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Kevin Rudd recupera el Gobierno de Australia tras la crisis de los laboristas

Sídney (Australia), 27 jun (EFE).- Kevin Rudd juró hoy como jefe del Gobierno australiano tras arrebatar la dirección del Partido Laborista a quien hasta ayer era la primera ministra, Julia Gillard, a raíz de una larga crisis de liderazgo.

Rudd retomó las riendas del Ejecutivo de la misma manera que las perdió hace tres años, cuando Gillard encabezó una revuelta en la formación laborista que le apartó de la dirección del partido y del Gobierno.

El exdiplomático devolvió el golpe tras forzar anoche una votación interna en la que se impuso por 57 a 45 votos que le colocaba de nuevo al frente del partido y le allanaba el camino para recuperar también la jefatura del Gobierno.

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El nuevo primer ministro juró el cargo en una breve ceremonia ante la gobernadora general de Australia, Quentin Bryce, una de las formalidades de esta monarquía constitucional, y después confirmó su nombramiento en la Cámara Baja del Parlamento.

En el mismo acto juraron sus cargos Tony Albanese y Chris Bowen como viceprimer ministro y jefe del Tesoro Federal, respectivamente, en substitución de Wayne Swan, que ocupaba ambos puestos.

Swan, uno de los seguidores más leales de la ex primera ministra, renunció tras la salida de Gillard, quien abandonará la vida política en los próximos comicios.

En su primer discurso como primer ministro, Rudd reconoció la figura y labor de su antecesora por haber dirigido a Australia «durante años difíciles de gobierno minoritario» y por haber realizado importantes reformas.

Rudd admitió que la vida política «puede llegar a ser muy dura» y pidió a los diputados «un poco de amabilidad y moderación los unos con los otros en las próximas deliberaciones en este Parlamento».

Las formalidades duraron hasta que tomó la palabra el líder de la oposición, el conservador Tony Abbott, quien tras felicitar al nuevo primer ministro arremetió contra él para reclamar explicaciones por la salida de Gillard.

«Una primera ministro ha sido hundida, su reemplazo le debe al pueblo y al Parlamento australiano una explicación», dijo el líder opositor.

Abbott asimismo exigió a Rudd que aclare la fecha de las próximas elecciones, que Gillard anunció para el 14 de septiembre, en las que las encuestas pronostican una abrumadora derrota laborista ante los conservadores.

Rudd respondió que la decisión se tomará de acuerdo con la previsiones de la Constitución, sin dar una fecha precisa que ponga fin a las especulaciones sobre la celebración de unos comicios que deben celebrarse entre el 3 de agosto y el 30 de noviembre.

«Habrá unas elecciones, que serán de acuerdo con la Constitución y si ha visto las fechas no habrá grandes variaciones en un sentido u otro», respondió Rudd al líder conservador.

Después de recuperar el liderazgo, Rudd anunciará mañana su nuevo Gabinete tras la salida de seis ministros leales a Gillard mientras intenta recobrar la confianza de los laboristas que tienen los sondeos de intención de voto en contra.

Rudd ha anunciado que gobernará con un estilo de gobierno descentralizado y un tono personal más conciliador después de que su obsesión por controlar a sus ministros y sus ataques de ira le hicieran perder el apoyo del partido hace tres años.

Según Bill Shorten, que ayudó a Gillard en su ascenso al poder y que ha sido una de las figuras clave en el regreso de Rudd, el nuevo primer ministro ha aprendido la lección de los errores que cometió mientras estuvo al mando del Ejecutivo entre 2007 y 2010.

«Creo que operará con un estilo más abierto y de mayor consulta», declaró Shorten a Radio Fairfax, al responder a las críticas que recibió el anterior gobierno de Rudd, que fue calificado por sus detractores como «disfuncional».

Rocío Otoya

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