Columnas

11 y 11

Una de las cosas más fantásticas que guarda un clásico bogotano es esa certeza de entender que aquel que llega en la inmunda tiene posibilidades realmente grandes de ganar. En mi mente siempre estará esa noche de 1994 en la que Millonarios, dirigido por Vladimir Popovic, andaba de segundo en la tabla de posiciones y Santa Fe de 14 o 15, pariendo horrores en eso de mantenerse en primera. Porque aunque hoy suene increíble, esa era la realidad santafereña por esos días.

Y me acuerdo que ambos patearon poco al arco, pero Santa Fe lo hizo más. Villarraga se lesionó y le tocó entrar a John Freddy Van Stralhen a tapar. Todavía pienso en los dos mano a mano que resolvió el exportero del Bucaramanga y en un balón englobado que le lanzó Alfonsito Cañón que atajó de buena forma.

Ese es de esos clásicos a los que les sigo dando vueltas después de mucho tiempo. Porque entró Samaniego como faltando 10 y ese señor aprovechó un centro desde la derecha y un error de cálculo de Óscar Cortés, que ante el centro, saltó a destiempo. Justo ahí le quedó para la derecha a Samaniego que era más zurdo que Gilberto Molina. Con lo que tenía disparó de derecha, fuerte y seco, como si ese realmente fuera su verdadero perfil, y le metió una fusilada al pobre Van Stralhen. Minuto 90 y Santa Fe se iba celebrando el amargarle la vida a Millonarios, y eso en un clásico es más que suficiente. A veces termina siendo el motivo más determinante en toda esta dedicación energética hacia un equipo de fútbol. Y aunque Santa Fe poco tenía para celebrar, se fue a su casa más feliz que nunca. Lo recuerdo muy bien: la posición de no tener nada que perder los devolvió millonarios –valga el juego de palabras– de dicha, porque era la única alegría que podían coronar en un año muy malo para ellos: joderle el caminado al otro.

De eso, de esas emociones internas se trata Soy gallina/soy león, el libro que lanzó la editorial Caballito de Acero, que compila ordenadamente 11 cuentos de hinchas de Millonarios y Santa Fe en los que colaboraron Felipe Valderrama, Diego Caldas, Ricardo Silva, Stany Siruti, el gran ‘Gullit’ Cabrera, Carlos Castillo, Jorge Andrés Osorio, Alejandro Escorcia, María Paula Lizarazo, Diego Mauricio Cortés, Miguel Mendoza Luna, Sebastián Heredia, Juan Francisco García, Andrea Salgado, Andrés Mauricio Muñoz, Mario Alberto Domínguez, Paula Quintero, Francisco José Restrepo, Juliana Muñoz Toro, Federico Díaz Granados y Santiago Rivas.

Todos ellos, incluido también el autor de estas líneas que fue convidado a aportar un cuento, se metieron en su propia alma para hacer ficción, pero untada de un barniz real que es el que está pegado a las paredes del corazón del hincha que ama por sobre todas las cosas los colores de su pasión. A partir de ese motor interno se pudieron juntar esfuerzos y hacer las páginas de un libro que vale la pena escudriñar.

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