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El apego al poder no tiene color político y gana batallas

Bogotá, 30 abr (EFE).- El presidente de Bolivia, Evo Morales, acaba de recibir el visto bueno del Tribunal Constitucional de su país para volver a ser candidato en 2014, una nueva batalla ganada por los partidarios del reeleccionismo en América Latina.

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De los actuales presidentes latinoamericanos, Cristina Fernández, de Argentina, Evo Morales, de Bolivia, Rafael Correa, de Ecuador, Raúl Castro, de Cuba, y Daniel Ortega, de Nicaragua, han cumplido en el poder más de un mandato consecutivo.

Todos ellos se declaran de izquierdas o «progresistas», pero el apego al poder no tiene color político.

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El campeón de la reelección fue el venezolano Hugo Chávez, quien fue reelegido por tercera vez consecutiva en octubre pasado, pero murió en marzo pasado menos de dos meses después de haber iniciado el mandato 2013-2019. En total, gobernó 14 años seguidos.

Si Morales, que llegó al poder en 2006, es reelegido en las elecciones de 2014, ahora que el Tribunal Constitucional le dio luz verde para presentarse, emulará a su admirado Chávez, pues abandonará la Presidencia en 2020.

El Tribunal Constitucional considera que el actual mandato de Morales, iniciado en 2010 cuenta como el primero del Estado plurinacional, pues el país fue refundado en 2009.

En Colombia la Constitución fue reformada en 2004, para establecer la posibilidad de la reelección inmediata por una sola vez, a instancias del entonces presidente, el conservador Álvaro Uribe, quien pudo así renovar el mandato en 2006.

Los uribistas trataron de que su líder pudiera seguir en el poder más allá de 2010 por la vía de un referendo, pero la Corte Constitucional rechazó esa posibilidad en 2010.

El actual presidente colombiano, Juan Manuel Santos, sorprendió a sus compatriotas hace unos días con una propuesta: que si se presenta la reelección y gana en 2014, su mandato sea de solo dos años y que a partir de 2016 todos los cargos electivos en el país sean por seis años, sin posibilidad de reelección.

Para ello sería necesario cambiar de nuevo la Constitución, pero además, según un reciente sondeo, el 63 % de los colombianos rechaza una posible reelección de Santos.

En febrero pasado, el presidente de Cuba, Raúl Castro, de 81 años, reelegido por la Asamblea Nacional para un segundo mandato de cinco años, anunció que ésta será su última gestión presidencial.

El hermano menor de Fidel Castro, el cual estuvo en el poder más de 40 años, dijo también que se hará una reforma constitucional para limitar los mandatos políticos a diez años y que se establecerá una edad máxima para ocupar las principales responsabilidades del país.

En Brasil, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, que cumplió dos periodos presidenciales consecutivos, manifestó hace un mes que no piensa ser candidato en 2014 y que su «prioridad» es la reelección de su sucesora en la Presidencia, Dilma Rousseff.

Tanto en Chile como en Uruguay la reelección solo está permitida dejando pasar un periodo, motivo por el cual ni Sebastián Piñera ni José Mujica, serán candidatos en las elecciones en sus países, previstas para noviembre de este año y 2014, respectivamente.

Pero dos expresidentes, Michelle Bachelet, en Chile, y Tabaré Vázquez, en Uruguay, tienen posibilidades de sucederles.

El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, elegido en 2006, en 2009 y en febrero pasado, ha señalado su intención de retirarse en 2017 «no solo de la Presidencia sino de la vida pública».

La nueva Constitución ecuatoriana (2008) solo permite una reelección y Correa dice que no apoyaría una reforma.

El presidente nicaragüense, Daniel Ortega, logró por la vía judicial que se aceptara su candidatura para las elecciones de 2011, a pesar de que la Constitución prohíbe la reelección inmediata, y las ganó en medio de denuncias de fraude por parte de la oposición.

La sala constitucional de la Corte Suprema de Justicia de Nicaragua declaró «inaplicable» el artículo que impide la reelección continua en una sesión en la que no estuvieron presentes la mitad de los magistrados titulares, precisamente los opositores.

El paraguayo Fernando Lugo, que fue destituido de la Presidencia en 2002, coqueteó con la idea de la reelección, pero el Senado de su país dio carpetazo en 2011 a una propuesta de referéndum para enmendar la Constitución con ese fin planteada por sus seguidores.

También en Argentina hay quienes buscan que Cristina Fernández, reelegida en 2011, pueda seguir en el poder después de su actual mandato mediante una reforma constitucional.

La oposición firmó a fines de 2012 un compromiso para frenar cualquier avance del kirchnerismo hacia la implantación de «la re reelección», como se conoce en Argentina.

En Perú, donde tampoco es posible la reelección consecutiva, algunos sectores han alertado de las supuestas intenciones de Nadine Heredia, la popular esposa de Ollanta Humala, de ser candidata en 2016, pues las leyes peruanas impiden la postulación de familiares directos del presidente.

En República Dominicana hubo un intento en 2011 de sortear la prohibición constitucional para que el entonces presidente Leonel Fernández se pudiera postular en las elecciones de 2012, y en Honduras los obispos instaron en febrero pasado a los políticos a «no obsesionarse» con prolongar institucionalmente sus mandatos.

El presidente de Panamá, Ricardo Martinelli, cansado de que la oposición le acusara de querer perpetuarse en el poder, firmó en 2012 una declaración jurada ante notarios para dejar constancia legal y pública de que no tiene «la más remota intención» de ser candidato en 2014.

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