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Arranca el diálogo nacional en Túnez para intentar superar la crisis

Túnez, 25 oct (EFE).- Los líderes y representantes de 21 fuerzas políticas tunecinas, entre ellas el partido gubernamental, el islamista Al Nahda y las principales fuerzas de la oposición, inauguraron hoy la primera sesión de un diálogo nacional con la intención de superar la profunda crisis que sufre el país.

Reunidos en la sede del Ministerio de Derechos Humanos, los representantes políticos deberán sacar adelante el pacto alcanzado el pasado 5 de octubre entre las distintas fuerzas, que incluye la formación de un ejecutivo consensuado de tecnócratas y la redacción de la Constitución por parte del Parlamento, entre otras cosas.

Maya Zribi, secretaria general del partido Al Yumhuri, que forma parte de la plataforma opositora Frente de Salvación Nacional (FSN), declaró a Efe que a partir de hoy «no hay tiempo que perder para organizar los tres ejes que articulan la hoja de ruta» pactada a principios de mes.

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Zribi explicó que a partir del comienzo del diálogo hay «una semana para consensuar la personalidad independiente que dirigirá el nuevo Ejecutivo, que estará formado por tecnócratas».

La dirigente opositora agregó que en los siete días siguientes a la elección del nuevo primer ministro se deberá perfilar el nuevo Gobierno.

Una vez designado este, en un plazo máximo de tres semanas, el actual Ejecutivo deberá anunciar su renuncia, según se recoge en la hoja de ruta.

Además, según Zribi, «una comisión de expertos ayudará a los diputados a concluir la redacción de la nueva Carta Magna, mientras que otra comisión preparará una nueva ley electoral».

Asimismo, está previsto que, en el menor tiempo posible, se establezca la comisión suprema electoral, que fijará la agenda para los próximos comicios. Todo ello para intentar superar la parálisis política que sufre el país desde hace meses.

La primera sesión del diálogo se pudo celebrar hoy tras semanas de dilaciones, después de que el primer ministro tunecino, el islamista Ali Laridi, reiterara en varias ocasiones su compromiso de respetar la hoja de ruta y de dimitir dentro de tres semanas.

La última vez, fue esta mañana y por escrito en una carta que dirigió al secretario general del sindicato Unión General de los Trabajadores Tunecinos (UGTT), Husein Abasi, que actúa como mediador entre las partes.

Según dijo a Efe la portavoz del principal partido de la oposición Nidá Tunis, Lazad Akremi, el «documento escrito» redactado hoy por Laridi «satisface» a la oposición y «está en concordancia con la hoja de ruta».

Tras leer la carta, el FSN, que agrupa a las principales fuerzas opositoras, aceptó participar en el diálogo después de que ayer hubiera suspendido su colaboración con el gobierno por considerar que las promesas de Laridi de disolverlo no eran del todo claras.

Con el comienzo del diálogo se reanudarán de nuevo las actividades parlamentarias y los 50 diputados que el pasado julio suspendieron su participación para exigir la renuncia del gobierno volverán a sus escaños.

La portavoz del grupo de legisladores disidentes, Selma Bacar, declaró a Efe que «el pueblo y toda la sociedad tunecina están hoy pendientes de nosotros, por lo que no puede haber más excusas dilatorias y la hoja de ruta debe cumplirse a rajatabla».

El comienzo del diálogo, previsto en un principio para el pasado miércoles, se suspendió debido al asesinato ese día de ocho agentes de la Guardia Nacional a manos de un grupo armado.

Este incidente no sólo provocó el aplazamiento de las negociaciones, sino que desató una oleada de protestas en todo el país en solidaridad con las fuerzas de seguridad y en contra del partido gubernamental.

Según Al Nahda, nueve sedes regionales de su formación fueron asaltadas, destruidas o incendiadas ayer en las ciudades de Beja, Yenduba, El Kef, Nabel, Susa, Sidi Buzid, Kaserín, Mahdia y Qairaouán.

Al Nahda denunció, además, que sus sedes en Yenduba, Nabel, Menzel Temimi y Mahdia también fueron asaltadas hoy.

El comienzo de esta profunda crisis se remonta al asesinato del dirigente de izquierdas Chukri Bel Aid el pasado febrero, que provocó otra oleada de indignación que forzó al entonces primer ministro, el también islamista Hamadi Yabali, a dimitir.

En aquel momento, el partido Al Nahda logró colocar a otro miembro de su partido, Ali Laridi, al frente de un ejecutivo en el que redujo el número de islamistas para contentar a los grupos de la oposición.

Sin embargo, un nuevo asesinato político ocurrido el 25 de julio, el del diputado Mohamed al Brahmi, volvió a desatar las protestas de la oposición, que en esta ocasión ha dejado claro que solo se conformará con la formación de un equipo que no tenga ninguna vinculación con Al Nahda.

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