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Putin reitera a Abás que Rusia no tiene problema en reconocer un Estado palestino

Belén, 26 jun (EFE).- El presidente de Rusia, Vladimir Putin, afirmó hoy que su país no tiene ningún problema en reconocer un Estado palestino, y alentó al presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abás, a seguir en sus «posiciones responsables» para poder alcanzar ese objetivo.

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«Rusia no tiene ningún problema en reconocer un Estado palestino independiente, lo dijimos hace 25 años en tiempos de la Unión Soviética y desde entonces no hemos cambiado nuestra postura», declaró en una rueda de prensa conjunta.

El líder ruso visitó Belén por la mañana, en la segunda jornada de un breve viaje por Oriente Medio que comenzó el lunes en Israel y terminará en Jordania, país al que se dirigió esta la tarde a través del paso fronterizo de Allenby.

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El estancado proceso de paz con Israel y la cooperación ruso-palestina en varios campos centraron la reunión de los dos dirigentes.

En lo referente al conflicto entre israelíes y palestinos, Putin mostró su oposición a las «acciones unilaterales» y pidió a ambas partes un «mayor compromiso» para encarrilar un proceso negociador, a la vez que alabó la «responsabilidad» demostrada por Abás en los últimos años.

También expresó su «preocupación» por la situación humanitaria en los territorios palestinos y se comprometió a ayudar para aliviarla, al tiempo que prometió estudiar, dentro de sus marcos presupuestarios, la concesión de becas de estudios universitarios a alumnos de Cisjordania y Gaza.

Abás, que lo recibió con honores militares en el palacio presidencial de Belén (Muqata), dijo haber discutido con Putin el problema de los asentamientos judíos, que calificó del «mayor obstáculo para el proceso de paz».

El presidente palestino también solicitó ayuda a Rusia para lograr que Israel deje en libertad a presos palestinos que cumplen condena desde antes de 1994, cuando se creó la ANP a raíz de los acuerdos de Oslo.

En línea con una iniciativa propuesta por Rusia en el pasado, Abás recalcó la necesidad de convocar una nueva conferencia internacional en Moscú para relanzar el proceso de paz, una idea acordada por ambas partes hace varios años pero descartada de la agenda internacional.

La Federación Rusa integra junto con Estados Unidos, la Unión Europea (UE) y la ONU el denominado «Cuarteto para Oriente Próximo», que desde hace años trata de mediar para que israelíes y palestinos reanuden el diálogo con el objetivo de poner fin al conflicto y se pueda establecer un estado palestino independiente.

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, manifestó el lunes a Putin que estaría dispuesto a entrevistarse con Abás en el lugar que éste desee, un testigo que el líder palestino no piensa recoger mientras Israel no cese la construcción en los asentamientos judíos.

«Las negociaciones son la única vía para conseguir la paz con Israel», insistió Abás, pero explicó que no retornará a ellas mientras ese país siga apoderándose de tierras palestinas.

En la reunión celebrada en Belén, Abas y Putin abordaron, asimismo, la división entre los palestinos, que según el presidente de la ANP no se solucionará mientras no se fije una fecha para celebrar elecciones legislativas y presidenciales.

Putin se entrevistó con Abás tras visitar de forma privada la Basílica de la Natividad, lugar del nacimiento de Jesús según la tradición cristiana, y después inauguró un nuevo centro cultural-científico que cuenta con el apoyo de Rusia.

La ciudad palestina se vistió de gala para recibir a un presidente que ya estuvo en los territorios ocupados en 2005, y las calles de la ciudad que conducen al palacio presidencial estaban decoradas con las banderas rusa y palestina.

Las principales vías de la ciudad, a la que Putin llegó con retraso, estuvieron fuertemente custodiadas por las fuerzas de seguridad palestinas a lo largo de toda la visita.

Otro de los temas que ambos presidentes abordaron fue el proceso de reforma en varios países árabes de la región.

La agencia palestina «Maan» relaciona el periplo que el dirigente ruso realiza por Oriente Medio con el deterioro de su imagen y la de su país por el apoyo al régimen del presidente sirio Bachar el-Asad.

Jerusalén, 26 jun (EFE).- El presidente ruso, Vladimir Putin, realizó la pasada madrugada una visita sorpresa al Muro de las Lamentaciones, el santuario judío más importante, después de haber acudido primero a la vecina Basílica del Santo Sepulcro, ambos en la ciudad vieja de Jerusalén.

Putin llegó al Santo Sepulcro, el santuario cristiano más venerado, a alrededor de la 1.30 de la madrugada hora local (22.30 GMT de ayer) rodeado de un imponente cordón de seguridad, informa hoy la edición digital del diario Yediot Aharonot.

El dirigente ruso, que realiza desde ayer una minigira por Oriente Medio, explicó que no quería perderse la posibilidad de visitar ambos lugares porque despiertan en él una «especial sensibilidad», y destacó que desde su punto de vista era la parte más importante de su paso por la zona.

En el Muro de las Lamentaciones explicó que era su tercera visita al lugar: la primera la hizo antes de ser presidente y la segunda, en 2005, contó que no pudo acercarse a tocar las piedras del Muro porque coincidió con la fiesta judía del Pesah (Pascua) y estaba abarrotado de gente.

Según el diario israelí, en esta tercera ocasión planificó una visita nocturna para poder rezar con tranquilidad.

Acompañado por el rabino del Muro de las Lamentaciones, Samuel Rabinovich, y por otro de Rusia, Putin, tocado con una «kipá» (solideo) aprovechó su visita para charlar con la gente que se encontraba a esa hora en el santuario judío.

Entre ellos un ultraortodoxo de origen ruso con el que habló sobre la existencia de Dios y con el que estuvo de acuerdo en que si todo el mundo fuera creyente «no ocurrirían cosas malas (..) y sólo habría felicidad», según el vídeo difundido en la página de internet.

Putin hizo también, a propia iniciativa, una visita guiada por el llamado Túnel Asmoneo, subterráneo de hace dos mil años que cruza del Muro de las Lamentaciones al Barrio Árabe, y por el que con motivo de su apertura al público en 1996 los palestinos lanzaron una mini-intifada de protesta por su proximidad a la Explanada de las Mezquitas.

Hasta entonces se trataba de la peor ola de violencia desde la guerra de 1967, y costó la vida a 67 palestinos y 13 israelíes. Más de mil personas resultaron heridas.

Putin recibió de regalo un libro en ruso sobre la historia del lugar, hizo preguntas de forma constante por todo el recorrido y dijo que «aquí es dónde se ve cómo el pasado judío está grabado en las piedras de Jerusalén», según el diario.

El líder ruso, que hoy se encuentra en Belén para una entrevista con el presidente palestino, Mahmud Abás, se entrevistó ayer en Jerusalén con el primer ministro, Benjamín Netanyahu, y con su colega israelí, Simón Peres.

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