Columnas

Un feminismo por personas putamente libres

Un feminismo putamente libre es interseccionalidad, es empatía y sentípensante. Mujeres y hombres putamente libres somos quienes generaremos justicia social. Mucho han hablado filósofos y humanistas al respecto, y en muy poco se ha logrado concluir. Es un tema que no ha logrado definirse de manera absoluta.

Y es un tema que se debate entre delirantes posturas de superioridad, tanto moral como intelectual, y la ignorancia. También es un tema polémico y rodeado de absolutismos religiosos, culturales y morales, como de falacias.

La libertad básicamente es: el acto concreto mediante el cual una persona decide sobre aspectos puntuales de su vida sin hacer daño de fondo a personas de su entorno y asume las consecuencias de sus propios actos. Me detengo en eso de “daños de fondo” con este ejemplo: no hablo de que un hombre se quite la vida porque una mujer decidió divorciarse de él; si la cosa fuera así, toda mujer (persona) estaría obligada a vivir con alguien a quien ya no ama por miedo a esa consecuencia. Si alguien decide que debe morirse a razón de que alguien le descarta como pareja es su decisión, nunca responsabilidad de quien corta con el vínculo. Diferente a que la decisión individual afecte y vulnere a una persona en condición de indefensión. Ejemplifico: a una persona adulta le causa placer el trato sexual con menores de 12 años o con animales. En su libertad puede asumir su deseo, lo que no puede hacer bajo ningún motivo es consumar relación sexual con infante. Su deber es abstenerse y pedir ayuda psiquiátrica y profesional para mantenerse en justo juicio. Por obvias razones ni los menores ni los animales pueden decidir sobre si quieren o no tener relaciones sexuales con una persona.

Y antes de que salten quienes dicen que “hay niñas precoces” o “lolitas”, para argumentar que es válido tener sexo con ellas, como estoy en el país donde todo hay que explicarlo con plastilina para evitar interpretaciones ligeras, a esas personas les recuerdo que en Colombia y mayoría de países se estipuló que así el menor consintiera algún trato sexual con el adulto, eso es delito considerando que el menor no tiene la madurez psicológica para comprender la magnitud de la responsabilidad sexoafectiva y las consecuencias psicológicas y físicas de esto.

Aclarado el punto de “daño profundo”, les cuento que he llegado a la conclusión de que la libertad es el derecho a decidir sobre todos los aspectos de la vida sin causar daño de fondo a alguien. Reafirmo mi definición de libertad en palabras de Nicolás Chamfort: «Gozar y hacer gozar, sin hacer mal, ni a ti ni a nadie: ese es, creo, el fundamento de toda moral»

He pasado mi vida como libertaria siendo acusada de libertina. ¿Qué es libertinaje? Han definido el libertinaje como la acción concreta del abuso de la libertad. Como si se pudiera abusar del derecho a decidir sobre todos los aspectos de la vida personal e individual en nuestro fuero interno.

Libertinaje viene de libertino, que deriva de la palabra en latín libertinus, que se refiere al individuo que transgrede las barreras sociales sin control ni obstáculos. ¿Barreras sociales? Voy a detenerme aquí, pues siempre me ocasiona dolor de cabeza. Cuando nos referimos a barreras sociales, simplemente estamos señalando la cultura, la tradición, la falta de información sobre los derechos fundamentales como lo son el derecho a una vida informada con veracidad, a la libertad de pensamiento, libertad de expresión, libertad del desarrollo de la personalidad y el glorioso derecho a decidir.

El libertinaje es asociado al abuso o irrespeto de una determinada conducta. Y aquí hablamos del criterio que asume determinada persona sobre lo que considera aceptable o inaceptable en acto. Es difícil de definir qué persona vive en libertinaje o qué persona no, porque se señala el libertinaje según el contexto social y del código moral y ético de cada persona, cultura y sociedad. Ejemplifico: en algunas religiones se sigue considerando la homosexualidad como libertinaje debido a que no se ajusta a los códigos morales de la religión o las políticas impuestas por las mayorías sobre las minorías. También aplica el rechazo al nudismo, que en algunas sociedades es considerado libertinaje, mientras que en otras es parte de la libertad de expresión y el desarrollo libre de la personalidad, y bajo esos argumentos existen lugares asignados para practicar nudismo.

En ese orden de ideas, a mi entender, la palabra libertinaje no debería existir, ya que se inventó para imponer un juicio moral y ético según criterios propios de cada política o cultura dominante sobre las minorías ciudadanas o las ciudadanías especificas aisladas. Y sospecho que, como la mayoría de definiciones, la palabra libertinaje salió de boca de algún papa. Al margen del hecho, si tuviera que aceptar la palabra libertinaje en mi léxico y en mi entendimiento social, del único libertinaje que quiero saber es del libertinaje intelectual, de las mentes promiscuas, de la lujuria y las orgías del pensamiento, del irrespeto intelectual absoluto por los paradigmas y lineamientos impuestos para someter a quien piensa dice y vive diferente sin dañar a nadie.

Lo de Puta- Mente –Libre tiene una raíz estructural y un contexto de fondo, no es una simple expresión suelta: Puta (que folla con una ganancia) cuando juntamos la palabra Mente a la palabra Puta hacemos una alegoría a las personas que se follan las mentes, a las mentes promiscuas que deciden tener orgasmos intelectuales sin miedo. Es aceptar la lujuria del pensamiento como un estilo de vida y no tragar entero toda información o conocimiento adquirido. Y cuando a estas dos palabras le suman la palabra Libre, la alegoría baila a favor de todas las libertades y derechos individuales. Y es cuando empezamos a entender la libertad como la responsabilidad de hacernos cargo de todas y cada una de las consecuencias de nuestras decisiones.

Colofón: existen cinco libertades 1) la libertad para ser lo que uno es ahora en vez de lo que será y debería ser. 2) la libertad para sentir lo que se siente, en lugar de lo que se supone que debería sentir. 3) libertad para decir lo que uno siente y piensa, en vez de lo que se supone debería sentir y pensar. 4); libertad para correr riesgos por la propia cuenta, en lugar de elegir siempre lo que se considere más seguro. 5) Libertad para pedir lo que uno quiere, en lugar de ponerse a esperar que alguien le dé permiso para hacerlo. (Virginia Satir)

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