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La ONU acusa a Damasco de arrasar áreas civiles sin preocuparse por la población

Ginebra, 27 jul (EFE).- La Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pillay, acusó hoy al régimen de Bachar al Asad de arrasar zonas controladas por la oposición sin tener en cuenta la suerte de la población civil que las habita.

«Después de que un pueblo o un barrio haya sido rodeado por el Ejército, se corta la distribución de agua, electricidad y comida», denunció la Alta Comisionada en un comunicado difundido hoy, en el que reiteró su preocupación por la comisión de crímenes de guerra y contra la humanidad.

Pillay señaló que tras el aislamiento de las poblaciones, se realizan intensos bombardeos de artillería y aéreos, tras lo cual entran los tanques y las fuerzas terrestres «que proceden puerta por puerta y, según nuestras informaciones, a menudo ejecutan de manera sumaria a personas sospechosas de luchar con la oposición».

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«Los cuerpos de los ejecutados o asesinados de otra manera son a veces quemados o trasladados a otra parte», agregó la alta funcionaria de la ONU, que también acusó a las fuerzas armadas de oposición de cometer ejecuciones extrajudiciales y torturas.

Pillay recordó que el derecho humanitario internacional establece claramente que los civiles deben tener la oportunidad de abandonar las zonas que van a ser atacadas militarmente y que esto solo ha ocurrido «en algunas ocasiones» en Siria en los últimos meses.

«Los civiles y sus propiedades (…) deben ser protegidos en todo momento. Todas las partes, incluidos el Gobierno y las fuerzas de oposición, deben garantizar que distinguen entre objetivos civiles y militares», manifestó la Alta Comisionada, preocupada por «la probabilidad» de enfrentamientos a gran escala en Damasco y Alepo.

«He recibido informaciones aún no confirmadas de atrocidades, incluidos asesinatos extrajudiciales y ataques de francotiradores contra civiles durante los recientes combates en diversos barrios de Damasco», dijo Pillay, que también alertó sobre el fuerte incremento de presencia militar del régimen de Bacher el Asad en torno a Alepo.

Pillay indicó que corresponde a los tribunales internacionales de justicia llegar a una conclusión sobre lo que está ocurriendo en Siria, que se desangra en un conflicto interno desde marzo de 2011 que ha costado la vida a miles de personas, pero volvió a expresar su convencimiento de que se han cometido graves crímenes.

«Mi convencimiento, sobre la base de pruebas reunidas por parte de diversas fuentes creíbles, es que se han cometido, y se siguen cometiendo, crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra, en Siria», declaró la Alta Comisionada de la ONU.

A sus autores, les trasladó el mensaje de que «no deben creer que escaparán a la acción de la Justicia», porque «el mundo ni olvida ni perdona crímenes como esos», a lo que agregó que «esto se aplica tanto a las fuerzas de oposición que están cometiendo crímenes, como a las fuerzas gubernamentales y a sus aliados».

Ginebra, 27 jul (EFE).- La «falta de voluntad» de la comunidad internacional y de las partes enfrentadas en Siria para encontrar una salida política al conflicto lo están prolongando y recrudeciendo, denunciaron hoy fuentes cercanas al enviado especial de la ONU para Siria, Kofi Annan.

Según las fuentes, el régimen de Bachar al Asad y la oposición armada «no están dispuestas o preparadas para hablar» y tanto ellas como la comunidad internacional están mostrando «falta de voluntad» para propiciar «una solución política» que ponga fin a 16 meses de conflicto armado que ya se ha cobrado miles de vidas.

Annan sigue convencido de que el inicio de un proceso de negociación política, con el establecimiento de un Gobierno transitorio de unidad -tal y como se propuso en la reunión del Grupo de Acción para Siria el 30 de junio en Ginebra-, es la única salida posible para detener el derramamiento de sangre.

«Las partes tienen que tomar conciencia de que podemos terminar esto ahora o podemos acabar más adelante con otros 20.000 muertos en Siria», agregaron las fuentes, cercanas al enviado especial, que se está replanteando con su equipo su tarea de mediación, pero en ningún caso, de momento, abandonar sus gestiones.

«El replanteamiento es en términos de qué estamos haciendo y de si deberíamos hacerlo de otra manera», explicaron.

«La solución no es más derramamiento de sangre. La salida es un arreglo político y eso depende de las partes y de que la comunidad internacional muestre unidad, algo que hasta ahora nos ha sido esquivo», subrayaron las fuentes, que defendieron la labor del ex secretario general de la ONU y negaron un fracaso de su gestión.

Los tropiezos de la labor mediadora que Annan inició en marzo pasado con la presentación de su plan de paz de seis puntos se atribuyen desde el entorno del diplomático ghanés a que Damasco y la oposición no han cumplido un plan que se comprometieron a acatar, y a que la comunidad internacional se ha mostrado dividida.

La paciencia del enviado especial parece haber llegado a su límite, sobre todo después de que China y Rusia volvieran a ejercer su doble veto en el Consejo de Seguridad el pasado día 19, rechazando la imposición de sanciones económicas a Siria, una decisión que resultó «decepcionante» para el mediador.

El rechazo se produjo después de que Annan viajara a Moscú y celebrara una reunión con el presidente ruso, Vladímir Putin, «de la que salió con la sólida sensación de que el compromiso era posible», explicaron las fuentes, que describieron la cambiante situación diplomática como «ir subido en una montaña rusa».

Desde la oficina en Ginebra de Kofi Annan se asiste con preocupación a la cambiante situación militar y política en Siria -«las cosas están cambiando en cuestión de días»-, y con especial inquietud a los acontecimientos en Alepo, donde aparentemente las fuerzas gubernamentales se preparan para un asalto a gran escala.

Las fuentes expresaron su escepticismo acerca de que el final del régimen de Al Asad pueda estar cerca, como apuntan algunos medios de comunicación occidentales, y recordaron que Damasco «solo está utilizando el 30 % de su capacidad militar».

Sobre el futuro de la Misión de Observación de la ONU para Siria (UNSMIS), que ha reducido de 300 a 150 su número de observadores, las fuentes cercanas a Annan recordaron que el 19 de agosto vence la extensión final de su despliegue y defendieron la importancia de su presencia sobre el terreno para insistir en la vía política.

«Nos quedan 23 días y el reloj avanza muy deprisa», señalaron las fuentes, que informaron de que el enviado especial seguirá manteniendo una intensa actividad diplomática, reuniéndose hoy en Londres con el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.

Ammán, 27 jul (EFE).- Un niño sirio murió y varios miembros de su familia resultaron heridos hoy por disparos del Ejército del régimen de Damasco cuando intentaban huir a Jordania, informó el Gobierno jordano.

El portavoz gubernamental jordano Samih Maayta explicó que los soldados jordanos de la zona fronteriza de Ramtha prestaron ayuda al menor, que falleció al poco de ser ingresado en el hospital de la localidad.

Maayta señaló que el ejército jordano no respondió a los disparos efectuados por los uniformados sirios, negando enfrentamientos entre ambas tropas, a los que habían apuntado algunos medios de comunicación locales.

La frontera jordana de Ramtha limita con la provincia siria de Deraa, que en los últimos días ha sido blanco de duros bombardeos por las tropas del régimen de Bachar al Asad, según los grupos opositores.

En el valle de Al Agamy, en Deraa, fueron hallados ayer 22 cadáveres de civiles y de miembros del rebelde Ejército Libre Sirio (ELS) después de que la zona fuera escenario de intensos bombardeos desde la víspera.

Los activistas sirios indicaron que las muertes se produjeron en una ofensiva de las fuerzas gubernamentales cuando los rebeldes intentaban ayudar a los habitantes de la zona a huir hacia Jordania.

Jordania ha recibido a miles de refugiados sirios desde que comenzó el conflicto en marzo de 2011 y las autoridades del reino hachemí han alertado en varias ocasiones de sus escasos medios para atender a los desplazados.

Según el Gobierno jordano, más de 100.000 personas han cruzado desde entonces la frontera, aunque el pasado 6 de julio, la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCHA) fijó la cifra en 30.990.

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