A las 4:00 p.m., del lunes 26 de febrero de 2018, era la cita. En el aeropuerto José María Córdova de Rionegro todo estaba dispuesto para la inauguración de una nueva ruta. Se trata del vuelo de Latam directo entre Medellín y Lima.
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En la sala de espera había una estación decorada con los colores y sabores de Perú, entre los que sobresalían los bordados tradicionales de los indígenas, característicos por los colores fuertes y brillantes; y el pisco sour, el licor típico del país. Esta era apenas una pequeña muestra de lo que a pocas horas se estaría por descubrir.
A las 6:55 p.m. despegó el avión Airbus 319, con capacidad para 144 personas, era el primer vuelo de Latam que salía de la capital antioqueña con destino a Lima. Cerca de tres horas duró el trayecto. Se cumplió el itinerario como estaba establecido y sobre las 10:00 p.m. aterrizamos en Lima. Fue un vuelo impecable, cumplido y sin ninguna novedad.
La primera sorpresa del viaje fue en la zona de llegadas del aeropuerto Internacional Jorge Chávez, donde se aglomera una gran cantidad de personas con globos, flores y pancartas para darle la bienvenida a su ser querido. Desde ese instante se empieza a conocer la calidez del peruano.
La terminal aérea está ubicada en la municipalidad de El Callao, a 40 minutos del distrito de Miraflores, nuestro destino. Aunque el tráfico es pesado, como en todas las capitales del mundo, los conductores no conducen a grandes velocidades y durante la visita no fuimos testigos de ningún choque o incidente de tránsito.
Descubriendo Lima
La mayoría de los colombianos reconocen a Lima como la capital de Perú. Saben que está ubicada en el sur del continente Americano. Que es una ciudad que está sobre el nivel del mar y que su gastronomía ha logrado un gran reconocimiento internacional.
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Sin embargo, de inmediato e inevitablemente, se hace referencia a la imagen que por años se construyó a través de los programas populares de Laura Bozzo, una imagen que desdibuja la realidad y que merece ser eliminada de la memoria.
Lima es considerada una joya en Suramérica y sí que lo es. Su riqueza cultural, sus miles de años de historia, sus contrastes, mezclas y costumbres, la hacen única. Una ciudad que sorprende por su belleza, por la limpieza de sus calles, las flores multicolores presentes en cada rincón, sus modernos edificios, la arquitectura colonial intacta y, sobre todo, la calidez de su gente.
El primer anfitrión fue el señor Carlos Canales, presidente del Buró de Convenciones y Visitantes de Lima, quien nos invitó al Palacio Municipal, uno de los edificios coloniales de la Plaza de Armas, desde donde el Concejo de la ciudad legisla. Ahí mismo está la biblioteca pública, en donde se encuentran libros antiquísimos, obras de arte y piezas patrimoniales.
Canales reveló que por muchos años a Lima no se le había dado el valor que tiene y que apenas “hace 10 años estamos despertando a Lima como la ciudad que es. Una capital virreinal, una capital preinca e inca, que está llena de restos arqueológicos y que es toda una joya”.
Destacó que a solo tres horas hacia el norte de Lima está la cultura más antigua de las Américas, con más de 5000 años de antigüedad, que estaría a la par de la Babilonia. Se trata de la cultura Caral, que según los registros se desarrolló entre los años 3000 y 1800 antes de Cristo.
Al sur de la capital se encuentran las líneas de Nazca, en la zona de Pisco, que son cientos de figuras que van desde diseños simples hasta las más complejas, con formas de animal, de plantas y geométricas, que están sobre la superficie terrestre. Para observarlas se realizan sobrevuelos para que los turistas y visitantes puedan apreciar su dimensión.
Una de las particularidades de Lima es que es una ciudad en donde nunca llueve, hasta el punto que sus habitantes se asustan cuando se presentan pequeñas precipitaciones. El clima es templado pero predominantemente nublado, la temperatura más baja puede ser de 13 grados centígrados y la más alta de 30 grados, pero con una humedad alta.
“Somos la ciudad más importante de un desierto, después del Cairo. Tenemos aproximadamente 11 millones de habitantes. Es una ciudad bastante larga, que atravesarla puede durar fácilmente tres horas. Además, está bañada por el océano pacífico y todo esto la convierte en un tesoro para la humanidad”, agregó Canales.
Desde el balcón del Palacio Municipal se observa en plenitud la Plaza Mayor o Plaza de Armas de Lima, en donde el imponente estilo español predomina. En el centro se encuentra una fuente rodeada de hermosos jardines. Alrededor está la Catedral de Lima, el Palacio de Gobierno de Perú, el Palacio Arzobispal y El Club de la Unión.
Desde allí se observa a los cientos de turistas que de distintos lugares del mundo han llegado a visitar el corazón de Lima y sus propios habitantes, que caminan sin prisa, disfrutan de un helado o de una chicha morada, otra de las bebidas tradicionales.
Caminar por las calles del centro es muy seguro, casi que en cada cuadra se puede observar a un uniformado de la Policía Nacional. Además, siempre hay agentes de tránsito presentes en las principales intercepciones y curiosamente la mayoría que se cruzaron en nuestro camino, eran mujeres.
Los limeños aprecian a los turistas, son cordiales, amables, respetuosos y muy buenos anfitriones. Están dispuestos a dar las mejores recomendaciones de acuerdo a los intereses de los visitantes.
La gastronomía
Lima en los últimos cinco años se ha posicionado como la capital gastronómica de las Américas, eso ha sido gracias a los innumerables premios que han recibidos los cocineros peruanos alrededor del mundo. “La comida peruana es fusión, es un crisol de mezclas de comida”, dijo Canales.
La riqueza de microclimas del país permite la gran diversidad de productos que son los insumos principales para la gastronomía. Platos llenos de color, textura y sabor, que son el resultado de una fusión de diferentes cocinas y culturas.
Fuimos invitados a Urban kitchen, un lugar en el que la cocina es participativa, donde el que no cocina no come, tal y como afirmó Ignacio Barrios, el chef y creador de este concepto innovador.
Al entrar lo primero que se encuentra es la cocina, una isla central en donde hay dos estufas industriales de color negro y una enorme campana plateada. Alrededor hay cerca de 12 puestos, cada uno tiene una tabla blanca y un cuchillo, encima reposa el ingrediente con el que el participante deberá aportar a la creación del plato.
Se trata de una experiencia completa, en donde se aprende de historia, de cocina y al final se disfruta comiendo. El menú típico peruano elegido fue una entrada de ceviche de pescado y como plato fuerte un Lomo saltado.
El Chef le explica a cada uno de los participantes qué debe hacer con el ingrediente que le tocó, mientras cuenta la historia de los insumos vegetales que se necesitan para la preparación de los platos y que se producen gracias a los más de 80 microclimas que tiene el país.
Fue una experiencia única, donde el paladar fue el ganador. El Chef reveló trucos y secretos para lograr el toque perfecto en la preparación de los platos tradicionales y confirmó el por qué la cocina peruana ha logrado posicionarse como una de las mejores en el mundo.
Indudablemente Lima es un destino por descubrir, una ciudad que enamora de principio a fin.
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Vuelos
La ruta Medellín – Lima de Latam tendrá tres frecuencias a la semana los días lunes, miércoles y viernes.
Los aviones serán Airbus 319 con capacidad para 144 pasajeros y operados por Latam APerú.
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