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EE.UU. se enfrenta a un nuevo escándalo por las fotografías con cadáveres afganos

Washington, 18 abr (EFE).- EE.UU. se enfrenta a un nuevo escándalo en Afganistán tras la publicación de unas fotografías de 2010 en las que varios militares estadounidenses posan con cadáveres mutilados de insurgentes afganos, una revelación que mina aún más su imagen en un momento clave de la transición en aquel país.

«Esta conducta viola totalmente nuestras normas y nuestros valores», afirmó el secretario estadounidense de Defensa, Leon Panetta, en una rueda de prensa en Bruselas, donde participó en una reunión de ministros de Exteriores y Defensa de la OTAN, previa a la cumbre que se celebrará en mayo en Chicago (EE.UU.)

Panetta, que condenó la conducta «inaceptable» de los soldados y anunció una investigación del suceso, señaló, no obstante, que en Afganistán hay «una guerra, y la guerra es fea y violenta», por lo que los jóvenes pueden «tomar decisiones insensatas».

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«No intento excusar esa conducta», recalcó, pero explicó que tampoco quiere que las imágenes afecten a la relación entre EE.UU. y Afganistán.

Las fotografías fueron tomadas en Qalat, la capital de la provincia afgana de Zabul en febrero de 2010, después de que soldados de la 82 División Aerotransportada llegaran a una comisaría de policía atacada por un supuesto insurgente suicida.

En una de las dos fotos publicadas por el diario Los Angeles Times (LAT), los soldados estadounidenses posan sonrientes, junto con miembros de las fuerzas de seguridad afganas, sosteniendo las piernas mutiladas del asaltante y con el dedo pulgar hacia arriba en señal de triunfo.

El diario indica que un militar de la misma unidad entregó 18 fotografías, porque quería denunciar «el riesgo para la seguridad de una crisis de liderazgo y disciplina» en sus filas, explicó.

En otra de las imágenes, los soldados posan en la morgue de Qalat con un cadáver que la policía afgana les indicó que pertenecía a un insurgente que murió accidentalmente, junto a otros dos, cuando preparaban una bomba en la carretera.

Según el soldado que entregó las imágenes, quien pidió que se protegiera su identidad, casi todos los militares que aparecen en las fotografías tenían amigos muertos o heridos por artefactos caseros.

«Se sentían frustrados, enfadados, sus amigos habían sido destrozados por explosiones», dijo, «era una especie de celebración».

«La conducta mostrada en esas imágenes es reprobable y no muestra de ninguna manera los altos estándares de las Fuerzas Armadas estadounidenses», indicó el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, al tiempo que mostró su «decepción» con el diario por la publicación de las fotos dos años después.

El Pentágono pidió al diario no publicar las fotografías porque «este material puede ser utilizado por el enemigo para incitar a la violencia contra las tropas afganas y los soldados estadounidenses destacados en Afganistán», explicó su portavoz, George Little.

El editor del diario, Davan Maharaj, explicó por su parte que, «después de una consideración cuidadosa», Los Angeles Times decidió «que la publicación de una pequeña pero representativa selección de las fotografías cumple» con su «obligación de informar imparcialmente sobre todos los aspectos de la misión en Afganistán».

El temor de las autoridades es que puedan repetirse protestas como las que causaron al menos 30 muertes después de que en febrero fueran quemados varios ejemplares del Corán supuestamente por error en una base militar en Afganistán.

En previsión de ello, «las fuerzas de Estados Unidos en el país han adoptado medidas de seguridad para protegerse», agregó Little.

Las imágenes ha hecho recordar sucesos recientes como la matanza de 17 civiles afganos en marzo por la que está acusado un soldado estadounidense, que han tensado las relaciones en un momento delicado para la misión en Afganistán, que tocará su fin en 2014.

También ha evocado otros episodios como el vídeo de 39 segundos difundido en enero que mostraba soldados estadounidense orinando sobre los cadáveres de varios afganos, presuntamente insurgentes, entre risas. Uno de ellos llega a decir: «ten un buen día, amigo».

El máximo responsable de la misión de la OTAN en Afganistán (ISAF), el general John Allen, también expresó su «enérgica condena» por la actitud de los soldados y recordó que la ISAF tiene una «política estricta» en cuanto al tratamiento humano del enemigo.

«Posar con cadáveres para fotografías fuera de los propósitos de aprobación oficial es una violación de las normas», explicó a Los Ángeles Times, George Wright, portavoz del Ejército, quien señaló que tras una investigación se podrían «tomar acciones» contra los implicados.

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