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Más de 50 millones de iraníes convocados a votar con riesgo de abstencionismo

Teherán, 28 may (EFE).- Más de cincuenta millones de ciudadanos, las dos terceras partes de la población, están convocados a votar en las elecciones presidenciales de Irán, sobre las que se cierne la sombra de la abstención al haber quedado excluidos o relegados la mayor parte de los sectores del régimen islámico.

El ministro del Interior, Mostafa Mohamad Nayar, dijo hoy en rueda de prensa que, de los 50.483.192 votantes registrados, 1.600.000 son nuevos electores en unos comicios convertidos en una disputa interna del sector más duro del régimen, en torno al líder supremo, ayatolá Ali Jamenei.

La preocupación por la abstención, tras la eliminación del principal candidato reformista moderado, el ex presidente Akbar Hashemi Rafsanyani, y de Esfandiar Rahim Mashaei, que representaba al entorno del actual gobernante, Mahmud Ahmadineyad, ha llevado a Jamenei a reiterar sus llamamientos a la participación.

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«La participación popular en las elecciones dará al país más dignidad, inmunidad y prestigio internacional», dijo ayer en un acto de graduación en una academia militar Jamenei, que tiene un poder omnímodo en el régimen teocrático musulmán chií de la República Islámica.

Jamenei también aludió al peligro exterior, uno de los banderines de enganche del régimen para llamar a la participación, al señalar: «Resistir ante el enemigo (encarnado por Israel, EEUU, los países occidentales y sus aliados) convertirá a la República Islámica en un modelo para el mundo oprimido».

La progresiva reducción de los sectores del régimen islámico presentes en la línea dominante, actualmente casi reducida a los ultraconservadores principalistas, ha hecho que, con el líder al frente, la mayor parte del clero chií convierta cada elección en un referéndum de apoyo al sistema teocrático.

Mientras tanto, la campaña electoral se ha abierto con gran presencia en los medios de los tres principales candidatos conservadores, mientras que el resto, otros dos conservadores, dos reformistas moderados y un tecnócrata independiente, ven más limitado su espacio, según responsables de sus campañas.

Uno de ellos, Mohamad Reza Aref, que fue vicepresidente con el presidente reformista Mohamad Jatami, ha llegado a denunciar, por medio de sus portavoces de campaña, que la televisión pública le cortó una intervención programada, al poco de iniciarse.

En estas circunstancias, y mientras la mayoría de las previsiones señalan que Said Jalili, secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional y principal negociador nuclear de Irán, será el próximo presidente, también hay quienes apuntan al alcalde de Teherán, Mohamad Bagher Qalibaf, y a Ali Akbar Velayati, asesor de Jamenei.

«Las elecciones posiblemente las ganará Qalibaf», dijo a Efe un diplomático centroamericano, quien destacó que la figura del alcalde de la capital «es más conocida en Irán que la de Jalili», además de que tiene «respaldos entre los militares y la Policía», de los que fue comandante, y también entre los Voluntarios Islámicos (Basij).

Un diplomático europeo también dudó de que Jalili, pese a ser la figura más destacada por los medios, llegue a presidente: «Jalili no es un hombre con ascendencia en los sectores de influencia del régimen, está donde está por decisión del líder».

«A última hora, (Jalili) podría retirarse en favor de Velayati, que fue ministro de Exteriores y tiene mucho más peso político», dijo el diplomático europeo, para quien la duda está entre los dos.

«Las tres opciones son posibles», dijo hoy a Efe un comentarista extranjero residente en Teherán: «Qalibaf, que es el que más experiencia de gestión tiene, como alcalde de Teherán, va a dar la batalla hasta el final a Jalili y, Velayati, también podría ser un ‘tapado’ de última hora».

Así las cosas, el ministro del Interior Nayar informó hoy de que se instalarán 130.000 urnas dentro del país y otras 285 recogerán los votos de los iraníes residentes en el extranjero, al tiempo que pidió una «participación multitudinaria» para «neutralizar los complots enemigos y asegurar el crecimiento del país».

Con sólo ocho candidatos, las elecciones presidenciales del próximo 14 de junio serán las más restringidas de la historia de la República Islámica desde su implantación en 1979, con sólo un sector del régimen con fuerza para ganar los comicios y todo el resto excluidos o relegados.

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