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La Carta Magna recibe luz verde de la Asamblea Constituyente antes de un referendo

El Cairo, 30 nov (EFE).- La Asamblea Constituyente egipcia, dominada por los islamistas, dio hoy luz verde al borrador de la nueva Carta Magna, que mañana será presentado al presidente Mohamed Mursi para que convoque un referéndum popular.

Tras más de diez horas de votación, en las que fueron aprobados uno por uno los 234 artículos del proyecto, la asamblea culminó la votación a primera hora de esta mañana en medio del aplauso de sus miembros.

Según la agencia de noticias estatal Mena, el órgano dio su visto bueno el borrador «por unanimidad» y mañana su presidente, Hosam al Gariani, lo presentará a Mursi, que tendrá que convocar un plebiscito sobre el texto, que deberá celebrarse, según la legislación, en los próximos quince días.

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Si los ciudadanos aprueban la nueva Constitución entrará en vigor de forma inmediata.

Sin embargo, el juez miembro de la Asamblea Constituyente, Nuredin Ali, explicó en declaraciones a Efe que los plazos podrían ser distintos.

«Hay dos corrientes: quienes defienden que se alarguen los tiempos, ya que Mursi dio dos meses más a la asamblea para que acabara sus trabajos, con lo que quedarían 72 días para un debate popular, y el referéndum podría celebrarse en este plazo, lo que estaría dentro de la legalidad», apuntó Ali.

Por otro lado, -agregó- está «la otra corriente que pide que se celebre un plebiscito lo antes posible por las divisiones que hay Egipto en la actualidad, tras la emisión de la última acta constitucional», emitida por Mursi el pasado 22 de noviembre para blindar sus poderes.

A estas dos tendencias se suma una tercera que sostiene que el referéndum debería celebrarse en un mes.

La Asamblea Constituyente aprobó el texto con la presencia de 85 de sus cien integrantes, después de que Al Gariani convocara ayer a once miembros de reserva para sustituir a parte de los 26 que la boicotearon por considerar que está dominada por los islamistas.

La nueva Carta Magna estipula en su artículo 2, al igual que la anterior Constitución de 1971, que «los principios de la ‘sharía’ son la fuente principal de la legislación», tal y como pedían los grupos laicos.

Este punto ha suscitado la controversia durante los últimos meses porque mientras que los laicos defendían que se dejara como estaba, los salafistas pedían una aplicación estricta de la ley islámica.

Para contentar a los salafistas, el borrador incluye un artículo, el 219, que detalla que esos principios abarcan toda la jurisprudencia de la «sharía» y los fundamentos contenidos en la «suna» o tradición del profeta Mahoma.

El documento contempla, además, el multipartidismo político, la alternancia pacífica del poder, la separación de los poderes del Estado y la soberanía de la ley.

El grupo Human Rights Watch (HRW) destacó que el proyecto protege algunos derechos pero socava otros, ya que no pone fin a los juicios militares a civiles ni garantiza la libertad de expresión y de culto, entre otros.

Entretanto, los opositores a Mursi mantienen una acampada en la plaza cairota de Tahrir contra el decreto emitido por el presidente el pasado día 22 que blinda sus poderes, la Cámara alta del Parlamento y la Asamblea Constituyente ante la Justicia.

Precisamente, el próximo domingo, el Tribunal Constitucional tiene previsto emitir un fallo sobre la legalidad de la composición de ambos órganos, pese a que disponen de inmunidad tras el decreto.

Decenas de miles de manifestantes se concentraron hoy en Tahrir en una protesta cuya concurrencia aumentó al atardecer para rechazar el decreto y el borrador de la nueva Carta Magna.

Una de las manifestantes, Fauzia Mohamed Taufiq, dijo a Efe que rechaza la nueva Constitución porque «no representa a todos los componentes del pueblo».

«Ayer, vimos una farsa por la televisión egipcia, ya que once miembros (de la asamblea) en reserva participaron en la votación, cuando nunca tomaron parte en sesiones anteriores, es una tragedia», lamentó Taufiq, con gafas de sol y velo islámico.

A la protesta también acudieron dirigentes opositores como el Nobel de la Paz y presidente del Partido La Constitución, Mohamed Baradei, que subrayó hoy en un discurso en Tahrir «la necesidad de volver a la situación anterior a la declaración constitucional y de iniciar un diálogo nacional serio».

Para mañana, los Hermanos Musulmanes, grupo en el que militó el presidente hasta que juró el cargo, han organizado una manifestación para expresarle su apoyo.

Ginebra, 30 nov (EFE).- El Alto Comisionado de la ONU para Derechos Humanos pidió hoy al presidente de Egipto, Mohamed Mursi, que reconsidere el acta constitucional que establece que las decisiones presidenciales son definitivas e inapelables ante la justicia hasta la entrada en vigor de una nueva Constitución.

Se trata de una medida «incompatible» con las convenciones internacionales sobre derechos humanos, manifestó en rueda de prensa el portavoz del Alto Comisionado, Rupert Colville, que indicó que «aprobar una Constitución en estas condiciones podría introducir un nuevo elemento de división» en la sociedad egipcia.

Colville informó de que la Alta Comisionada, Navi Pillay, envió una carta a Mursi en la que expresa su preocupación por el proceso constitucional y por la composición de la Asamblea Constituyente, que el presidente declaró indisoluble en la misma declaración.

Para Pillay, la Asamblea Constituyente, que está dominada por los islamistas y que jueves dio luz verde al borrador final de la nueva Carta Magna, no refleja la composición real de la sociedad egipcia, dada la falta de mujeres y de representantes de las minorías.

Colville recordó que Egipto es firmante de los dos grandes tratados que sostienen la ley internacional sobre derechos humanos, la Convención sobre Derechos Políticos y Civiles, y el Convenio sobre Derechos Económicos, Sociales y Culturales, y que hasta la fecha el proceso constitucional egipcio los contraviene.

Pillay indicó en su carta al presidente egipcio que los obstáculos puestos al acceso a la justicia y a la independencia del poder judicial en su declaración de la semana pasada «abren la puerta a la violación de estas dos Convenciones».

Según su portavoz, la Alta Comisionada recordó que el eslogan de la revolución egipcia que derrocó al presidente Hosni Mubarak -«libertad y justicia social»- solo se logrará si hay procesos de búsqueda de la verdad, de procesamiento judicial de los culpables de violaciones de los derechos humanos y de reparación de las víctimas.

La Alta Comisionada «admite las dificultades del presidente» y le insta a hacer uso de sus prerrogativas para hacer frente a estos problemas de acuerdo con el derecho internacional.

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