Kinshasa, 31 jul (EFE).- La Misión de la ONU para la Estabilización de la República Democrática del Congo (MONUSCO) ha dado un plazo de 48 horas al grupo rebelde M23 para que se desarme y cese sus intentos de atacar la ciudad oriental de Goma.
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Según avisa la MONUSCO en un comunicado divulgado a última hora del martes, transcurrido este plazo -que comenzó a contar ayer a las 16:00 hora local (14:00 GMT)-, la brigada de intervención de la ONU establecerá una zona de seguridad alrededor de la ciudad.
Pasadas las 16.00 hora local de mañana, cualquier individuo armado que se detecte en los alrededores de la estratégica ciudad de Goma y la cercana localidad de Sake que no pertenezca al Ejército congolés o a la fuerza de la ONU será considerado «una amenaza inminente para la población civil».
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En ese caso, la MONUSCO empleará «todas las medidas necesarias para desarmarlos, incluyendo el uso de la fuerza».
Según Naciones Unidas, desde el pasado mes de mayo la zona ha sufrido repetidos ataques del M23 en un «aparente intento» de avanzar sobre las ciudades de Goma y Sake.
En estos ataques, que el pasado 14 de julio causaron al menos 130 víctimas mortales, los rebeldes «han disparado indiscriminadamente a civiles» y se han dirigido también contra instalaciones de la ONU.
El pasado junio comenzó el despliegue de la brigada de intervención de la MONUSCO en la frontera con Ruanda, a fin de combatir a los grupos armados.
Efectivos de la brigada, integrada en su totalidad por unos 4.000 soldados de países de la región, patrullan desde hace semanas Goma, capital de la provincia de Kivu del Norte, rica en minerales.
Los combates entre el M23 y el Ejército congoleño se reanudaron en Kivu del Norte, cuando los rebeldes amenazaron con volver a ocupar Goma, como hicieron en noviembre pasado.
Los rebeldes se retiraron entonces de Goma, tras la presión de la Conferencia Internacional de la Región de los Grandes Lagos y el compromiso del Gobierno de la RDC de negociar con ellos.
El M23 lo forman soldados congoleños amotinados, algunos de ellos miembros del antiguo Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo supuestamente fieles al rebelde Bosco Ntaganda, procesado por la Corte Penal Internacional por crímenes de guerra.
La RDC está inmersa todavía en un frágil proceso de paz tras la segunda guerra del Congo (1998-2003), que implicó a varios países africanos, y tiene desplegados en su territorio a unos 19.000 efectivos de la ONU.