Ayer se llevó a cabo el juicio de Anders Behring Breivik en la corte distrital de Oslo. Él fue quien activó una bomba y disparó en julio del año pasado en Noruega, quitándole la vida al menos a 77 personas.
Mientras el crimen de Breivik causó luto e indignación, una historia de amor allí también comenzó. Sofie Tømmerås Lyshagen, de 19 años, y Håkon Knudsen, de 20, se conocieron mientras escapaban nadando por sus vidas de la masacre masiva de Anders Behring Breivik de la isla noruega Utøya en julio pasado.
Tømmerås Lyshagen estaba en el edificio principal de la isla cuando el extremista ultraderechista Breivik, vestido de policía, comenzó a ejecutar a sus víctimas en el campamento de jóvenes del Partido Laboral.
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Lyshagen tuvo que pasar por encima de sus amigos muertos para poder saltar al agua y así encontrar un lugar seguro. “Salté al agua y comencé a nadar bajo la superficie”, contó a METRO INTERNACIONAL. “Cuando saqué la cabeza del agua vi que él disparó y asesinó a ocho o nueve niños. Cuando se dio cuenta de que no tenía a quién más disparar en tierra, me apuntó. Los disparos entraron al agua a mi alrededor, pero logré nadar tan lejos que él se dio por vencido”.
Si, perdí a Lejla (Selaci), quien era mi mejor amiga, y a Sondre (Kjøren), quien era mi novio. Y a otros 20 amigos más.
No puedo contestar eso. Cada día que pasa es cada vez mejor. Te sientes mejor y sientes que tienes buenos días.
Después de que Breivik trató de dispararme estuve en el agua, por donde Håkon venía nadando. Él se estuvo escondiendo en el bosque. Hablamos unas pocas palabras. Ambos estábamos histéricos.
Siempre digo que fue amor al primer chapuzón, pero en realidad ocurrió después, cuando estábamos a salvo en tierra. Sentimos una buena química, que nos entendíamos y que podíamos ayudarnos.
Los medios comenzaron a hablar sobre nosotros, pero queríamos darle otra imagen a Utøya, que ha sido muy negativa y todo allí ha sido negro y peligroso. Al contrario, es el mejor lugar del planeta, transformó mi corazón, mis creencias políticas y me ha dado amigos de por vida.
Desde que perdí muchos amigos nada ha vuelto a ser igual. Pero sigo luchando. Será bueno vivir.