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Mugabe inicia su séptimo mandato con un desafío a las potencias occidentales

Harare, 22 ago (EFE).- Robert Mugabe inició hoy su séptimo mandato consecutivo como presidente de Zimbabue en un multitudinario acto celebrado en el Estadio Nacional de Harare, donde desafió a los países que no reconocen su victoria tildándolos de «deshonestos».

«Nos regimos por el juicio de África», sentenció Mugabe ante 60.000 personas que vitorearon al líder más longevo de este continente, que, después de 33 años en el poder, seguirá dirigiendo su país durante el próximo lustro.

El presidente, que en febrero de 2014 cumplirá 90 años, dirigió parte de su discurso a Estados Unido y Reino Unido (antigua metrópoli) por «atreverse a contradecir el veredicto de África en unas elecciones en Zimbabue».

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«¿Quiénes son ellos?, ¿Quién les dio el don de ser mejor que todos nosotros?», cuestionó Mugabe, quien consiguió una abrumadora y polémica victoria en las elecciones del pasado 31 de julio, impugnadas sin éxito por la oposición.

El Tribunal Constitucional desestimó el recurso, declaró que los comicios habían sido «libres» y confirmó la victoria del líder del la Unión Nacional Africana de Zimbabue-Frente Patriótico (ZANU-PF), partido que además logró 160 de los 210 escaños del Parlamento.

Precisamente, y respecto a este veredicto, el ministro de Exteriores del Reino Unido, William Hague, dijo hoy en un comunicado que habría sido preferible una «investigación independiente» para determinar si el resultado de las elecciones es «creíble».

Estados Unidos, por su parte, se ha posicionado claramente en contra de sus resultados y ha anunciado que mantendría sus sanciones contra el actual régimen.

La Unión Europea (UE) felicitó hoy a Zimbabue por la celebración de unas elecciones «pacíficas», si bien instó al país a continuar con las reformas a partir de ahora para asegurar que los próximos comicios sean «transparentes y creíbles».

En un comunicado, la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, advirtió de que la UE «comparte las serias preocupaciones expresadas en sus evaluaciones iniciales».

A esas potencias, cuyos diplomáticos se ausentaron en la ceremonia de investidura, Mugabe respondió en su discurso: «A excepción de unos pocos países occidentales deshonestos, nuestras elecciones han sido declaradas libres, pacíficas y justas».

También hubo palabras para el primer ministro saliente del ya extinto Gobierno de unidad nacional, Morgan Tsvangirai, candidato derrotado que impugnó las elecciones por considerarlas «fraudulentas».

«Es un mal perdedor. Su desafío debe ser tolerado como parte del proceso democrático, como parte del ajuste postelectoral», señaló Mugabe que, al igual que en otras alocuciones públicas, arremetió también contra los homosexuales.

La ceremonia de toma de posesión fue un multitudinario acto que trató de emular la celebración de la independencia de Zimbabue del Reino Unido, en 1980.

Miles de personas traídas de todo el país en autobuses y trenes fletados por el Gobierno, que declaró este día como fiesta nacional, aclamaron constantemente a Mugabe, agasajado por la presencia de otros jefes de Estado y ex mandatarios africanos.

«Juro obedecer, mantener y defender la Constitución; promoveré todo lo que suponga un avance y me opondré a cualquier daño a Zimbabue», dijo antes de que el presidente del Tribunal Supremo, ataviado con vestimenta típica británica y tocado con una peluca, le impusiera la banda presidencial.

Entre los líderes africanos que asistieron estaba el presidente de Mozambique, Armando Guebuza; el de República Democrática del Congo, Joseph Kabila; el de Namibia, Hifikepunye Pohamba; o el primer ministro de Suazilandia, Barnabas Dlamini.

También acudieron sus homólogos de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang; Tanzania, Jakaya Kikwete; y la República de Mauricio, Rajkeswur Purryag.

En representación de Sudáfrica -gran potencia emergente de África-, acudieron el expresidente Thabo Mbeki y el actual vicepresidente, Kgalema Motlanthe,

Zuma, ausente por una visita oficial a Angola, ya felicitó a Mugabe por su victoria tras calificar las elecciones de «libres y pacíficas».

Los resultados de los comicios de julio pusieron fin al Gobierno de unidad nacional vigente desde 2009 con Mugabe como presidente y Tsvangirai como primer ministro.

Ese acuerdo fue auspiciado por la Comunidad para el Desarrollo del África Meridional (SADC), tras la ola de violencia desatada en las elecciones de 2008, que causó la muerte de 200 seguidores de Tsvangirai después de que éste ganara la primera vuelta.

Hasta entonces, Mugabe había gobernado el país en solitario y con puño de hierro desde la independencia del Reino Unido.

Oliver Matthews

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