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Berlín advierte a Washington de que las escuchas en suelo alemán son delito

Berlín, 27 oct (EFE).- Berlín elevó hoy el tono de su respuesta ante el posible espionaje a la canciller, Angela Merkel, y advirtió a Washington de que embajadas y diplomáticos en suelo alemán deben respetar la ley germana, que determina que las escuchas telefónicas son delito.

La cascada de informaciones sobre las escuchas al teléfono móvil de Merkel durante más de una década desde la embajada estadounidense en Berlín, y con conocimiento al parecer del presidente estadounidense, Barack Obama, hizo reaccionar al titular alemán de Asuntos Exteriores, Guido Westerwelle.

En un comunicado, el ministro subrayó que «en suelo alemán rige la ley alemana», una frase pronunciada ya por Merkel el pasado verano, pero dejó claro que esa máxima es válida para todos: «para alemanes y extranjeros, para ciudadanos y empresas, y también para diplomáticos y embajadas».

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Westerwelle, quien el jueves convocó al embajador estadounidense en Berlín -un gesto diplomático inédito entre los dos países-, confió en que Washington comparta ese punto de vista.

«El espionaje entre amigos y aliados no es procedente», recalcó antes de añadir que, como se está comprobando, esas prácticas además «son políticamente muy perjudiciales».

El espionaje, agregó, «amenaza con minar los lazos» que unen a los dos países y concluyó: «No todo lo que es técnicamente posible es también políticamente razonable».

El comunicado se hizo público después de unas duras declaraciones del ministro del Interior alemán, Hans-Peter Friedrich, quien resaltó en una entrevista al dominical «Bild am Sonntag» que «espiar es un delito y los responsables deben responder por ello», ya que supone violar la soberanía nacional.

«Si los estadounidenses han pinchado teléfonos en Alemania, han infringido la ley alemana en territorio alemán», recalcó Friedrich, criticado por la oposición al dar por zanjado el debate del espionaje este verano tras viajar a Washington, cuando se publicaron informaciones sobre presuntas escuchas masivas de EEUU a ciudadanos germanos, gobiernos e instituciones europeas.

Sus palabras acompañaban las nuevas revelaciones sobre el espionaje al móvil de Merkel.

Citando fuentes de los servicios secretos de Estados Unidos, el «Bild am Sonntag» señaló hoy que Obama fue informado de las escuchas por el director de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA), Keith Alexaner, en 2010, no pidió suspender el programa y llegó a solicitar un informe completo sobre la canciller.

Obama no obstante, según los medios locales, garantizó el miércoles por teléfono a Merkel que no tenía conocimiento del espionaje y que, de haberlo sabido, lo habría parado.

Alemania ha anunciado ya que enviará en los próximos días una delegación «de alto nivel» a Estados Unidos para recabar datos de la Casa Blanca y de los servicios de inteligencia.

Según el dominical, la NSA no sólo espió el móvil del partido que usó Merkel hasta el pasado mes de julio, como se había señalado hasta ahora, sino que llegó a pinchar el teléfono aparentemente seguro que empezó a usar este verano.

La información recopilada en la cuarta planta de la embajada estadounidense en Berlín -donde trabajan 18 agentes de la NSA- se enviaba directamente a la Casa Blanca, sin pasar primero, como es habitual, por la central de la agencia en Fort Meade (Maryland).

Estos detalles completan la extensa información publicada por el semanario «Der Spiegel», que indica que el móvil de Merkel aparece en la lista de objetivos de la NSA desde 2002, tres años antes de que ganara las elecciones.

Ese año comenzó también el espionaje al entonces canciller, Gerhard Schroeder, según el «Bild am Sonntag».

El programa se puso en marcha bajo el mandato de George W. Bush, cuando Schroeder rechazó que tropas alemanas participaran en la guerra de Irak.

El escándalo tiene también sus repercusiones internas en Alemania, donde Merkel negocia con el Partido Socialdemócrata (SPD) la formación de una gran coalición de Gobierno.

Tras varios días con un perfil bajo, los socialdemócratas se sumaron hoy a la petición de La Izquierda y los Verdes de crear una comisión de investigación parlamentaria.

Berlín, 27 oct (EFE).- El presidente estadounidense, Barack Obama, fue informado por la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) en 2010 del espionaje al móvil de Angela Merkel, no pidió suspender el programa y llegó a solicitar un informe completo sobre la canciller, según publica hoy el periódico Bild am Sonntag.

El rotativo, que cita fuentes de los servicios secretos de EEUU, el rotativo explica que fue el director de la NSA, Keith Alexander, quien informó personalmente a Obama.

Estas fuentes contradicen el mensaje que el presidente de EEUU trasladó el miércoles a la canciller, al estallar el escándalo, cuando, según los medios locales, garantizó a Merkel que no tenía conocimiento del espionaje y que, de haberlo sabido, lo habría parado.

Alemania ha anunciado ya que enviará en los próximos días una delegación «de alto nivel» a Estados Unidos para recabar datos de la Casa Blanca y de los servicios de inteligencia.

«Espiar es un delito y los responsables deben responder de ello», subraya en una entrevista en el mismo periódico el ministro alemán de Interior, Hans-Peter Friedrich, quien viajó este verano a Washington para entrevistarse con la administración Obama tras publicarse informaciones sobre un presunto espionaje masivo a ciudadanos alemanes, gobiernos e instituciones de la Unión Europea.

«Si los estadounidenses han pinchado teléfonos en Alemania, han infringido la ley alemana en territorio alemán, lo que supone violar nuestra soberanía y resulta inaceptable», recalca Friedrich.

Según el Bild am Sonntag, la NSA no sólo espió el móvil del partido que usó Merkel hasta el pasado mes de julio, como se había señalado hasta ahora, sino que llegó a pinchar el teléfono aparentemente seguro que empezó a usar este verano.

La información recopilada en la cuarta planta de la Embajada estadounidense en Berlín -donde trabajan 18 agentes de la NSA- se enviaba directamente a la Casa Blanca, sin pasar primero, como es habitual, por la central de la agencia en Fort Meade (Maryland).

Según publica hoy el semanario Der Spiegel, el móvil de Merkel aparece en la lista de objetivos de la NSA desde 2002, tres años antes de que ganara las elecciones.

Ese año comenzó también el espionaje al entonces canciller, Gerhard Schroeder, según las informaciones del Bild am Sonntag.

El programa se puso en marcha bajo el mandato del presidente George W. Bush, cuando Schroeder rechazó que tropas alemanas participaran en la guerra de Irak.

Berlín, 27 oct (EFE).- El Gobierno de Angela Merkel advirtió hoy a Estados Unidos de que «en suelo alemán rige la ley alemana» y dejó claro que esa máxima es válida para todos, «para alemanes y extranjeros, para ciudadanos y empresas, y también para diplomáticos y embajadas».

En un comunicado difundido hoy tras publicarse que EEUU espió el móvil de la canciller durante más de una década desde las instalaciones de su embajada en Berlín, el ministro de Asuntos Exteriores, Guido Westerwelle, confió en que Washington comparta ese punto de vista.

«El espionaje entre amigos y aliados no es procedente», recalca el ministro antes de añadir que, como se está comprobando, esas prácticas además «son políticamente muy perjudiciales».

El espionaje, apunta, «amenaza con minar los lazos» que unen a los dos países y que «son cada vez más necesarios para gestionar juntos el futuro de un mundo globalizado en el siglo XXI».

«No todo lo que es posible es también políticamente razonable», concluye el jefe de la diplomacia alemana, que el jueves convocó al embajador estadounidense en Berlín para exigir explicaciones de las actividades de sus servicios de espionaje.

El comunicado oficial del Ministerio recordando a EEUU la aplicación de la ley alemana en suelo alemán se ha hecho público después de unas duras declaraciones del ministro de Interior alemán, Hans-Peter Friedrich, quien subrayó que «espiar es un delito y los responsables deben responder de ello».

En una entrevista al periódico «Bild am Sonntag», Friedrich dejó claro que «si los estadounidenses han pinchado teléfonos en Alemania, han infringido la ley alemana en territorio alemán».

El espionaje supone «violar nuestra soberanía y resulta inaceptable», destacó.

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