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Karzai pide a Pakistán ayuda para dialogar con los talibanes

Nueva Delhi, 26 ago (EFE).- El presidente afgano, Hamid Karzai, pidió hoy al nuevo Gobierno de Pakistán ayuda para entablar un diálogo de paz con los talibanes y crear un frente común de lucha contra el terrorismo que afecta a ambos países.

En su primera visita al país vecino desde que el primer ministro paquistaní, Nawaz Sharif, accediera al cargo el 5 de junio, Karzai abandonó su habitual retórica crítica hacia Pakistán y lanzó guiños a Islamabad de cara a mejorar las volátiles relaciones bilaterales.

Karzai y Sharif se reunieron en la capital paquistaní y después comparecieron ante la prensa con el mensaje común de que «Afganistán debe liderar» cualquier intento de diálogo con la insurgencia talibán.

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Según la cadena pública Radio Pakistán, el mandatario afgano dijo que confía en que Islamabad «facilitará el proceso de paz y proveerá una plataforma para la reconciliación entre el Consejo de Paz y los talibanes».

«Los dos países necesitan impulsar una campaña contra el terrorismo para la causa común de la paz y la estabilidad», argumentó Karzai.

El Consejo de Paz afgano es el organismo encargado a priori de pilotar el diálogo con los insurgentes, pero su papel en la resolución del conflicto quedó tocado con la muerte en un atentado en 2011 de su entonces jefe, el expresidente Burhanudín Rabbani.

EEUU ha intentado, por su parte, conducir negociaciones con los talibanes a través del emirato de Catar, aunque de momento no han sido productivas y Kabul las ha visto con recelo, por considerar que es apartado de la toma de decisiones.

Sharif subrayó que Pakistán ofrecerá «un apoyo contundente y sincero» para «la reconciliación en Afganistán» y se alineó con Karzai al asegurar que «el proceso tiene que ser incluyente y dirigido por los afganos».

«Pakistán continuará facilitando la consecución de este objetivo a la comunidad internacional. Es imperativo para cambiar el rumbo del conflicto que ha envuelto a nuestra región durante décadas», afirmó el líder paquistaní, según un comunicado de su oficina.

Los mandatarios no precisaron si han llegado a algún tipo de acuerdo para la liberación por parte de Islamabad de más presos insurgentes, una petición que según fuentes gubernamentales afganas tenía previsto trasladar Karzai en su visita.

El año pasado, Pakistán liberó a 26 reclusos talibanes para supuestamente propiciar un marco positivo para una negociación.

Sin embargo, fuentes del movimiento talibán en Afganistán aseguraron hoy bajo anonimato que la liberación de presos talibanes en Pakistán «no aportará nada al proceso de paz», pese a ser «un buen paso».

«Incluso el mulá Baradar (antiguo número dos) carece de importancia en la actualidad. Está en prisión desde hace mucho, (…) por lo que si lo liberan será un talibán del montón», dijeron las fuentes, según recoge la agencia afgana AIP.

Afganistán ha acusado en repetidas ocasiones al aparato de seguridad paquistaní de tolerar y dar protección a algunas facciones insurgentes que operan en suelo afgano, con la velada intención de tener capacidad decisoria en el futuro del país después de la retirada de la OTAN en 2014.

Los talibanes pertenecen mayoritariamente a la etnia pastún, que se esparce a ambos lados de la frontera, mientras que el resto de grupos étnicos presentes en Afganistán, que actualmente ostentan importantes cargos de poder, son abiertamente antipaquistaníes.

Pakistán niega dar apoyo a los talibanes pero Karzai recordó hoy que todo avance en el conjunto de las relaciones bilaterales está ligado a que se resuelva «la principal preocupación»: «la falta de seguridad y la continuada amenaza del terrorismo».

Sin ser claro sobre la postura hacia el futuro político en Afganistán, Sharif dijo que la «prosperidad» de su país «está vinculada» a la del país vecino, y resaltó que el año que viene será «particularmente crucial para la región».

Karzai, que vino a la cabeza de una extensa delegación gubernamental, se entrevistó también con el presidente saliente, Asif Alí Zardari, y regresará hoy mismo a Kabul.

Antes de esa visita, los titulares de Finanzas de ambos países sellaron ayer algunos acuerdos menores para lanzar proyectos conjuntos de comunicación, energía y ferrocarriles.

Kabul, 26 ago (EFE).- Portavoces del movimiento talibán en Afganistán aseguraron que a diferencia de lo que predica el Gobierno afgano, la liberación de presos talibanes en el vecino Pakistán «no aportará nada al proceso de paz», informó hoy un medio local.

Coincidiendo con la visita hoy a Islamabad del primer ministro afgano, Hamid Karzai, fuentes talibanas no identificadas aseguraron a la agencia local AIP que ninguna liberación, incluso la del antiguo número dos talibán mulá Baradar, ayudará a alcanzar la paz.

Según fuentes diplomáticas, Karzai pedirá hoy en Islamabad la liberación de líderes talibanes afganos encarcelados en Pakistán para facilitar la negociación con los insurgentes.

«Liberar talibanes es un buen paso, pero no aportará nada al proceso de paz. Incluso el mulá Baradar carece de importancia en la actualidad. Está en prisión desde hace mucho, (…) por lo que si lo liberan será un talibán del montón», dijeron las fuentes.

Los talibanes también se refirieron a la oficina «política» que abrieron en junio en el Emirato de Catar y que fue cerrada por un contencioso abierto con el Gobierno de Karzai sobre el estatus oficial que le otorgaba al lugar una placa y una bandera talibana.

«Las conversaciones (de paz) iniciadas en Catar se pospusieron por el asunto de la placa y la bandera. Los talibanes no retomarán las negociaciones hasta que la bandera y la placa sean colocadas de nuevo», sentenciaron desde el movimiento talibán.

Sin embargo, según los insurgentes, el verdadero «avance» en las negociaciones no llegará hasta finales de 2014, cuando los talibanes sabrán si se mantiene algún tipo de presencia militar extrajera en Afganistán tras la supuesta retirada de las tropas de la OTAN.

Las tropas de la OTAN llegaron a contar en el país asiático con unos 140.000 efectivos y desde 2011 han ido dejando paulatinamente el control de la seguridad en el país al Ejército afgano, que cuenta en la actualidad con 350.000 soldados.

El conflicto afgano se halla actualmente en uno de los momentos más sangrientos desde la invasión de Estados Unidos en 2001 que propició la caída del régimen talibán.

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