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Brasil y Argentina piden cambios en la ONU

Naciones Unidas, 24 sep (EFE).- Latinoamérica, encabezada por Brasil y Argentina, volvió a pedir hoy cambios en la estructura de la ONU y en el sistema económico internacional a fin de evitar los vetos interesados de las grandes potencias y lograr más justicia internacional.

En una primera jornada del debate de la Asamblea General marcada por el programa nuclear iraní y la guerra civil siria, los países latinoamericanos no esquivaron estos temas pero incidieron en que el bloqueo del Consejo de Seguridad sobre Siria muestra la necesidad de una reforma, por ahora bloqueada.

La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, abrió el fuego ya que su país es tradicionalmente el primero que interviene, con una declaración muy crítica con el espionaje que ha sufrido su país por parte de Estados Unidos, y que motivó la suspensión de su visita oficial a Washington.

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Rousseff advirtió que habrá «una derrota colectiva» si no se produce una reforma del Consejo de Seguridad para 2015, ya que el organismo mantiene una «limitada representación» que no sirve para afrontar los retos del siglo XXI.

Como ejemplo, Rousseff citó la inacción del Consejo ante la guerra civil de Siria, que dura ya dos años y medio, o la «parálisis» ante el conflicto israelo-palestino.

La mandataria brasileña insistió también en la reforma del Fondo Monetario Internacional (FMI) que debe reflejar, igual que en el Consejo de Seguridad, «el peso de los países emergentes», subrayó.

La argentina Cristina Fernández denunció, por su parte, el «doble estándar» de los países poderosos que con frecuencia causa bloqueos en la Naciones Unidas y sentimiento de injusticia en el resto del mundo.

Fernández, en un intervención ante la Asamblea General de la ONU, dijo que existe una «necesidad de acabar con este doble estándar» y de que las decisiones y resoluciones de Naciones Unidas «se cumplan a rajatabla, para débiles y para fuertes, para grandes y para pequeños».

También subrayó que el Consejo de Seguridad «se ha demostrado antifuncional y obsoleto», no solo su falta de acción ante la guerra civil en Siria sino también en otros frentes que afectan a la paz y la seguridad en el mundo.

Sobre el bloqueo del Consejo de Seguridad en el conflicto sirio, recalcó que ahí y en otros casos, «si una de las partes que tiene interés tiene derecho a veto, este derecho se convierte en un obstáculo para la resolución del conflicto».

En un tono mucho más filosófico, el presidente de Uruguay, José Mujica, reivindicó ante el pleno la búsqueda de «acuerdos mundiales» que defiendan la vida y acaben con la pobreza.

También insistió en que «el mundo requiere a gritos leyes mundiales que respeten los logros de la ciencia», y reivindicó que a través de esta, y no de «la cúspide bancaria», habría de gobernarse el planeta.

En una intervención centrada en el conflicto de su país, el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, pidió que la comunidad internacional siga apoyando el proceso de paz en su país y expresó su deseo de que se logre un acuerdo de pacificación con los grupos guerrilleros (FARC y ELN) para el próximo año.

«Mi deseo es que el fin del conflicto será la buena noticia que el presidente de Colombia traerá a esta asamblea el próximo año», dijo Santos.

La costarricense Laura Chinchilla se centró en los problemas fronterizos de su país con Nicaragua, y protestó ante la ONU por lo que calificó de pretensiones expansionistas del vecino del norte y su «creciente política de armamentismo».

Chinchilla exigió nuevas medidas cautelares para Nicaragua, que interviene el próximo jueves y cuyo embajador ante Holanda y agente ante la Corte Internacional de Justicia, Carlos Argüello, ofrecerá mañana una conferencia de prensa para explicar la versión de su país.

Este miércoles será el turno para los presidentes de Perú, Panamá, Bolivia, Venezuela y El Salvador.

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