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Negociaciones nucleares enfrascadas en pocos, pero vitales desacuerdos

Ginebra, 24 nov (EFE).- Después de cuatro días de negociación y de casi dieciocho horas de deliberaciones en las últimas veinticuatro horas, Irán y las seis potencias con las que negocia su programa nuclear siguen enfrascadas en tratar de resolver el escaso número de desacuerdos que persisten, pero que parecen vitales.

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Los máximos responsables de Exteriores de Estados Unidos, Rusia, Reino Unido, Alemania, Francia y China hicieron el viaje hasta Ginebra confiados en poder darle un impulso final al acuerdo, pero los hechos están demostrando que sus previsiones fueron demasiado optimistas.

El viceministro de Asuntos Exteriores de Irán, Abbas Araqchi, dijo casi al final del día que el 98 por ciento del acuerdo estaba cerrado, pero también reconoció que los «asuntos restantes son difíciles y necesitan la toma de importantes decisiones».

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Esas decisiones son las que parecen haber entrampado las negociaciones.

Las larguísimas horas que llevan trabajando los negociadores, bajo la dirección de la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, muestran, no obstante, que no están dispuestos a rendirse fácilmente.

Hace menos de dos semanas, con un despliegue diplomático muy similar -al más alto nivel- un acuerdo que parecía inminente no llegó a concretarse.

Si la ronda actual llegase a fracasar, la credibilidad de este proceso quedaría minada y la buena fe de los actores en duda, por lo que resulta difícil pensar que una movilización diplomática parecida podría volver a repetirse dentro de pocas semanas.

El impulso que había tomado el proceso negociador, con tres rondas de conversaciones en menos de dos meses -dos de ellas a nivel ministerial- no ha tenido precedentes.

Muy por el contrario, la confrontación con Occidente no había hecho más que exacerbarse hasta la reciente llegada del actual presidente, Hasán Rohaní, quien rápidamente hizo gestos claros de su deseo de que su país reanude relaciones normales con el resto del mundo.

Sin embargo, terminar esta ronda sin acuerdos claros -aunque sea de carácter preliminar hasta que se negocie en un plazo de medio año un acuerdo global y definitivo- puede suponer volver al estado anterior de parálisis y desconfianza total.

Diversas fuentes, incluidas iraníes, han confirmado que el último tema importante de divergencia está relacionado al funcionamiento del reactor nuclear de Arak (noroeste de Irán), que está en construcción y podría -12 a 18 meses después de empezar a operar- producir plutonio.

Este elemento es capaz de reemplazar al uranio enriquecido en la fabricación de una bomba atómica.

Asimismo, otro punto fundamental tenía que ver con las medidas que Irán tendrá que tomar para garantizar la naturaleza pacífica de su programa nuclear, con un énfasis particular en el enriquecimiento de uranio al 20 por ciento, un proceso que en caso de que pueda mantener tendrá que rebajar considerablemente.

Uno de los puntos básicos de partida es que un nivel de 20 por ciento está muy por encima del necesario para los fines civiles que defiende Irán que tiene su programa nuclear y que, en la práctica, indica que ya domina la tecnología para llegar hasta el grado de enriquecimiento de uranio necesario para dotarse de armamento atómico.

En esta negociación, otra área tan importante como la anterior es la referida a lo que Occidente está dispuesto a dar a Irán a cambio de arrancarle compromisos significativos.

Las ofertas del G5+1 pasan por el alivio de las sanciones económicas que ahogan cada vez más la economía iraní y a su población.

Isabel Saco y Sara Gómez Armas

Ginebra, 23 nov (EFE).- El viceministro de Asuntos Exteriores de Irán, Abbas Araqchi, afirmó hoy que el 98 por ciento del acuerdo sobre el programa nuclear de su país está cerrado.

Irán y seis potencias negocian desde el miércoles en Ginebra un arreglo para garantizar la naturaleza pacífica de las actividades nucleares de Teherán.

«Hemos realizado grandes progresos y estamos más cerca del final, pero las conversaciones avanzan lentamente», dijo el «número dos» del equipo negociador iraní.

De otra parte, afirmó que la cuestión del enriquecimiento de uranio está resuelta «en la práctica» dentro del texto que se negocia.

Irán ha reclamado a lo largo de estas negociaciones que se le reconozca el derecho de enriquecer uranio dentro de sus fronteras, un punto de divergencia central con el grupo de seis países con el que negocia (Estados Unidos, Rusia, Francia, Reino Unido, China y Alemania) conocido como G5+1.

Irán ha llegado a dominar la tecnología para enriquecer de uranio al 20 por ciento, un proceso que en caso de que pueda mantener deberá rebajar considerablemente, una exigencia clave de sus contrapartes en estas negociaciones.

De esa forma se evitaría que Irán pudiese eventualmente utilizar ese uranio enriquecido -en forma de combustible nuclear- para la fabricación de una bomba atómica.

En estas reuniones participan desde ayer los ministros de Exteriores además del iraní.

Sin embargo, Araqchi también reconoció ante la prensa de su país que los «asuntos restantes son difíciles y necesitan la toma de importantes decisiones».

El viceministro no descartó que las reuniones para cerrar lo poco que falta del acuerdo prosigan durante la noche y puedan incluso prolongarse hasta mañana por la mañana.

En todo caso, aseguró, no se prolongarán «más allá del mediodía» de mañana.

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