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EE.UU., a un paso de una acción militar “limitada” contra Al Asad

Washington, 30 ago (EFE).- El presidente estadounidense, Barack Obama, dijo hoy que sopesa la posibilidad de una intervención militar «limitada» en el conflicto sirio para castigar al régimen de Bachar al Asad por el ataque químico de la semana pasada, del que Estados Unidos tiene pruebas que considera definitivas.

Pese a que reiteró que no ha tomado una decisión, Obama dijo que como dirigente mundial tienen la obligación de hacer que se respeten las «normas internacionales» y que quien use esas armas contra su pueblo «rinda cuentas».

El mandatario descartó un ataque contra Siria de «largo plazo» o «una gran operación militar» con «tropas sobre el terreno» y opinó que no actuar enviaría una señal «perjudicial» para la seguridad nacional de EE.UU.

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Obama no ocultó su frustración por verse abocado prácticamente en solitario a una acción bélica, tras llegar al poder en 2009 con la promesa de poner fin al desgaste de las guerras en Iraq y Afganistán heredadas de su antecesor en la Casa Blanca, George W. Bush.

«Con razón, el pueblo estadounidense quiere que nos enfoquemos en reflotar la economía aquí y en poner a la gente a trabajar, y os aseguro que nadie ha acabado siendo más receloso de las guerras que yo», afirmó Obama.

«Parte del desafío con el que hemos acabado encontrándonos (en esta crisis) es que muchos piensan que debe hacerse algo, pero nadie quiere hacerlo», dijo Obama en referencia a la falta de apoyo internacional.

La comparecencia de Obama se dio poco después de que su secretario de Estado, John Kerry, presentara las pruebas con las que EE.UU. concluye que el régimen de Al Asad estuvo detrás de un ataque químico a gran escala el pasado 21 de agosto que ha causado al menos 1.429 víctimas mortales, 426 de ellos niños, según sus informaciones.

En cuatro páginas y un mapa de las zonas afectadas, EE.UU. resume las evidencias desclasificadas en las que se basa su afirmación de que las fuerzas del régimen lanzaron un ataque simultáneo con algún tipo de «gas nervioso» sobre 12 zonas cercanas a Damasco el pasado miércoles.

Para respaldar la necesidad de acción contra el régimen sirio Washington presentó, además de los testimonios ya disponibles en internet de testigos y ONGs, datos de los servicios de espionaje sobre movimientos de unidades leales a al Asad y el contenido de una conversación interceptada en la que un alto funcionario sirio confirma el ataque.

Kerry también expuso la justificación moral y diplomática para bombardear Siria, con un discurso en el que alertó sobre el coste de no hacer nada y en el que aseguró que Estados Unidos no está solo en su decisión de actuar, pese a la falta de acuerdo del Consejo de Seguridad de la ONU y la negativa del Parlamento del Reino Unido a que este aliado europeo participe en una intervención.

«Nuestra preocupación no es sobre algo que pasa en lejanos océanos, nuestra preocupación es por la causa de personas indefensas en Siria, es sobre opciones que afectarán directamente a nuestro papel en el mundo y a nuestros intereses», explicó Kerry.

El jefe de la diplomacia estadounidense destacó que EE.UU. cuenta con el apoyo para actuar de la Liga Árabe, Turquía o «nuestro más viejo aliado, los franceses», cuya fuerza militar sustituiría a la de Reino Unido como principal apoyo en la campaña.

Asimismo, aseguró que EE.UU. respeta el papel de Naciones Unidas y el trabajo de los inspectores que investigan la matanza sobre el terreno, pero precisó que sus conclusiones no están pensadas para revelar la autoría del ataque y no darán a conocer nada «que no sepamos ya».

Al tiempo que descartó esperar a las conclusiones de los inspectores, que abandonarán mañana Siria, Kerry dijo que «las Naciones Unidas no pueden unir al mundo para actuar, como deberían», por el «obstruccionismo» que ejerce Rusia en el Consejo de Seguridad.

«Lo que hemos visto hasta el momento es la incapacidad del Consejo de Seguridad para avanzar, frente a una clara violación de las normas internacionales», se lamentó.

Los argumentos ponen la base para la primera intervención armada liderada por Obama, aunque Kerry matizó: «cualquier decisión que el presidente tome sobre Siria no será similar en ningún caso a Afganistán, Iraq o ni siquiera Libia… y no asumirá la responsabilidad de una guerra civil» que lleva ya más de dos años en marcha.

Washington, 30 ago (EFE).- Estados Unidos ordenó hoy al buque de asalto anfibio USS San Antonio, con más de 300 marines a bordo, que permanezca en el este del Mediterráneo para apoyar a los cinco destructores ya desplegados en la zona de cara a posibles operaciones contra Siria.

El USS San Antonio, que se encontraba en la región participando en maniobras decididas con antelación y preveía abandonarla ya, se quedará ahora en el Mediterráneo para apoyar si fuera necesario en el caso de una acción militar de EE.UU. contra Siria, indicó la televisión estadounidense CNN.

El barco de asalto no cuenta con misiles a bordo, por lo que su misión sería simplemente de apoyo.

En la zona ya se encuentran cinco destructores de la Marina estadounidense: el USS Gravely, el USS Barry, el USS Mahan, el USS Stout y el USS Ramage, que sí cuentan con docenas de misiles Tomahawk, que podrían ser utilizados en el ataque.

Estados Unidos también ha reforzado su operativo naval en el Mar Arábigo donde cuenta con dos portaaviones: el Harry S. Truman y el Nimitz.

El presidente estadounidense, Barack Obama, ha insistido en que no tiene una decisión tomada sobre el posible ataque a Siria, aunque ha afirmado que está evaluando una acción militar «limitada» que no implicaría un «compromiso» bélico de largo plazo ni el envío de tropas.

También esta mañana, el secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, insistió en la necesidad de dar una respuesta al supuesto uso de armas químicas en Siria del pasado 21 de agosto, cuyas pruebas Washington reveló hoy.

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