Varios miembros de San Antonio de Prado, un corregimiento con más de 150 mil habitantes, se han organizado para expresar el impacto negativo para el medio ambiente y para la comunidad que representaría la reapertura del relleno El Guacal.
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“El parque industrial El Guacal, que de industrial no tiene nada; terminó siendo un botadero de basura a cielo abierto a más de 2000 metros de altura, donde hay afloramientos de agua, claros e identificados; que se convirtió en un nevado de plástico, que llevó a que la autoridad ambiental Corantioquia lo sancionara en 2 mil millones de pesos” afirmó Bernardo Alejandro Guerra, concejal del partido Liberal en la resiente plenaria en el Concejo de Medellín.
La situación actual tiene sobre la mesa la posibilidad de reapertura de El Guacal en el vaso central, luego que el vaso norte se llenara; sus principales promotores son la Gobernación de Antioquia y el municipio de Envigado.
Las conclusiones de las comisiones en el 2015 son claras, según indicó Guerra “las comunidades no quieren más Guacal en ese sector del departamento de Antioquia, donde se deposita basura de 26 municipios del departamento”.
El Concejal destacó que es ilógico que mientras en el municipio de Medellín promueve el Parque Arví, que cuenta con una gran cantidad de visitas de extranjeros que llegan para conocer la biodiversidad en la ladera oriental, “en la ladera occidental del Valle de Aburrá, en el municipio de Heliconia se promueva por las autoridades ambientales, a esa altura, un relleno sanitario”.
Por su parte el concejal por el partido de la U, Ramón Emilio Acevedo dijo que “lo que se licenció como un parque industrial terminó en un botadero de basura a cielo abierto en un páramo, contaminando las fuentes hídricas de donde se toma el acueducto para una población de más de 130 mil personas que es San Antonio de Prado, y la población de Heliconia. El objetivo es acompañar a la comunidad y decirle a quienes pretenden volver a reabrir el Guacal, No más Guacal”.
Alejando González, director de Corantioquia expresó que “es comprensible que nadie quiere de vecino a un relleno sanitario, pero la pregunta que nos tenemos que hacer cada uno como ciudadano es si no es a un relleno sanitario ¿cuál es el manejo que le vamos a dar a las más de 2 mil toneladas que producimos aquí en Medellín?”.
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González dijo que todos los rellenos sanitarios generan impactos ambientales fuertes y la normatividad lo reconoce, razón por la cual se exige una licencia ambiental a ese tratamiento.
“Cuando se licenció El Guacal no existía el DMI (Distrito de Manejo Integral), el DMI se abordó de manera posterior por Corantioquia a través del acuerdo 327 del 2009, es decir, cuando se licenció en el 2005 El Guacal, no estaba declarada como área protegida, ahora sí” afirmó el funcionario.
González aclaró que un relleno sanitario en medio de un Distrito de Manejo Integral tendrá que presentarle a la autoridad ambiental unos estudios de características muy diferentes a como si se ubicara en un sitio cualquiera.
Yuli Andrea Londoño, líder del movimiento ciudadano ‘No más Guacal’ dijo que “la postura de Corantioquia no es clara, si bien ellos no han recibido hasta el momento ningún tipo de solicitud por parte de Envigado para la modificación de la licencia; si nos hubiese gustado escuchar más una posición más concreta de que no van a permitir la reapertura de este daño ambiental tan grande”.
Londoño agregó que la preocupación actual son las negociaciones que adelanta el municipio de Envigado con el alcalde de Heliconia a quien le “manifiestan que es una muy buena estrategia al reabrir El Guacal porque lo hacen desde un punto económico y no desde un aspecto ambiental; eso nos preocupa bastante porque realmente las condiciones ambientales del lugar no son óptimas».
“Nosotros queremos llegar a la revocatoria de la licencia por parte de Corantioquia y que se nos garantice que no se realizará la reapertura de El Guacal” puntualizó la ciudadana.
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