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La mayoría conservadora tumba la primera moción de censura al Gobierno luso

Lisboa, 25 jun (EFE).- La alianza de los dos principales partidos conservadores de Portugal, socialdemócratas y democratacristianos, sirvió hoy para evitar que saliera adelante la primera moción de censura contra el Gobierno de Pedro Passos Coelho.

Tal y como estaba previsto, la iniciativa presentada por los comunistas -cuarta fuerza más votada del país- fue tumbada en votación parlamentaria tras un debate que se alargó más de tres horas y durante el que la oposición acusó al Ejecutivo de «engañar al pueblo» al aplicar medidas que no anunció en campaña electoral.

La crispación en el hemiciclo fue evidente en diferentes fases de una discusión durante la que el Gobierno defendió su actuación y arremetió contra «la irresponsabilidad» de quienes apoyaron la propuesta por intentar abrir una crisis política en un momento tan delicado como el actual, con el país intervenido por la llamada troika, formada por el Banco Central Europeo, la Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional (FMI).

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La moción fue apoyada por los comunistas (14 diputados), los marxistas del Bloque de Izquierda (8) y el grupo ecologista Los Verdes (2), mientras que desde la oposición, el Partido Socialista (con 74 escaños) decidió abstenerse de la votación.

Tanto el Partido Social Demócrata (PSD, 108 diputados) como el CDS-PP (24) -que juntos forman actualmente Gobierno- votaron en contra de la proposición, lo que fue suficiente para tumbar la iniciativa con amplio margen.

La izquierda política portuguesa elevó de tono su discurso al denunciar que el actual Ejecutivo no cuenta con legitimidad para continuar en el poder debido a que «ha engañado al pueblo», en palabras del secretario general de los comunistas, Jerónimo de Sousa.

En su opinión, los conservadores lusos han puesto en marcha ajustes y recortes que no anunciaron previamente durante la campaña electoral, a sabiendas de que si lo hacían no hubieran ganado los comicios celebrados en junio de 2011.

En esta misma línea se manifestaron los representantes del Partido Socialista, quienes incidieron en que parte de las medidas de austeridad aplicadas por el Gobierno «no estaban en el memorando de entendimiento» acordado inicialmente con la Unión Europea y el FMI a cambio del rescate financiero.

Los propios socialistas, junto a socialdemócratas y democratacristianos, participaron en las negociaciones con la troika y firmaron el documento para reflejar su compromiso de cumplir con las reformas exigidas como condición de la ayuda financiera, de 78.000 millones de euros.

El primer ministro portugués, Pedro Passos Coelho, respondió al alud de críticas que su Gobierno trabaja por resolver una crisis generada «por el excesivo endeudamiento del Estado» durante la etapa presidida por el Partido Socialista.

Passos Coelho incidió en que no dudará en adoptar nuevas medidas de austeridad si eso resulta necesario para evitar que el país incumpla sus compromisos y entre en bancarrota, aunque aseguró que por el momento no ve necesidad de ello.

«El país sabe que nunca, como primer ministro, he evitado comunicar a los ciudadanos las medidas más antipáticas», subrayó.

También aludió durante su intervención a las repetidas denuncias de los comunistas lusos sobre el papel de las instituciones financieras en esta crisis, y les acusó de querer «abolir» la banca.

Su socio de Gobierno como líder del CDS-PP y actual ministro de Exteriores, Paulo Portas, insistió por su parte en que el debate parlamentario evidenció «la ausencia de alternativas» políticas, con la oposición de izquierdas centrada en protestar sin elevar ninguna propuesta concreta.

Durante el debate parlamentario, los conservadores defendieron el balance realizado ayer por el jefe del Gobierno con motivo del primer aniversario desde su llegada al poder, cuando insistió en la necesidad de mantener el mismo rumbo seguido hasta ahora para volver al crecimiento económico.

El propio Passos Coelho consideró inevitable la aparición de «problemas sociales» como paso previo a resolver esta crisis, entre ellos el aumento del desempleo, que se ha disparado durante los últimos meses hasta sobrepasar una tasa del 15 %.

Precisamente el paro es una de las variables que más preocupan a la troika, el Gobierno y la oposición, pues alcanza niveles récord en un momento en el que Portugal prevé para este mismo año una recesión del 3 %.

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