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El Gobierno tailandés y grupos separatistas inician conversaciones de paz

Bangkok, 28 mar (EFE).- El Gobierno de Tailandia y varios grupos separatistas de la región musulmana del sur se sentaron hoy, por vez primera, a negociar un proceso de paz que ponga fin al conflicto que ha causado más de 5,300 muertos en los últimos nueve años.

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La primera ronda de conversaciones comenzó pocas horas después de que tres soldados tailandeses murieran y cinco resultaran heridos por la explosión una bomba al paso del vehículo en el que se desplazaban por una carretera comarcal de la provincia de Narathiwat, a unos 1.000 kilómetros al sur de Bangkok y colindante con Malasia.

El jefe de la comandancia militar regional, general Udomchai Thammasarorat, dijo a la prensa que este ataque fue perpetrado por militantes de alguno de los grupos insurgentes con la intención de desacreditar a las organizaciones rebeldes que participan en las conversaciones.

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La reunión entre la delegación del gobierno y representantes de dos organizaciones de corte separatista se celebró en Kuala Lumpur, la capital de Malasia, país hermanado con las provincias tailandesas de Pattani, Yala y Nararhiwat en las que se libra el conflicto armado y que hace algo más de un siglo Tailandia se anexionó siendo por entonces el sultanato de Pattani.

Este encuentro, al que asistieron miembros del brazo político del Frente Revolucionario Nacional y de la Organización para la Liberación un Pattani Unido, fue fruto de la mediación llevada a cabo por un equipo de personas designadas por el Gobierno malasio, que tendrá el mismo papel durante las negociaciones formales.

Al frente del equipo mediador está Ahmad Zanzamin, un asesor del primer ministro de Malasia, Najib Razak, que ha participado en las negociaciones de paz que han mantenido en los últimos años el Gobierno de Filipinas y el Frente Moro de Liberación Islámica (FMLI).

El Frente Revolucionario Nacional, creado en 1959, persigue la independencia del antiguo sultanato, y según expertos, mantiene contactos regulares con el Partido Pan-islámico de Malasia (PAS), principal grupo de oposición al gobierno central de Malasia.

Por su parte, la Organización para la Liberación de un Pattani Unido (PULO), fundada en 1968, persigue también la separación de Tailandia y la creación de un Estado islámico que comprenda las tres provincias de mayoría musulmana del sur del país.

El secretario general del Consejo Nacional de Seguridad y jefe de la delegación tailandesa, Paradorn Pattannathaburt, indicó en una nota que confiaba en que el inicio del diálogo contribuya a reducir la violencia en la región meridional, a pesar de que en estas solo participan dos organizaciones rebeldes de las ocho que reanudaron la lucha armada, en enero de 2004.

«El hecho de que en las negociaciones participen los dos grupos mayores y con mayor influencia en la región, causará un efecto positivo», apuntó el secretario general del Consejo Nacional de Seguridad.

La rebelión resurgió a raíz de que el gobierno central, encabezado por el entonces primer ministro, Thaksin Shinawatra, retirara a las provincias de mayoría musulmana muchas de las concesiones hechas por su predecesor en el cargo, Chuan Likpai, partidario de medidas de descentralización del poder.

El profesor Prasit Mesuwan, consejero de la zona fronteriza, dijo a Efe que «la negociación es la única vía para resolver el problema y acabar con la violencia, pero antes de eso transcurrirá mucho tiempo».

Los atentados con armas ligeras, asesinatos y atentados con explosivos en las tres provincias musulmanas del sur de Tailandia, se repiten casi a diario a pesar del despliegue de unos 40.000 efectivos de las fuerzas de seguridad y la vigencia del estado de excepción.

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