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Hollande y Sarkozy llevan la campaña a Europa

París, 26 abr (EFE).- Los candidatos a la presidencia francesa, el socialista François Hollande y el conservador Nicolas Sarkozy, se enfrentaron hoy sobre la eventual reforma del pacto fiscal europeo y la introducción en él de medidas de estímulo del crecimiento.

Mientras Hollande insistió en su intención de renegociar el tratado para introducir medidas de estímulo de la actividad económica, Sarkozy apostó por mantenerlo en su estado actual que da prioridad a la reducción de la deuda y del déficit.

Los dos políticos pasaron por la televisión pública «France 2» y expresaron sus desavenencias en cuanto a cómo abordar los desequilibrios fiscales de Europa y cumplir con la necesidad de recuperar el crecimiento económico.

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Hollande reiteró su intención de efectuar su primer viaje como presidente a Berlín, si resulta elegido, para renegociar con la canciller federal alemana, Angela Merkel, el tratado de disciplina presupuestaria firmado en marzo por 25 Estados de la Unión Europea.

«Merkel estará en contra de algunas cosas, pero habrá una negociación. Alemania no va a decidir por toda Europa», afirmó el candidato socialista, que dijo detectar una ola de adhesión a su propuesta de favorecer el crecimiento económico con políticas públicas.

Hollande aseguró que su objetivo es «cambiar las cosas en Francia y en Europa» y agregó que «incluso los especialistas económicos y los mercados creen que sin crecimiento económico no se podrán cumplir los compromisos sobre la deuda».

Sarkozy coincidió en la necesidad de crecimiento, afirmó que Francia «no ha conocido ningún trimestre de recesión», pero indicó que la prioridad es reducir la deuda para recuperar autonomía presupuestaria.

Criticó la propuesta de su rival de contratar a 60.000 funcionarios en la enseñanza pública porque consideró que evitará cumplir los objetivos de déficit.

«¿Hay algún país que piense que el crecimiento se hace contratando a 60.000 funcionarios?», se preguntó el candidato saliente.

Sarkozy volvió a poner a España como ejemplo negativo y aseguró que Francia no se encuentra en la misma situación gracias a las reformas que ha emprendido en los últimos cinco años, entre las que destacó el retraso de la edad de jubilación o la reducción del número de funcionarios.

«No quiero para mi país la situación de España, donde la falta de coraje del Gobierno socialista durante siete años les ha dejado un país con 22 por ciento de paro», afirmó.

El presidente saliente, que se encuentra por debajo en los sondeos para la segunda vuelta del próximo día 6, lanzó mensajes en favor del electorado de la candidata de extrema derecha Marine Le Pen, que el pasado domingo convenció a 6,5 millones de electores.

Sarkozy consideró que todos esos votantes «no son de extrema derecha» y señaló que «no son un problema para la derecha, son un problema para Francia».

«Han expresado un voto de crisis o de adhesión. En cualquier caso lo respeto. No les juzgo porque yo no vivo en un barrio donde la vida es imposible, no llevo a mis hijos a un colegio donde la vida es imposible», dijo.

El candidato saliente mostró su adhesión a algunas de las ideas de Le Pen, como el endurecimiento de las penas a reincidentes o la concesión de más poder a la policía.

Pero reiteró que no pactará con el Frente Nacional que preside Le Pen para las elecciones legislativas de junio próximo, en las que el partido ultraderechista aspira a lograr representación y donde sus candidatos pueden rivalizar con la gobernante UMP de Sarkozy en la obtención de escaños.

Hollande se mostró menos indulgente con el partido ultraderechista y, aunque aseguró respetar a su electorado, afirmó que defiende propuestas que son contrarias a la república.

París, 26 abr (EFE).- El candidato socialista a la presidencia de Francia, François Hollande, reiteró hoy su intención de renegociar el pacto fiscal europeo y aseguró que la canciller alemana, Angela Merkel, «no puede decidir por toda Europa».

«Merkel estará en contra de algunas cosas (de sus propuestas), pero habrá una negociación. Alemania no va a decidir por toda Europa», dijo Hollande en la cadena pública de televisión France 2.

El aspirante socialista afirmó que es necesario introducir medidas en ese tratado de disciplina fiscal firmado en marzo por 25 Estados de la UE que favorezcan el crecimiento económico, junto a la necesaria austeridad presupuestaria

«Desde mi victoria en la primera vuelta (de las elecciones presidenciales del pasado domingo) todo el mundo habla de que es necesario el crecimiento», señaló Hollande, quien indicó que «incluso los expertos económicos y los mercados creen que sin medidas de estímulo no se podrán cumplir los compromisos sobre la deuda».

El favorito de los sondeos para ganar la segunda ronda de los comicios el próximo día 6 reiteró que su primer viaje como presidente será a Berlín para entrevistarse con Merkel.

«Le diré que el pueblo francés ha elegido renegociar el tratado. Sin poner en cuestión la seriedad presupuestaria, la disciplina, le diré que no se pueden lograr los objetivos marcados si no hay crecimiento económico», precisó.

«Me presento para cambiar las cosas en Francia y en Europa», agregó Hollande, quien destacó: «Somos uno de los países líderes en Europa y lo que haga el pueblo francés modificará considerablemente la situación» en la UE.

Recordó su intención de enviar un memorándum a los jefes de Estado y de Gobierno europeos para proponerles la creación de eurobonos con el fin de apoyar planes industriales y de infraestructuras, así como el aprovechamiento de los fondos estructurales de la UE no utilizados.

También apoyó la financiación de proyectos a través del Banco Europeo de Inversiones y que el Banco Central Europeo pueda prestar a los Estados y no solo a las entidades financieras.

«En los últimos días veo muchos signos en Europa que (indican que) opinan como yo, y no sólo gobernantes socialdemócratas, que no hay muchos. También en el jefe de Gobierno de Italia o España», comentó.

Hollande resaltó que Europa «es el único continente en recesión» y añadió: «Se ha tardado tres años en salvar a Grecia, España está al borde del precipicio e Italia paga por sus préstamos tipos de interés muy altos».

Madrid, 26 abr (EFE).- La previsible victoria del candidato socialista a la presidencia francesa, François Hollande, en la segunda vuelta de las elecciones el próximo 6 de mayo, significará el fin del dominio de «Merkozy», de la imposición de una política de austeridad que es, a la postre, «una forma de desprecio hacia otros países europeos».

Así lo asegura el representante especial de Hollande, el diputado socialista Arnaud Montebourg, quien asegura, además, que en caso de victoria de la izquierda en Francia, «no será ratificado por el Parlamento francés» el «pacto fiscal punitivo europeo», un texto que considera «caduco».

«El condominio de Merkel y Sarkozy es para nosotros, finalmente, una forma de desprecio hacia otros países europeos al que queremos poner fin», afirma, en entrevista con Efe, este político que quedó tercero en las primarias socialistas francesas.

«François Hollande recordó ayer mismo su deseo de solidaridad entre el Norte y el Sur. Dijo que no habrá un Norte virtuoso y un sur no virtuoso. Que hay países europeos con su historia y su biografía, con sus fuerzas y sus debilidades y que deben unirse para arreglar juntos los problemas», agrega Montebourg.

Después de la victoria del candidato socialista en la primera vuelta del 22 de abril, cree firmemente que la victoria de Hollande «está al alcance de la mano» porque «defendemos un proyecto capaz de unir a una gran mayoría de los franceses».

Este está basado en «el control de las finanzas, la reconstrucción de los servicios públicos, la reindustrialización del país y un cambio de orientación de la Unión Europea hacia una nueva Europa».

«Hemos hecho la elección de un cambio de rumbo, y esperamos, deseamos y pensamos que podemos ganar el 6 de mayo», asegura este diputado que recientemente presentó en España su ideario de una nueva izquierda en su obra «Votad la desglobalización».

Acerca del cortejo del aún presidente francés a los votantes de extrema derecha de Marine Le Pen, Montebourg no duda en señalar el proceso de «extremización» de Sarkozy, hasta el punto de haber concurrido en «una especie de primarias de la extrema derecha en las elecciones presidenciales».

«Hubo, de alguna manera, dos candidatos de extrema derecha, la señora Le Pen y Sarkozy. Este ganó en la primera vuelta y continua su deriva hacia la extrema derecha. Así que nos enfrentamos a un nuevo candidato de extrema derecha», añade.

Por ello «lanzamos un llamamiento a todos los republicanos, gaullistas, demócrata-cristianos, a los comunistas y a los ecologistas, a todos los que no pueden aceptar el renovación de un mandato sobre una base extremista, para que se unan en torno a nuestro proyecto», proclama.

Asegura que la opción de la candidatura de Hollande es la de «un cambio profundo de las orientaciones de la Unión Europea».

«No vamos a contentarnos con medidas de imagen u homeopáticas. Hollande y yo pensamos que la política de austeridad dirigida por Merkel y Sarkozy, y que es apoyada por otros países, no solo es suicida, sino autodestructiva».

Con el debate acerca de la necesidad de impulsar el crecimiento cada día más vivo, Montebourg destaca que, si Hollande es elegido presidente, «enviará un memorando a todos los jefes de Estado y de Gobierno europeos, para presentarles una iniciativa de crecimiento, destinada a renegociar el tratado presupuestario punitivo europeo, que no será ratificado por el Parlamento francés en caso de la victoria de la izquierda en Francia».

«Para nosotros ese texto está caduco, y no será ratificado si no es transformado, renegociado y enmendado, subraya el representante especial del candidato socialista.

Afirma que se puede impulsar el crecimiento «si hacemos primero pagar los daños de la crisis al sistema financiero que la ha provocado, si utilizamos el Banco Central Europeo como todos los bancos centrales del mundo entero, para aliviar a los contribuyentes, a los ciudadanos europeos de esfuerzos inútiles».

Y financiando, en el plano europeo, grandes programas de infraestructura, de relanzamiento, «como en EEUU los imaginaron en los años 30 con Roosevelt después de la Gran Depresión».

También aboga por «protegernos contra el dumping social que ha echado abajo los costes del trabajo en todo el mundo y particularmente en Europa» y por cierta dosis de proteccionismo «que todos los países del mundo utilizan», mientras «el único sitio del mundo donde no hay protección contra la competencia desleal es la Unión Europea», agrega.

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