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Afectados y con sus sueños en el aire quedaron los vecinos del edificio Bernavento

La edificación fue desalojada desde hace dos años, pero la reciente fractura de la estructura y su futura implosión dejaron sin vivienda a los vecinos cercanos.

Una de las edificaciones afectadas por ser contigua al edificio Bernavento es la unidad residencial Bernalejas, ubicada sobre la calle 15 con carrera 80, en el occidente de Medellín, que debió ser evacuada por primera vez el pasado 28 de marzo, en plena Semana Santa.

Así lo recuerda una de las afectadas, mientras espera que llegue el camión que trasladará los enseres de sus padres, quienes vivían en el piso 9 del edificio, y que de un momento a otro se quedaron sin donde vivir.

La imagen es impactante y pareciera irreal. Natalia Vélez, está esperando sentada en el mismo sofá café, en el que se acomodaba para hacerle la visita a su madre y a la vez disfrutar de la vista de Medellín por la ventana del apartamento, pero con la diferencia de que ahora está sentada en el mismo sofá, pero en la calle.

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Sobre el andén y con una vista frontal del edificio está el sofá, las sillas del comedor, las mesas de centro, varios colchones y recipientes que contienen los implementos de la cocina. Apoyados en los árboles están los cuadros. En la carretera está la nevera y la lavadora.

Con resignación y con una expresión de incredulidad por lo que les ha tocado vivir en los últimos días, revela que todo el drama empezó el miércoles santo, el 28 de marzo de 2018. “A mis papás los hicieron evacuar en horas de la tarde. La orden fue que debían hacerlo de inmediato, pero que no había ningún tipo de peligro”.

Esa misma noche volvieron a su apartamento. Pasaron 15 días exactos y el jueves, 12 de abril de 2018, el aviso de que no había peligro se esfumó. Ese día cerca de la media noche, a las 11:00 p.m. las autoridades les dijeron que debían evacuar y que “debían sacar lo que más pudieran: ropa, medicamentos y documentos”.

Según la información que Natalia tenía, la evacuación se debía ejecutar porque se habían presentado movimientos en Bernavento. “Desde ese día nuestra vida se convirtió en un caos, mi esposo y yo hemos estado apoyando a mis papás porque mis hermanos viven fuera del país, pero ellos son mayores y todo esto les ha generado conmoción y angustia”.

Los padres de Natalia vivían en Bernalejas hacía cinco años, por lo que habían sido testigos de la evacuación de quienes vivían en Bernavento. Sin embargo, “este proceso ha sido muy difícil porque nos dan solo 15 minutos para subir acompañados por un bombero y sacar lo que podamos en ese tiempo. Además, es por turnos y ha habido días en los que luego de esperar cuatro horas nos han dicho que  no podemos entrar”.

Natalia cuenta que han sido muchos los rumores que han surgido por parte de los propietarios e inquilinos por la falta de comunicación clara y concreta por parte de Dagrd, “unos dicen que el edificio se va a caer y otros dicen que lo van a implosionar”.

Además, destacó que muchas personas que estaban en arriendo, ahora tienen problemas con las inmobiliarias, incluidos sus padres, porque pretenden que se les siga pagando el canon de arrendamiento porque existe un contrato. “Ha sido una maratón, hemos tenido que pelear porque aunque es un tema conocido por todos, las inmobiliarias y las empresas de servicios son inconscientes y no comprenden que esto es una calamidad y que nos desalojaron”.

Y como si fuera poco les informaron que por ser viviendas ubicadas en estrato cinco los afectados no tenían derecho a ningún tipo de ayuda económica por parte del municipio. “En una reunión nos dijeron que no nos iban a dar ningún subsidio por ser estrato cinco, independientemente si era propietario o arrendatario. La razón es que si estaban viviendo acá era porque podían pagar y que no necesitaban de ningún subsidio, lo que no nos parece justo, porque somos afectados por algo externo y es un dinero con el que no se contaba”.

Así como los padres de Natalia se quedaron de un día para otro sin un lugar para vivir, así mismo le sucedió a  María Eugenia Aguilar, propietaria del apartamento 902 de Bernalejas, que espera en una sillas de plástico al lado de la carpa principal para poder tener sus 15 minutos del turno y bajar sus pertenencias.

“Esta es una situación muy difícil al ver todo lo que nos está pasando. Viví toda mi vida en Estados Unidos, trabajé duro y con mi trabajo de toda la vida compré esta propiedad, me jubilé y regresé con el sueño de vivir tranquila aquí porque en este sector se vive muy bueno. Esta situación me ha afectado mucho emocional y económicamente”, dijo María Eugenia.

El drama es más intenso para los propietarios que de un momento a otro ven en el aire su inversión, que no contaban con tener que salir a buscar un lugar para vivir temporalmente y que no tendrían apoyo del municipio. Sobre esto María Eugenia dijo que “las autoridades deben tener claro que esto es una tragedia, que esto nos impacta emocional y económicamente. Deberían revisar cuántos impuestos les pagamos y que por ser estrato cinco necesitamos una ayuda diferente a la que se le brinda al estrato uno y dos”.

En su caso el apartamento ya lo había cancelado en su totalidad, pero varios de sus vecinos tienen que seguir pagándole las cuotas mensuales al banco y a todos les toca seguir pagando la administración. Además, dijo que el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, les dijo que sería por dos meses, pero el temor es que con la implosión el edificio quedé afectado y se alargue mucho el tiempo.

“Deben existir leyes y si no que se creen para que en un momento de tragedia exista ayuda proporcional al estrato de las víctimas y que sea en relación a lo que pagamos en impuestos, que las autoridades nos ayuden económicamente porque hemos tenido que gastar mucho dinero buscando a donde ir a vivir. Así que debemos ser resarcidos tanto los dueños como los inquilinos”, agregó.

La esperanza está intacta y María Eugenia cree que es posible que “luego de la implosión del ‘fantasma’ de Bernavento que la edificación de Bernalejas no se afecte estructuralmente y podamos recuperar la tranquilidad”.

El edificio Bernavento

Este edificio se encuentra ubicado en la Loma de los Bernal, una zona residencial de edificios ubicada en el occidente de la ciudad. Es un sector emergente que se ha valorizado rápidamente, por lo que sus habitantes están clasificados en un estrato socioeconómico medio, medio alto y alto.

La unidad residencial fue construida entre el 2008 y el 2009, estaba compuesta por 48 apartamentos, fue habitado por completo en el 2010 y tan solo 5 años después se evidenció el estado de vulnerabilidad de la estructura.

Ante la desaparición de la constructora los mismos propietarios asumieron la repotenciación. Sin embargo, varias personas consultadas por PUBLIMETRO, indicaron que en el proceso de repotenciación una de las columnas principales se fracturó.  Además, prefirieron guardar silencio respecto a los detalles.

“A ese edificio se le empezaron a notar las anomalías desde hace más de dos años y medio, se veía primero que estaba inclinado hacia atrás, por eso hicieron la evacuación, pero sobre todo porque fue después del Space y ellos son de la misma empresa, de CDO. Eso decía toda la gente que vivía ahí. Con la repotenciación que empezaron a hacer desde los primeros días de abril, la columna se fracturó y el edificio pasó de estar solo hacia atrás a que la parte superior se inclinara hacia el costado en el que se encuentra el edificio Bernalejas”, dijo Gabriel Zapata*, trabajador del sector.

Zapata reveló que detrás del Bernavento había un colegio, el cual se trasladó y vendió el lote por el riesgo que representaba el tener cerca un edificio que podía colapsar. Sin embargo, no se explica el por qué se construyó Hábitat, el hogar de adultos mayores que también debió ser evacuado.

El apoyo municipal

Frete a una de las más desalentadoras noticias que han tenido que enfrentar tanto propietarios como inquilinos, en la que se evidencia que no existe apoyo económico por parte del municipio, el Instituto Social de Vivienda y Hábitat de Medellín, Isvimed; explicó que sus acciones se rigen de acuerdo a la normativa vigente y que las atenciones a los afectados dependen del cumplimiento de algunos requisitos.

En primera instancia indican que: “el proyecto de Arrendamiento temporal se encarga de atender a las familias que se encuentran en condiciones de vulnerabilidad social y económica a causa de un desastre natural, ubicación en zona de alto riesgo o por obra pública, otorgándoles un subsidio de arrendamiento temporal como alternativa de solución habitacional para que puedan continuar con su desarrollo familiar mientras acceden a soluciones habitacionales definitivas o regresan a sus hogares una vez mitigado el riesgo”.

Sin embargo, eso no aplica para todos, pues se debe cumplir con los requisitos establecidos en el Decreto 2339 de 2013 y dentro de estos se estableció que “el grupo Familiar deberá acreditar ingresos familiares iguales o inferiores a dos (2) SMLMV ($1´562.484)”. Lo que evidentemente no cumplen los residentes del edificio Bernalejas porque pertenecen al estrato cinco.

Por ahora los residentes se han unido para presentar acciones legales por lo que consideran que es una injusticia y esperan que la administración les brinde el apoyo que requieren.

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La cifra

Los apartamentos de Bernalejas tenían un costo comercial de $285 millones.

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La frase

“Deben existir leyes y si no que se creen para que en un momento de tragedia exista ayuda proporcional al estrato de las víctimas», María Eugenia Aguilar, propietaria de un apartamento en el edificio Bernalejas.

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