser verificado por el OIEA, que además tendrá que inspeccionar ciertas instalaciones atómicas todos los días.

Para ello, el OIEA necesitará más dinero y más personal, aseguró Amano, al explicar que actualmente hay entre uno y dos equipos de inspectores (con dos personas cada uno) en la República Islámica.

«No puedo decir cuánta gente vamos a necesitar. El presupuesto del OIEA es muy ajustado, no creo que podamos cubrirlo con lo que tenemos, necesitaremos cantidades significativas de dinero y de personal», concluyó el director general.

La reunión de la Junta, que comenzó hoy, es la primera desde la firma del acuerdo de Ginebra la semana pasada.

El pacto tiene una validez de seis meses a partir de su puesta en marcha, prevista para finales de enero, un período durante el que las partes deberán negociar un acuerdo duradero para poner fin al conflicto nuclear que ya dura diez años.

La comunidad internacional teme que, bajo el paraguas de un supuesto programa nuclear civil, Irán se esté haciendo con los materiales y conocimientos necesarios para acceder a la bomba atómica.

Teherán rechaza estas alegaciones y dice que solo tiene intenciones pacíficas, como la generación de energía eléctrica y la lucha contra el cáncer.

Jordi Kuhs

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