mundo

Berlín cree que EEUU espió a Merkel y exige a Washington explicaciones

Berlín, 24 oct (EFE).- El Gobierno alemán dio hoy por válidas las informaciones que apuntan que EEUU pinchó el teléfono móvil de la canciller Angela Merkel, criticó con dureza el espionaje entre aliados y exigió a Washington una explicación exhaustiva y sincera.

La propia jefa del Gobierno alemán, que se encuentra en Bruselas para una cumbre europea informal, subrayó que «el espionaje entre amigos no puede darse en absoluto» ya que mina los lazos bilaterales y dejó la pelota en el tejado estadounidense.

«Necesitamos confianza entre amigos y aliados y ahora hay que reconstruir de nuevo esa confianza», agregó Merkel, tanteando este repunte de la crisis del espionaje con especial cautela, pero dando tácitamente por sentado que su teléfono estaba intervenido por los servicios secretos estadounidenses.

Recomendados

Por su parte, el ministro alemán de Exteriores, Guido Westerwelle, se reunió de urgencia esta tarde con el embajador estadounidense en Berlín, John B. Emerson, cuya convocatoria supone un paso diplomático inédito en la historia alemana de la posguerra.

«Sin motivos ni indicios muy serios no hubiésemos dado un paso diplomático de esta gravedad», aseguró Westerwelle en la rueda de prensa al ser interrogado por la certeza que otorga el Gobierno alemán a estas informaciones.

La información de que dispone Berlín a este respecto, añadió, es «tan seria» que era «necesario» dar este paso, algo que no se había hecho con un país aliado desde la II Guerra Mundial.

A su juicio, Washington debe dar aportar ahora una «explicación seria y sin vacíos», además de «sincera» y «exhaustiva», sobre sus actividades de seguimiento en Alemania.

De esta forma, el titular en funciones de Exteriores englobó no solo el último capítulo de este escándalo, sino también las captaciones masivas de comunicaciones que presuntamente llevó a cabo durante años el espionaje de EEUU en Alemania y que salieron a la luz el pasado julio a raíz de las filtraciones del exanalista de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA), Edward Snowden.

«Si se confía, no se espía. Y si se hace, entonces se daña la amistad», argumentó Westerwelle, que exigió «ahora» a EEUU «la verdad».

«Se deben poner ahora todas las cartas sobre la mesa», apostilló el ministro, que realizó parte de su alocución pública en inglés.

El ministro de Interior, Hans-Peter Friedrich, que encabezó una delegación alemana a Washington en julio para informarse sobre el alcance del espionaje estadounidense en su país, ha asegurado en declaraciones al periódico «Leipziger Volkszeitung» que «la disculpa de EEUU llega tarde».

Más allá de la «ruptura de la confianza» de la que habló el ministro de la Cancillería, Ronald Pofalla, responsable de la inteligencia alemana, los miembros del Gobierno evitaron expresamente apuntar qué consecuencias podría desencadenar el descubrimiento de este acto de espionaje.

No así varios miembros del Partido Socialdemócrata (SPD), ahora en la oposición pero en negociaciones para entrar en el próximo gobierno, que abogaron por congelar las negociaciones con Washington para firmar un tratado de libre comercio hasta no obtener una explicación convincente.

De esta forma se posicionaron el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz; el presidente del SPD, Sigmar Gabriel, y el presidente de la Comisión parlamentaria de Secretos Oficiales, Thomas Oppermann, que reunió de urgencia hoy a este organismo.

Por su parte, Los Verdes y La Izquierda, las otras dos fuerzas políticas presentes en el arco parlamentario, aprovecharon estas informaciones para criticar también a la canciller, a la que acusaron de no haberse tomado en serio este escándalo en julio, cuando estalló.

Según distintos medios locales han ido difundiendo a lo largo del día, el teléfono intervenido por los servicios de inteligencia de EEUU era un Nokia que proporcionó la Unión Cristianodemócrata (CDU) a su líder y que Merkel empleó entre octubre de 2009 y julio de este año.

Según el diario «Die Welt», el número de este aparato se encontraba en los documentos de la NSA que filtró Snowden, que añade que ni el teléfono con que sustituyó a este Nokia -una versión de la Blackberry Z10- ni el oficial fueron pinchados por los servicios de inteligencia de EEUU.

Bruselas, 24 oct (EFE).- El supuesto espionaje estadounidense a la canciller alemana, Angela Merkel, marcó hoy el inicio de la cumbre de otoño de los líderes europeos, que elevaron el tono ante Washington, pero que no parecen dispuestos a tomar medidas de respuesta a corto plazo.

«Espiar a los amigos es totalmente inaceptable», señaló la propia Merkel a su llegada al encuentro en Bruselas, resumiendo el sentir de los jefes de Estado y de Gobierno de los veintiocho socios comunitarios.

Tras meses de reacciones tibias a las revelaciones hechas por el extécnico de la CIA Edward Snowden, las informaciones sobre las actividades de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) llevaron hoy el asunto directamente al centro de las conversaciones entre los líderes comunitarios.

Merkel discutió el problema en una bilateral con el presidente francés, François Hollande, en la que ambos subrayaron la necesidad de poner fin a la situación y acordaron mantener contactos regulares al respecto, según fuentes diplomáticas.

La cuestión del espionaje es especialmente sensible en Alemania, donde trae recuerdos no tan lejanos de las actividades de la Stasi, la policía política de la extinta República Democrática Alemana (RDA), tal y como hoy sugirió el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso.

París, que también se ha visto sacudido por la publicación en los últimos días de datos sobre un supuesto espionaje masivo a las comunicaciones de sus ciudadanos, ha reaccionado con dureza y ha pedido explicaciones a Washington, al igual que Berlín.

Hoy mismo, el diario británico «The Guardian» informó, a partir de un documento filtrado por Snowden, de que la NSA espió las llamadas telefónicas de 35 líderes mundiales, cuya identidad no precisa.

En Bruselas, la indignación de franceses y alemanes recibió el respaldo de gran parte de los líderes europeos, que expresaron la necesidad de conocer toda la verdad sobre el caso.

«No podemos tolerar zonas de sombra y duda», dijo el primer ministro de Italia, Enrico Letta, quien indicó que Europa debe hacer «todas las verificaciones» y obtener «toda la verdad sobre este tema».

Letta insistió en que «no es concebible ni aceptable que haya un espionaje de este tipo».

En una línea similar, el primer ministro belga, Elio Di Rupo, opinó: «no podemos aceptar este espionaje sistemático y habrá que tomar medidas», también a escala europea.

El holandés Mark Rutte aseguró que, si se confirma el espionaje a Merkel, se trataría de algo «inaceptable» y supondría «un problema serio».

Sin embargo, otros primeros ministros, como el finlandés Jyrki Katainen o el sueco Fredrik Reinfeldt, se mostraron más prudentes y pusieron en duda la conveniencia de que el asunto se gestione a escala europea.

Entre los problemas a los que se enfrenta la UE a la hora de abordar el asunto figura la supuesta estrecha relación entre los servicios de inteligencia estadounidenses y los de un Estado miembro como el Reino Unido, sobre el que también pesan fuertes sospechas de espionaje.

Según el periodista estadounidense Glenn Greenwald, principal contacto de Snowden, Londres también habría espiado las comunicaciones italianas.

En este sentido, el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, reclamó «transparencia» al primer ministro británico, David Cameron, que en contra de su costumbre no hizo declaraciones a su llegada a Bruselas.

El político alemán reconoció que «también hay una falta de confianza dentro de la UE» y reclamó establecer «reglas claras» para los servicios secretos.

Más beligerante que los gobiernos, la Eurocámara ya pidió esta semana suspender el acuerdo de transferencia de datos bancarios con EEUU, enmarcado en la lucha antiterrorista, ante las dudas sobre el uso de información por parte estadounidense.

Además, Schulz sugirió hoy detener las negociaciones en curso para un tratado de libre comercio transatlántico, un ambicioso pacto que los Estados miembros no están dispuestos a frenar por ahora a causa del espionaje.

Lo que sí podría acelerar todo el escándalo es la aprobación de nuevas reglas de protección de datos en Europa, que para la Comisión Europea reforzarían la posición de la UE ante Washington.

La nueva legislación, ahora en tramitación, es más estricta que la actual en lo que respecta al tratamiento de la información personal de los ciudadanos europeos por parte de administraciones, empresas y redes sociales.

La normativa incluye, entre otras cosas, el derecho a la supresión de información personal en internet, un punto contra el que han hecho fuerte presión redes sociales como Facebook, que alegan la imposibilidad técnica de borrar todos los datos cedidos previamente a servidores de internet.

Tags

Lo Último

Lo que debe saber


Te recomendamos