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La Junta Militar advierte a Hermanos Musulmanes de que no siembren la “división” en Egipto

El Cairo, 22 jun (EFE).- La Junta Militar que dirige Egipto lanzó hoy serias advertencias a los Hermanos Musulmanes para que acaten los fallos de la justicia, como la disolución del Parlamento, y no siembren la «división» en el país, por difundir los resultados de los comicios antes de que se hagan oficiales.

Los islamistas, que insisten en que no buscan una confrontación violenta, respondieron sacando un día más a decenas de miles de personas a la plaza Tahrir de El Cairo, con el fin de mantener la presión sobre los generales en el pulso que libran en las últimas semanas por el poder.

Mientras el resultado de las elecciones presidenciales se hace esperar, los ánimos se encuentran cada vez más crispados, y las partes enfrentadas buscan alianzas y apoyos ante una previsible colisión.

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En un duro comunicado, el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas amenazó a la Hermandad -sin nombrarla nunca, manteniendo el tabú vigente en el régimen de Hosni Mubarak- al recordarle que obstaculizar la aplicación de los fallos judiciales es «un delito castigado por la ley».

El Partido Libertad y Justicia (PLJ, brazo político de los Hermanos Musulmanes), que domina la Cámara Baja con una mayoría casi absoluta, ha manifestado esta semana su intención de continuar las sesiones parlamentarias, después de que el Tribunal Constitucional ordenase su disolución por irregularidades en su formación.

Pero las advertencias de los generales fueron más allá.

Tras reconocer el derecho a las manifestaciones pacíficas «que respeten los intereses supremos de la patria», los militares puntualizaron que enfrentarán «con dureza» cualquier tentativa de dañar los intereses públicos y privados.

Y acusaron a los Hermanos de sembrar «la división y la confusión» en el país por difundir que su candidato, Mohamed Mursi, ha vencido en las presidenciales antes de que la Comisión Electoral anuncie los resultados oficiales.

El rival de Mursi, el exmilitar Ahmed Shafiq, también se ha atribuido la victoria, pero, al contrario de los islamistas, no ha difundido resultados y ha repetido siempre que hay que esperar al anuncio final de las autoridades.

Si la Junta golpeó con su comunicado -mientras crecen en los últimas horas los rumores que apuntan a que Shafiq será declarado ganado-, la Hermandad volvió a sacar a decenas de miles de personas a la calle, pese al agobiante calor cairota.

Muchas de ellas han decidido acampar en la misma plaza desde que las protestas se retomaron el pasado martes, y otras se acercaron a Tahrir a pasar la jornada de fiesta del viernes.

Pese a los intentos de presentar la protesta como una iniciativa abierta, lo cierto es que el predominio islamista era abrumador, y solo se veían algunos corros de jóvenes revolucionarios, que fueron el germen del levantamiento contra Mubarak.

El ingeniero agrícola Hatem Ali Isa, de 26 años y miembro del PLJ, explicó a Efe que la primera demanda de los manifestantes va contra las enmiendas constitucionales aprobadas por la Junta, que les otorga grandes prerrogativas ejecutivas además del poder legislativo hasta que no se elija un nuevo Parlamento.

Y aunque todos negaban estar en Tahrir para presionar a la Comisión Electoral, Isa se preguntó: «¿Por qué retrasan los resultados? Ya se conocen las actas de los escrutinios en los colegios electorales, ¿cuál es el problema entonces? ¿Por qué esa demora?».

La suspicacia ante las maniobras de los militares llevaron a varias personalidades y representantes políticos egipcios a anunciar hoy junto a Mursi la creación de un «frente nacional» para preservar los valores de la revolución.

El propio Mursi compareció ante la prensa para desmentir que la Hermandad planee un estallido de la violencia si finalmente Shafiq es ungido presidente, aunque repitió que, según sus datos, él es el vencedor, por lo que no permitirá «la manipulación de los resultados».

Al frente nacional anunciado por el candidato islamista se han unido intelectuales liberales como el escritor Alaa al Aswany, jóvenes revolucionarios como Ahmed Maher (fundador del Movimiento 6 de Abril) o Wael Ghonim, o figuras tradicionales de la oposición como el periodista Hamdi Qandil.

En un manifiesto suscrito por todos ellos, el frente se compromete a mantener «la presión popular pacífica en todo el país hasta que se cumplan las demandas de la revolución» y considera que las enmiendas constitucionales «fundan un estado militar y despojan al presidente de sus prerrogativas».

Enrique Rubio

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