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Obama advierte que la economía y la seguridad sufrirán si se aplican recortes

Newport News (EE.UU.), 26 feb (EFE).- El presidente de EE.UU., Barack Obama, sostuvo hoy que la economía y la seguridad nacional sufrirán si se aplican en tres días los recortes del gasto público previstos para enfrentar el déficit, en un discurso en el que enfatizó sus negativos efectos para el sector militar y de defensa.

Obama eligió un astillero de Newport News (Virginia) para volver a urgir al Congreso a que evite esos recortes, valorados en más de 85.000 millones de dólares y que deben entrar en vigor el viernes, en el marco de la campaña puesta en marcha por la Casa Blanca para advertir de sus desastrosas consecuencias.

El «secuestro», como se conoce a esas reducciones presupuestarias, «es un mal nombre, pero sus efectos serán aún peores», destacó Obama en un discurso ante unos 1.000 trabajadores de la empresa Huntington Ingalls Industries (HII) en el astillero de Newport News, el mayor empleador del sector industrial en Virginia.

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«Cuanto más se prolonguen esos recortes, mayor será el daño», alertó Obama al rechazar el plan de los republicanos, que pretenden dejar en pie esa medida y dar más flexibilidad al Gobierno para decidir dónde y cómo aplicar las reducciones.

Fueron tanto republicanos como demócratas quienes acordaron en el Congreso en 2011 esos recortes para forzar un acuerdo de largo alcance sobre la reducción del elevado déficit público que todavía no ha llegado.

Los recortes, que ascienden a 1,2 billones de dólares durante los próximos 10 años, provocarían una reducción indiscriminada del presupuesto de las agencias federales, excepto para algunos programas obligatorios como el Medicaid (de salud) y los cupones de alimentos.

Antes de su discurso, Obama visitó un módulo de construcción de submarinos nucleares en el astillero, que también provee y repara buques y portaaviones para la Armada estadounidense.

El Departamento de Defensa será precisamente uno de los más afectados si se aplican los recortes y en el estado de Virginia, muy dependiente de la industria militar, se pueden perder «cientos de miles de empleos», según subrayó hoy el presidente.

Solo en Virginia unos 90.000 trabajadores civiles del Departamento de Defensa tendrán que acogerse a bajas forzosas y a reducciones salariales si las reducciones presupuestarias entran en vigor.

Además, se tendrá que cancelar el mantenimiento de 11 buques en la base naval de Norfolk, también ubicada en Virginia y una de las más grandes del mundo, y habrá retrasos en varios proyectos, de acuerdo con la Casa Blanca.

El Pentágono ya se ha visto obligado incluso a reducir su presencia en el Golfo Pérsico.

«Vamos a perder a muchísima gente. Nuestra productividad va a ir para abajo», dijo a Efe Ricardo Alfonso Palacios, nacido en Honduras y trabajador del astillero, sobre qué sucederá si se aplican finalmente los recortes.

Obama viajó a Newport News acompañado de dos congresistas, el demócrata Bobby Scott y el republicano Scott Rigell, como ejemplo del «compromiso» bipartidista que a su juicio se requiere para impedir los recortes.

Rigell es uno de los pocos republicanos que creen, al igual que Obama y los demócratas, que para evitar los recortes es necesario un acuerdo que combine reducciones presupuestarias en algunos programas sociales con una reforma fiscal para aumentar la carga impositiva a los ciudadanos más ricos.

La mayoría de los republicanos, incluido el presidente de la Cámara de Representantes del Congreso, John Boehner, se oponen a incrementar los impuestos a los ricos y las grandes corporaciones para que la hacienda pública tenga más ingresos.

«Estoy más que dispuesto a negociar», reiteró hoy el presidente, quien pidió a los republicanos que dejen de lado «los juegos políticos» y anotó que es el Congreso el único «con potestad» para impedir los recortes.

Otro trabajador del astillero, Don Wyan, comentó a Efe que es «optimista» pese a que solo quedan tres días para intentar evitar los recortes e indicó que, a su juicio, «todavía hay espacio para un acuerdo» en el Congreso.

Newport News (EE.UU.), 26 feb (EFE).- La región de Hampton Roads (Virginia), el corazón militar y armamentístico de EE.UU., vive bajo la incertidumbre de que el próximo viernes se ejecuten los recortes indiscriminados al gasto público, algo que, de producirse, afectaría a cientos de miles de familias.

En el astillero de Newport News hoy se han congregado más de un millar de trabajadores para escuchar al presidente estadounidense, Barack Obama, en uno de sus últimos intentos por presionar a los congresistas republicanos y lograr un acuerdo que evite la reducción en la inversión pública en más 85.000 millones de dólares durante los próximos siete meses.

Y es que, como advirtió hoy Obama ante algunos de los que «construyen la maquinaria naval más sofisticada del planeta», el sector de Defensa sería uno de los más «dañados» por los recortes, afectando solo en el estado de Virginia a más de 90.000 civiles que tendrían que acogerse a la reducción salarial o de jornada forzosas.

Algunos, como Don Wyan, que trabaja para la constructora naval Huntington Ingall Industries, aún son «optimistas».

«Ahora mismo las bajas forzadas pueden afectar a civiles, a empleados navales. Pueden afectar a nuestros trabajos porque hay encargos que ya están entrando y se verían retrasados. Cosas como esa afectarían a los constructores de barcos y a sus proveedores. (…) Pero soy optimista», dijo a Efe Wyan minutos antes de la aparición de Obama.

Sin embargo no todos los trabajadores tienen tanta confianza en que finalmente se puedan evitar las reducciones presupuestarias.

Ricardo Alfonso Palacios, de origen hondureño, está convencido de que «de cierta forma van a dejar que pase».

Palacios culpa tanto al Gobierno como al Congreso de «jugar a ver quién cede primero» y los acusa de hacerlo sin tener en cuenta «que están jugando con gente y con una forma de vida».

«Si siguen de esta forma mucha gente perderá trabajos, muchos niños no tendrán qué comer. A largo plazo, algo que ellos tal vez no entienden es que todos los que pierdan el trabajo van a entrar a programas del Gobierno y van a necesitar alimentación. Tendrán que mantener a esas personas y no vamos a ser productivos», explicó a Efe.

Pero en Virginia, donde viven cientos de miles de personas relacionadas con el sector militar, contratistas y veteranos, no solamente preocupa la pérdida de empleo y el descenso de la capacidad productiva, también lo hace el temor a que Estados Unidos vea reducida su capacidad militar.

«Construimos las maquinarias más impresionantes del mundo, nadie tiene lo que nosotros como nación y es lo que nos da ese avance, si empezamos a jugar con ello puede que lo perdamos y no es justo para el país entero. (…) Es una parte muy importante para la seguridad nacional», insistió Palacios.

El hondureño, además, deseó que esta visita del presidente le sirviera para palpar «la incertidumbre» con la que viven muchos ciudadanos de este estado de la Costa Este ante los recortes, que cada vez, parecen más inevitables.

Preguntado sobre si cree que los recortes influirán en la capacidad militar del país, Palacios respondió: «definitivamente, sí».

«Algo que hace grande a este país es que siempre estamos preparados para cualquier cosa que se nos venga. (…) Como nación necesitamos mantener el estatus de ser la mayor fuerza del planeta», subrayó.

Un poco más tarde Obama se dirigía a él y al resto de los trabajadores allí congregados, repitiendo una consigna como si minutos antes hubiera escuchado a Palacios: «Los recortes debilitarán nuestra recuperación económica. Debilitarán nuestra capacidad militar. Y debilitarán los servicios básicos de los que el pueblo estadounidense depende cada día».

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