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Annan exige a Al Asad medidas inmediatas para frenar la violencia

Damasco, 29 may (EFE).- El enviado especial de la ONU para Siria, Kofi Annan, exigió hoy a Damasco que tome «medidas audaces ahora y no mañana» para implementar su plan de paz, cuyo éxito el presidente sirio, Bachar al Asad, condicionó al fin del «terrorismo».

En medio de una creciente presión diplomática internacional contra el régimen sirio, con la expulsión de los embajadores de este país de las principales potencias occidentales, Al Asad se mantuvo enrocado en su postura de acusar a «grupos terroristas» y Annan reconoció que «el plan de paz no se está aplicando como debería».

«Queremos ahora acciones y no meras palabras», subrayó el mediador internacional tras reunirse con el mandatario sirio, al que pidió que frene las operaciones militares, permita las manifestaciones pacíficas y libere a los detenidos.

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Annan aseguró en una rueda de prensa en Damasco que «el tiempo está pasando» y son necesarios «pasos rápidos y resultados» porque «continúan los asesinatos y los abusos» en Siria.

Su visita a Damasco, la segunda desde que asumió la mediación en el conflicto sirio, se produce después de la masacre perpetrada el pasado viernes en la zona de Al Hula (centro), donde murieron 108 personas a manos de las fuerzas del régimen y de milicias progubernamentales, según la ONU.

El mediador internacional pidió que se investigue esta matanza y se castigue a sus responsables, al tiempo que lamentó que la violencia se ha reanudado pese a que ambas partes en conflicto frenaron sus acciones el pasado 12 de abril, cuando entró en vigor el alto el fuego.

«No hay ninguna razón para que no se vuelva a parar de nuevo (la violencia)», subrayó Annan, quien exigió al Gobierno y sus milicias que «frenen sus operaciones militares y muestren una contención máxima» y a la oposición armada que cese sus actos violentos.

«Tenemos que acabar con esta violencia y empezar a revivir la esperanza en una transición política hacia un futuro democrático», dijo Annan, quien también se reunió en Damasco con la oposición para tratar de salvar su plan de paz.

Esta iniciativa de seis puntos estipula, entre otros, el fin de la violencia, la liberación de los presos políticos, el repliegue militar de las ciudades y el inicio de un diálogo entre el Gobierno y la oposición.

En la reunión mantenida con Al Asad analizaron los «obstáculos» que están impidiendo el citado plan, que para el presidente sirio es principalmente el aumento últimamente de las acciones de los «grupos terroristas», que están «asesinando y secuestrando ciudadanos sirios».

Al Asad señaló que la iniciativa de paz planteada por Annan «depende de que se detenga el contrabando de armas y se frene el terrorismo y a quienes lo apoyan», según informó la agencia de noticias oficial Sana.

A este encuentro asistieron también el ministro sirio de Asuntos Exteriores, Walid al Mualem; la consejera de Al Asad, Buzaina Shaban, así como el viceministro y el portavoz de Exteriores, Faisal Miqdad, y Yihad Maqdisi, respectivamente.

Este último aseguró a la prensa antes de la reunión que el régimen había respetado el alto el fuego «a diferencia de la otra parte, que no se comprometió con el acuerdo fundamental con la ONU», en alusión a los opositores.

Por su parte, el presidente del Consejo de Coordinación Nacional Sirio (CCNS), principal grupo de la oposición interna en ese país, Hasan Abdelazim, instó a Annan a que presione al régimen sirio para que «retire la artillería, cese la violencia, libere a los prisioneros y proteja a los civiles».

Tras entrevistarse con el mediador, Abdelazim declaró a los periodistas que pidió un aumento del número de observadores internacionales, cuyo número se sitúa ahora en torno a los 300, «de forma que puedan cubrir todas las ciudades»

«El fracaso de este plan significaría que la región entera explote», dijo Abdelazim, quien también lanzó un llamamiento a que «la oposición interna y externa se una, porque esta es una demanda popular y es una vergüenza no hacerlo».

A pesar del compromiso que las partes enfrentadas mostraron por el plan de paz de Annan y la presencia en el terreno de los «cascos azules», la violencia continúa en Siria y se ha cobrado la vida de más de 10.000 personas desde que estallara en marzo de 2011, según cifras de la ONU.

George Bagdadi

El Cairo, 29 may (EFE).- Los grupos opositores sirios denunciaron hoy la muerte de una treintena de personas por ataques de las fuerzas del régimen de Damasco en varias zonas de Siria, pese a que el mediador internacional Kofi Annan se encuentra de visita en el país.

Según los Comités de Coordinación Local (CCL), al menos 33 personas fallecieron en Siria, entre ellos cinco menores, una mujer y cinco combatientes rebeldes, mientras que el Observatorio Sirio de Derechos Humanos documentó 29 víctimas.

Estas redes de activistas informaron de que la mayoría de los fallecidos se registraron en Homs (centro), uno de los feudos de la oposición al régimen del presidente sirio, Bachar al Asad, donde murieron doce personas.

Tres de las víctimas de Homs perecieron en los bombardeos de las tropas gubernamentales contra la localidad de Al Buaida Sharquiya, en las afueras de Al Qasir, de acuerdo a un comunicado del Observatorio.

Al menos otras siete perdieron la vida en la propia ciudad de Homs, entre ellos una profesora por disparos de francotiradores, y un joven de 25 años por el impacto de un proyectil.

En cuanto a la situación en Alepo, el activista Abu Yaafar dijo a Efe que alrededor de 40.000 personas han huido de la zona de Atareb, formada por unas trece aldeas, que es sobrevolada por helicópteros.

Yaafar confirmó la muerte de siete personas en esta provincia, entre ellas un menor y dos soldados desertores, debido a los disparos y bombardeos de las fuerzas gubernamentales.

«Las comunicaciones están cortadas, faltan medicamentos y alimentos de primera necesidad», lamentó el activista de Alepo, que subrayó que la zona está completamente cercada y los caminos bloqueados con vehículos blindados.

Además de Homs y Alepo, la violencia se extendió a la provincia central de Hama, la meridional de Deraa, la septentrional de Idleb y a las localidades de la periferia de Damasco, lugares en los que fueron convocadas también manifestaciones contra Al Asad.

Al margen de los ataque de esta jornada, tanto el Observatorio como los CCL denunciaron una nueva matanza cometida por las fuerzas del régimen en la provincia oriental de Deir el Zur, en la aldea de Tib al Fal, donde fueron hallados trece cadáveres con signos de tortura.

En un vídeo difundido por los activistas al que tuvo acceso Efe, se ven los cuerpos maniatados y con los ojos vendados de más de una decena de personas, tumbados en el suelo.

Estas informaciones, que no pueden ser verificadas de forma independiente debido a las restricciones impuestas por el régimen a la prensa, coinciden con una reunión en Damasco entre Al Asad y Annan, quien efectúa su segunda visita a Siria.

En el encuentro, Al Asad señaló que la iniciativa de paz planteada por Annan «depende de que se detenga el contrabando de armas y se frene el terrorismo y a quienes lo apoyan», y destacó que supuestos grupos terroristas han aumentado últimamente sus acciones.

A pesar del compromiso que las partes enfrentadas mostraron por esa iniciativa y la presencia en el terreno de unos 300 observadores de Naciones Unidas, la violencia continúa en Siria y se ha cobrado la vida de más de 10.000 personas desde que estallara en marzo de 2011, según cifras de la ONU.

Beirut, 29 may (EFE).- El presidente libanés, Michel Suleiman, expresó hoy su rechazo a que su país se convierta en una «base militar contra Siria», por lo que mantendrá su política de neutralidad para evitar más tensiones.

«Me opongo a que se abran las fronteras (de Líbano) al tráfico de armas (contra Siria), o que se cierren a la entrada de los desplazados sirios, que deseamos que se establezcan con el respeto a las leyes locales y el derecho internacional», subrayó Suleimán.

En ese sentido, Suleiman reiteró que su país proseguirá «la política de neutralidad hacia Siria para no alimentar tensiones», de acuerdo con las declaraciones difundidas por la Agencia Nacional de Noticias (ANN).

La presión internacional contra el régimen sirio aumentó hoy con la expulsión de los embajadores de este país de las grandes potencias occidentales, mientras que el presidente francés, François Hollande, no excluyó la posibilidad de llevar a cabo una intervención armada para poner fin a la represión gubernamental.

El conflicto de Siria ha profundizado la división entre los libaneses, ya que una parte apoya al régimen del presidente sirio, Bachar al Asad, mientras que la otra respalda la rebelión iniciada en marzo del año pasado.

Esa crisis ha sido el detonante de graves enfrentamientos en el Líbano entre partidarios y detractores de Damasco, y que en poco más de una semana han causado la muerte de unas catorce personas y heridas a alrededor de 150, la mayoría en la ciudad septentrional de Trípoli.

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