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Los rebeldes congoleños permitirán a la ONU investigar los ataques contra civiles

Kinshasa, 30 ago (EFE).- El rebelde movimiento M23 anunció hoy que se retira temporalmente del frente para permitir a la ONU investigar varios ataques con obuses lanzados contra la población civil en el este de la República Democrática del Congo (RDC).

El M23 ha decidido replegarse de la primera línea del frente en la zona de Kanyaruchuna, cerca de la localidad de Kibati, a unos veinte kilómetros de Goma, capital de la conflictiva provincia de Kivu del Norte, fronteriza con Ruanda.

En ese área, los rebeldes y la brigada de intervención de la Misión de la ONU para la Estabilización de la República Democrática del Congo (MONUSCO), apoyada por el Ejército congoleño, han librado intensos combates en la última semana.

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Una serie de ataques con obuses perpetrados en la última semana han causado la muerte de civiles en Goma, aunque no está clara la procedencia de los proyectiles.

«Vamos a suspender las operaciones militares, la lucha en el frente de Kanyaruchina, para permitir a los investigadores de la ONU comprobar de dónde proceden las bombas arrojadas contra la población civil en la ciudad de Goma», afirmó el presidente del M23, Bertrand Misimwa, en un comunicado remitido a Efe.

«El Gobierno de Kinshasa ha acusado a los rebeldes de lanzar esas bombas desde territorio ruandés. Esto no es cierto. Más bien, son las Fuerzas Armadas de la RDC (FARDC) las que disparan contra el territorio de Ruanda «, aseguró Misimwa.

El M23 abogó también por la reanudación de las negociaciones de paz con el Gobierno congoleño en Kampala, paralizadas desde el pasado junio.

La MONUSCO ha acusado a los rebeldes de lanzar bombas deliberadamente contra civiles en Goma, extremo que niegan los insurgentes.

Según la ONU, cuatro proyectiles cayeron el pasado miércoles en Goma, donde al menos una persona murió y doce resultaron heridas.

Entre los pasados días 23 y 24, al menos cinco civiles perdieron la vida por bombardeos en Goma.

Las autoridades congolesas acusaron a Ruanda de «crímenes de guerra», al asegurar que los proyectiles que alcanzaron Goma fueron lanzados desde Ruanda y no desde posiciones de los rebeldes del M23.

La ministra de Exteriores de Ruanda, Louise Mushikiwabo, advirtió ayer de que su país «no dudará en defender» su territorio, tras varias agresiones armadas recientes supuestamente realizadas desde la vecina RDC.

Mushikiwabo condenó los ataques y responsabilizó del lanzamiento de proyectiles a las FARDC, a las que atribuyó el origen de 32 cohetes lanzados en la última semana.

Aunque Ruanda ha estado tradicionalmente involucrada en el eterno conflicto del fronterizo este de la RDC, la posición oficial de Kigali es la de no intervención y de apuesta por la paz.

El este de la RDC, una zona rica en minerales, ha sido históricamente zona de fricción entre el Congo, Ruanda y la también vecina Uganda, y allí operan numerosos grupos armados.

Los combates entre el M23 y el Ejército congoleño se reanudaron hace semanas en Kivu del Norte, cuando los rebeldes amenazaron con volver a ocupar Goma, como hicieron en noviembre pasado.

Los rebeldes se retiraron entonces de Goma, tras la presión de la Conferencia Internacional de la Región de los Grandes Lagos y el compromiso del Gobierno de la RDC de negociar con ellos.

El M23 lo forman soldados congoleños amotinados, algunos de ellos miembros del antiguo Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo supuestamente fieles al rebelde Bosco Ntaganda, procesado por la Corte Penal Internacional por crímenes de guerra.

La RDC está inmersa aún en un frágil proceso de paz tras la segunda guerra del Congo (1998-2003), que implicó a varios países africanos, y tiene desplegados en su territorio a unos 19.000 efectivos de la ONU.

Kinshasa, 30 ago (EFE).- El Ejército de la República Democrática del Congo (RDC) ha recuperado varios enclaves estratégicos del grupo rebelde M23 en el este del país africano, informó hoy a Efe por teléfono un portavoz militar.

«La Colina de las Tres Antenas ha caído en manos de las Fuerzas Armadas de la RDC (FARDC) tras fuertes enfrentamientos con armamento pesado. El territorio (oriental) de Kibumba está en nuestras manos», aseguró el portavoz de las FARDC, John Richard Kassonga.

«Seguimos luchando para terminar con esta rebelión, que no tiene razón de ser», agregó el militar.

Según Kassonga, el M23 y el apoyo militar a los rebeldes suministrado por la vecina Ruanda se encuentran ahora en desbandada.

Por su parte, el portavoz militar de la Misión de Estabilización de la ONU en la RDC (MONUSCO), Prosper Basse, precisó que los últimos combates tuvieron lugar durante la pasada noche y que la MONUSCO y las FARDC están afianzando las nuevas posiciones.

Asimismo, Basse indicó que, en su opinión, el M23 atacó, desde esos enclaves conquistados, la localidad oriental de Goma, fronteriza con Ruanda, país que niega que haya apoyado a estos rebeldes.

Por otro lado, los rebeldes emitieron esta mañana un comunicado en el que aseguraron que abandonaban sus posiciones cercanas a la localidad de Kibati, a 20 kilómetros de Goma, para que se puedan investigar los bombardeos supuestamente efectuados por ellos sobre Goma y que causaron víctimas civiles.

El M23 lo forman soldados congoleños amotinados, algunos de ellos miembros del antiguo grupo rebelde Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo.

El pasado 20 de noviembre, el M23 tomó la estratégica ciudad de Goma, lo que motivó el desplazamiento de cientos de miles de personas y amenazó con un conflicto de repercusiones regionales.

Once días después, los amotinados, que aún controlan zonas de Kivu Norte, dejaron la ciudad y atendieron un llamamiento de la Conferencia Internacional de la Región de los Grandes Lagos que dio pie a un proceso de negociación con el Ejecutivo de Kinshasa.

Kivu Norte y Kivu Sur, en el este del Congo, son zonas ricas en minerales y fronterizas con Ruanda, que han sido históricamente conflictivas, en especial desde 1994, con la huida de ruandeses acusados de genocidio a esa región.

La RDC está inmersa aún en un frágil proceso de paz tras la segunda guerra del Congo (1998-2003), en la que se vieron implicados varios países africanos, y acoge en su territorio a una numerosa misión de la ONU.

Bruselas, 30 ago (EFE).- La jefa de la diplomacia de la Unión Europea, Catherine Ashton, expresó hoy de nuevo su «gran preocupación» por la escalada de violencia en la región de Goma, cercana a la frontera de Ruanda.

Ashton condenó en un comunicado la muerte de un miembro de los «cascos azules» desplegados en la zona como resultado de la lucha del grupo rebelde M23 en territorio congolés y las muertes de civiles bajo proyectiles lanzados sobre la ciudad ruandesa de Gisengy.

La alta representante de la diplomacia europea hizo un «llamamiento para una investigación independiente» a través del mecanismo de verificación, con el objetivo de determinar el origen de los proyectiles lanzados sobre territorio ruandés.

Ashton ofreció sus «más sinceras condolencias a la familia» del casco azul, originario de Tanzania, así como a las autoridades de ese país, y manifestó su «total apoyo a las iniciativas del representante especial del secretario general de la ONU, Martin Klober, y a la misión de Naciones Unidas en la República Democrática del Congo (MONUSCO).

La diplomática británica condenó «de nuevo los ataques de M23 contra MONUSCO y la población civil, así como los muchos intentos de internacionalizar el conflicto».

Ashton hizo un llamamiento a todas las partes implicadas para que respeten la integridad del territorio y busquen una solución política de acuerdo con los compromisos nacionales y regionales contenidos en el Marco de Paz, Seguridad y Cooperación para la República Democrática del Congo.

Ashton anunció que un misión compuesta por enviados especiales de la ONU, de la Unión Africana y de la UE para la región de los Grandes Lagos viajarán a la zona en los próximos días.

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