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EE.UU. exigirá cuentas a Al Asad por el “innegable” uso de armas químicas

Washington, 26 ago (EFE).- El Gobierno estadounidense exigirá al régimen sirio que rinda cuentas por lo que calificó hoy de «innegable» uso de armas químicas contra la población civil, aunque no quiso confirmar si ha decidido ya una intervención militar.

En una declaración ante los medios, anunciada a última hora, el secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, condenó el uso «indiscriminado a gran escala» de armas químicas contra civiles el pasado 21 de agosto, que causó más de un millar de muertos a las afueras de Damasco.

Esas víctimas se suman a los más de 100.000 fallecidos en dos años largos de conflicto en Siria y han llevado a la Casa Blanca a analizar en los últimos días la posibilidad de una intervención militar con sus socios internacionales en esa compleja guerra.

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Kerry aseguró que los hechos de la semana pasada «deberían estremecer la conciencia del mundo», al tiempo que opinó que «pese a las excusas que algunos han creado, es innegable» que el régimen de Bachar al Asad usó armamento químico, algo que para el presidente Barack Obama supone cruzar una «línea roja».

El jefe de la diplomacia estadounidense consideró el uso de armamento químico una «obscenidad moral» y dijo que el régimen sirio deberá rendir cuentas por ello.

En un discurso que acentúa el tono más severo de Washington hacia Damasco, Kerry dijo hoy que «las informaciones sobre el número de víctimas, los síntomas de heridos y fallecidos, los testimonios de primera mano de organizaciones humanitarias sobre el terreno» indican que «lo que nos gritan esas imágenes es real».

Kerry acusó de este ataque al régimen de Al Asad, ya que es el que «mantiene bajo custodia estas armas químicas» y es el que dispone de la capacidad de usarlas, al tiempo que las zonas donde se produjeron los ataques son lugares donde se concentraba la oposición.

En una intervención posterior, el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, dijo que el gobierno de Al Asad tiene «escasa credibilidad» y ha «obstruido» los intentos de investigar la verdad.

Por el momento, tanto el Departamento de Estado como la Casa Blanca han evitado especular sobre el giro que podría tomar Estados Unidos en su postura contra Al Asad, algo que en la actualidad se materializa en ayuda humanitaria y de armamento ligero al opositor Ejército Libre Sirio (ELS).

Según Carney, el presidente Obama será el encargado de anunciar una respuesta públicamente, aunque por el momento no hay plazos para ello.

Tanto Obama como Kerry han estado en contacto con sus aliados europeos y árabes ante la eventualidad de una intervención, para la que el Pentágono ya ha preparado varias opciones, que podrían incluir la participación de cuatros destructores movilizados en el Mar Mediterráneo.

Las imágenes del ataque químico del miércoles, ampliamente divulgadas en internet, muestran a mujeres y niños muertos sin signos de violencia externa, mientras que otras personas sufren espasmos o deliran sobre camas o suelos de hospitales, signos indicativos de los efectos de agentes químicos como el gas sarín.

Un grupo de expertos inspectores de Naciones Unidas se encuentra en la zona del ataque del pasado miércoles para recopilar pruebas y determinar si se usaron armas químicas, aunque la ONU no se pronunciará sobre la autoría del ataque.

No obstante, Kerry criticó el «cínico intento (de Damasco) de ocultar» los hechos y «destruir pruebas» y recordó que las autoridades no han cooperado con los investigadores, cuyo convoy fue recibido hoy con disparos de francotiradores.

«Esas no son las acciones de un régimen dispuesto a probar al mundo que no ha usado armas químicas; de hecho, la tardía decisión del régimen de facilitar el acceso se da muy tarde para que sea creíble», opinó Kerry.

El secretario de Estado aseguró que el jueves habló con el ministro sirio de Asuntos Exteriores, Walid al Mualem, y le recordó que, «si el régimen no tiene nada que ocultar, su respuesta debería ser transparencia, acceso inmediato, y no bombardeos», como los que se han producido recientemente en la zona afectada.

Mientras tanto, Rusia se sigue oponiendo a las intenciones de Washington y sus aliados de justificar una acción militar, que previsiblemente debería contar con participación multinacional.

Washington, 26 ago (EFE).- El presidente de EE.UU., Barack Obama, habló hoy por teléfono con el primer ministro de Australia, Kevin Rudd, con quien discutió «posibles respuestas» de la comunidad internacional a la continua violencia en Siria, dijo la Casa Blanca.

Ambos líderes «expresaron su gran preocupación por informes del presunto uso de armas químicas por parte del régimen sirio contra civiles cerca de Damasco el pasado 21 de agosto», dijo la Casa Blanca en un comunicado.

Tanto el presidente Obama como el primer ministro australiano «discutieron posibles respuestas de la comunidad internacional, y acordaron continuar sus estrechas consultas», puntualizó la Casa Blanca, sin dar detalles sobre las posibles medidas.

Horas antes, el secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, condenó el uso «indiscriminado a gran escala» de armas químicas contra civiles, tachándolo como una «obscenidad moral», aunque no precisó si Estados Unidos se decantará por una intervención militar.

Según líderes de la oposición en Damasco, el uso de armas químicas contra civiles dejó alrededor de 1.300 muertos el pasado 21 de agosto.

Esas víctimas se suman a los más de 100.000 fallecidos en dos años largos de conflicto en Siria y han llevado a la Casa Blanca a analizar en los últimos días la posibilidad de una intervención militar con sus socios internacionales en esa compleja guerra.

Según los observadores, el Gobierno de Washington se acerca cada vez más a la «hora de la verdad» en torno a Siria, si bien una intervención militar goza de muy poco apoyo entre la opinión pública estadounidense.

Entre las posibles opciones para castigar al régimen de Bachar al-Asad figura una acción militar limitada, y continuar los esfuerzos diplomáticos junto con las presiones de la comunidad internacional.

Michael Doran, analista de la Institución Brookings, dijo hoy a la cadena por cable CNN que, en todo caso, Estados Unidos tiene pocas opciones y que «ya estamos implicados nos guste o no».

Según Doran, el Gobierno de Obama tiene que elaborar un plan a largo plazo para lograr la salida del poder de al-Asad «como parte de un cambio de régimen en Siria».

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