Bruselas, 23 nov (EFE).- El príncipe Felipe de Bélgica se ha convertido hoy en el protagonista de la última polémica de la Familia Real belga, motivada por un viaje privado de fin de semana a Tasmania, aprovechando su participación en una misión comercial y oficial a Australia.
El Palacio Real ha emitido un comunicado que justifica la decisión de Felipe de Bélgica, y precisa que el fin de semana libre ya estaba previsto y que «permitirá a todos los participantes en el viaje hacer una pausa en medio de una misión muy intensiva, muy exitosa hasta el momento y más larga de lo habitual».
Los medios de comunicación belgas cuestionan la conveniencia de esa «visita privada» del príncipe a unos amigos, acompañado de sus consejeros y guardaespaldas, durante este sábado y domingo, en medio de un viaje de trabajo de Felipe de Bélgica a tierras australianas, con motivo de una misión económica donde participan un centenar de empresarios belgas.
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El Palacio Real insiste en que ese parón de fin de semana «estaba previsto desde el principio y por tanto no tiene nada de inesperado».
Además, precisa que, «contrariamente a lo que se ha dicho», los días de descanso no supondrán una interrupción de la misión, puesto que «los interlocutores australianos públicos y privados no tienen actividades profesionales oficiales durante el fin de semana».