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Medvédev califica de “maniobra política” las denuncias sobre las represiones en Rusia

Moscú, 29 nov (EFE).- El primer ministro ruso, Dmitri Medvédev, califica de «maniobra política» las denuncias sobre la presunta vuelta a las represiones en el país por la reciente aprobación de leyes que regulan algunos derechos, en una entrevista publicada hoy por el diario «Kommersant».

«Creo que esa espera de represiones (por parte de la oposición) es en cierta medida una maniobra política. Parte de un programa político. Nada más», dijo Medvédev.

El jefe de Gobierno cree que la sociedad rusa es cada vez más abierta, algo que refleja la consolidación de un «Estado de bienestar» y explica las crecientes demandas democratizadoras de una parte de la población.

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«Cuando un país no tiene éxito, la gente exige mucho menos que ahora a las autoridades. Su objetivo se limita a la supervivencia. Que las demandas sociales hayan crecido durante las elecciones de 2011 prueba la madurez de nuestra sociedad civil», apuntó el primer ministro.

No lo ve así ni la oposición ni tampoco Naciones Unidas, que a mediados de verano denunció que al menos cuatro de las nuevas leyes aprobadas este año en Rusia limitan los derechos humanos y las libertades de expresión, asamblea, información y asociación.

Medvédev, al mismo tiempo, advirtió de que una parte de la sociedad rusa demanda todo lo contrario: más orden y represión.

«No debemos olvidar que parte de la sociedad dice que es necesario más orden, que son necesarias las represiones. Y que todo lo que se hizo en los años 30 (durante la dictadura de Stalin) estaba bien. Y ya no son solo los jubilados quienes piensan así, sino un determinado número de jóvenes», apuntó.

El primer ministro reiteró su postura al respecto: «La mayoría de las personas que encumbran aquellos tiempos ni se imaginan lo que sucedió entonces en realidad. Es muy fácil admirar al tirano cuando sabes que no vendrán por ti por la noche, que no te fusilarán sin juicio, que no te encarcelarán 25 años por una falsa denuncia».

Desde la victoria de Vladímir Putin en las elecciones presidenciales del pasado mes de marzo, en medio de protestas públicas de miles de personas descontentas con las autoridades, el Parlamento ruso ha promovido y aprobado varias leyes que dificultan la labor de la oposición.

La Duma o cámara baja del Parlamento, auspiciada por el Kremlin, puso trabas a la información en internet; limitó el derecho de reunión incrementando las multas por incumplir los requisitos para manifestarse e impuso medidas restrictivas a la actividad de las ONG rusas y extranjeras.

Meses antes, al calor de las protestas que siguieron a las elecciones parlamentarias de diciembre de 2011, fue el propio Medvédev, entonces aún presidente, quien promovió varias reformas políticas encaminadas a satisfacer algunas demandas democratizadoras de la población.

Moscú, 29 nov (EFE).- El primer ministro ruso, Dmitri Medvédev, aseguró hoy que su país no puede limitarse a lanzar campañas anticorrupción sino que debe combatir de manera permanente esa lacra.

«(La lucha) debe ser una labor sistemática y no una cuestión de campañas», dijo Medvédev en una entrevista publicada hoy por el diario Kommersant.

Medvédev aseguró que los recientes escándalos destapados por las autoridades y que implican a varios altos funcionarios «también son consecuencia de una demanda de lucha contra la corrupción».

«Hasta hace poco tenía la impresión de que, a todos los niveles, nada iba a cambiar sin importar lo que hicieras. Era nuestra marca de nacimiento, una especie de maldición de cuna», apuntó.

El expresidente ruso opina que su Gobierno ha mostrado la voluntad política necesaria para contribuir jurídicamente a que los órganos de seguridad dispongan de mayores facultades para combatir la corrupción en la administración pública.

«Por supuesto, hay una serie de decisiones políticas que siempre son necesarias para que los procesos se pongan realmente en marcha», señaló.

En particular, «en lo que se refiere a toda una serie de actos que antes no se consideraban delito. Se trata de la rendición de cuentas de los funcionarios, las reglas de comportamiento funcionarial y otras», opinó.

Medvédev reconoció que la legislación rusa «no es perfecta», pero, «a grandes rasgos, no es peor que la de otros países».

En relación al mayor escándalo de corrupción que se recuerda en este país en los últimos diez años y que afecta al Ministerio de Defensa, Medvédev aseguró que su titular, Anatoli Serdiukov, fue destituido «para que no haya dudas sobre la objetividad de la investigación en marcha».

«Así actúan en otros países. Si surgen dudas en relación a un cargo oficial, existe un proceso penal y es público, el dirigente debe tomar una decisión: apartar o destituir a la persona que encabeza esa estructura», dijo.

Medvédev subrayó que «la investigación en el Ministerio de Defensa no comenzó hoy sino hace tiempo» y que «sus resultados pueden ser calificados como violación de la ley o delito sólo por una sentencia judicial».

«El hallazgo o ausencia de irregularidades financieras es una cuestión de pruebas que deben reunir los órganos de seguridad en consonancia con el código penal. Ellos deben cumplir con su trabajo. Y después demostrarlo ante los tribunales», dijo.

Ayer, el Comité de Instrucción (CI) de Rusia abrió una nueva causa penal por corrupción contra los funcionarios del departamento de bienes del Ministerio de Defensa y de la empresa estatal Oboronservice.

La investigación cifra en más de mil millones de rublos (más de 30 millones de dólares) el dinero estafado y malversado en relación a 14 activos inmobiliarios.

El pasado día 6, el presidente ruso, Vladímir Putin, destituyó a Serdiukov supuestamente para garantizar la imparcialidad durante la investigación, pero negó su implicación en el escándalo de corrupción inmobiliaria.

En las últimas semanas este país se ha visto salpicado por diversos escándalos de corrupción que han conducido a la detención de varios altos funcionarios, que la oposición vincula con una campaña de relaciones públicas para mejorar la alicaída imagen del Kremlin.

El jefe de la Cámara de Cuentas de Rusia, Serguéi Stepashin, denunció que más de un billón de rublos (más de 30.000 millones de dólares) desaparece anualmente de las arcas del Estado ruso.

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