Las drogas legales psicoactivas se han convertido en un fenómeno mundial según el Reporte Mundial de Drogas de las Naciones Unidas. Las sustancias han sido vinculadas a crímenes horribles como el caso del ‘Zombie de Miami’, Rudy Eugene, que se comió la cara de un habitante de la calle en mayo y en el que se reportó que estaba bajo la influencia de las sales de baño.
El Reporte Mundial de Drogas de 2012 publicado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD) encontró que en “numerosos países de todas las regiones, particularmente en Europa, Norteamérica y Oceanía, se reportó el uso de dichas sustancias como una tendencia emergente en 2010”. En los Estados Unidos, más del 20% de los adolescentes mayores de 12 años ha usado un psicoactivo legal, haciéndolo la segunda sustancia controlada más común después de la marihuana.
“El mercado de las drogas sintéticas es un sector grande y en crecimiento, que es muy difícil de controlar”, dijo Preeta Bannerjee, vocera de ONUDD, a METRO INTERNACIONAL. A pesar de los esfuerzos para prohibir estas nuevas drogas legales, “estas sustancias solo necesitan pequeños cambios en su composición química para evadir el control”.
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Sustancias como la metilenodioxipirovalerona (MDPV), conocida como sales de baño, y la mefedrona, se han vuelto notorias tras las recientes historias de horror como el caso del ‘Zombie de Miami’. “La característica más peligrosa es su potencia variable, haciendo que sea fácil una sobredosis”, dijo el doctor Adam Winstock –especialista en adicción a medicinas y autor del Estudio Global de Drogas– a METRO INTERNACIONAL. Hizo un llamado a la protección del consumidor a través de la clasificación apropiada de las sustancias legales, que pueden ser adquiridas en muchas tiendas de los Estados Unidos.
La ONUDD también encontró que la producción de opio ha aumentado dramáticamente. En Afganistán, el mayor productor mundial, la cantidad aumentó el 61%, que equivale a 5800 toneladas. La producción también aumentó en Birmania y Laos, contribuyendo a un incremento del 16% en el sureste asiático en 2011.
MWN