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Claudia Urrego: “Yo soy más que una mama, yo necesito vivir, yo quiero vivir”

Desde hace 13 años se ha enfrentado tres veces contra el cáncer, ha sentido morir, pero está segura que Dios le tiene una misión en la vida y aún no la ha cumplido.

Claudia Patricia Urrego, antes del 2002 tenía una vida normal, estaba casada, su esposo era farmacéutico, llevaban 5 años de matrimonio y estaban buscando un embarazo, la idea de tener una familia la habían guiado hacía el médico que posteriormente sería su médico de cabecera.

El primer cáncer que le diagnosticaron fue el de mama, con el que aprendió todo lo que sabe de los derechos de los pacientes, tuvo que aceptar ser mastectomizada y esperar mutilada, hasta ganar una tutela contra la EPS y poder tener una reconstrucción.

Sobrellevó una separación matrimonial, enfrentó una reaparición del cáncer en los ganglios axilares, los cuales le fueron extraídos en cirugía y finalmente enfrentó el cáncer en los Pulmones.

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Aquí esta su historia:

Nunca me hacía un autoexamen, hasta que un día de septiembre del 2002 por cosas de Dios, al llegar a mi casa, me puse mi pijama y me dio por tocarme la parte baja del seno izquierdo, fue como si Dios me hubiese dicho: ve y tócate allá que hay algo.

Mandé mi mano y sentí una bolita, de una vez le mostré al que era mi esposo en ese entonces, recuerdo mucho que por esa época en televisión pasaban una propaganda en la que salía una mujer diciendo: Las quiero más grandes; otra, las quiero más chicas y otra, las quiero volver a tener.

Pensé, Dios mío qué es esto, le mostré al que era mi esposo y me dice: no me gusta. Tienes que pedir una cita cuanto antes, para que te hagan todos los exámenes y se descarte que sea un cáncer, él de una vez lo asoció por su profesión. Empecé un proceso de exámenes y varios estudios, en mes y medio me diagnosticaron el cáncer de seno.

En esa época el médico general no podía ordenar exámenes, si no que debía remitir al ginecólogo, que era el que podía hacerlo, en ese proceso me demoré cerca de 20 días. Cuando me realizaron la ecografía me sugirieron hacerme la biopsia y en el resultado salió el diagnóstico de cáncer de mama.

Empiezo mi proceso, pero viene un panorama muy oscuro por el simple hecho de que a uno le digan: tú tienes cáncer, la mera palabra cáncer es devastadora, entra en uno en pánico, terror, siente que la muerte está cerca, sin embargo uno dice: no, vamos a seguir.

Mi caso es el único de cáncer en mi familia y espero que sea el último también, somos mis papás y 6 hermanos entre todos somos 3 mujeres y 4 hombres, vivíamos una situación compleja. Un hermano mío había fallecido a principios del año.

Cuando yo recibí el diagnóstico, lo primero que pensé fue en mi mamá, ¿cómo le digo a mi mamá?, esta es una enfermedad que no es sólo de uno sino de toda la familia, ¿cómo le cuento a mis hermanos?. Pensaba la manera de que esto no fuera tan difícil.

El proceso de la biopsia fue rápido, pero el resultado se demoró mucho, yo pedía cita con el médico general a las 6:45 a.m. cada día y llamaba a preguntar si ya estaba el resultado de la biopsia, si me decían que no, llamaba otra vez y aplazaba la cita, yo buscaba que una vez con el resultado en la mano ir al otro día a primera hora donde el médico a que me revisara. Fueron 15 días de espera y toda mi familia era pendiente del resultado.

Un día llamé y me dijeron que sí, le pedí al que era mi esposo que si podía ir a recogerlo, le dije que atendían sólo hasta las 4 de la tarde. Como a las 3:30 p.m. pasadas lo llamé a preguntarle cómo había salido y me dijo: no, se me olvidó, no he podido ir.

A mí me dio mucha rabia, le dije que si era que no le importaban mis cosas. Llegué furiosa a la droguería y cuando yo llego lo veo con una cara de tragedia indescriptible, y él me vio y lo único que hizo fue ponerse las manos en la cabeza y halarse el pelo, como diciendo: yo qué le digo.

Cuando yo lo vi a él, le dije: sé que tienes el resultado y que no está bueno, él me miró, se le aguaron los ojos, dijo: sí y me lo entregó. Yo lo estaba abriendo, me dijo: no te puedes adelantar hasta que no hablemos con el médico, tu no entiendes eso. Le dije: cómo que no entiendo, déjame yo miro, lo leí y decía: carcinoma ductal infiltrante grado 3b. Hay conceptos que uno no conoce, pero carcinoma es cáncer. Obviamente me quedé en silencio.

La droguería queda a la vuelta de la casa de mi mamá, cuando llegué a la casa abrí la puerta, salió mi mamá y mi hermana mayor, les entregué el sobre, les dije el resultado salió malo. Mi mamá me dijo: ¿cómo así que malo?, ella no entendía. Mientras que mi hermana que todos los días me preguntaba por el resultado, entendió de inmediato, se puso la mano en la cara. Con la voz entrecortada les dije: tengo cáncer.

Es un dolor muy grande y ese momento no lo puedo olvidar, porque lo que menos quiere uno es causarle dolor a la familia. Yo le pedí a Dios que me diera valor, les dije que al otro día tenía la cita con el médico y que haría todo lo que fuera necesario.

Al día siguiente fui a la cita a las 6:45 a.m. con mi médico de cabecera, mi exesposo me acompañó, el doctor dijo: es difícil pero yo sé que lo vas a lograr, hay mucho por hacer, pero lo primero que voy a hacer es mandarte donde el médico, yo voy a intentar de una vez entregarte las órdenes. El medico fue uno de los ángeles que Dios me puso en el camino.

Empecé mi tratamiento en el Instituto de cancerología, allá me ordenaron varios estudios más para la cirugía y otras citas con otro especialista, entre ellos la cirujana plástica oncóloga porque me hacían mastectomía total.

Cuando tuve la cita con la cirujana, me dijo que era candidata a una reconstrucción inmediata porque me harían mastectomía total, pero al reclamar las autorizaciones en mi EPS, me ordenaron todo menos la prótesis para la reconstrucción, al final no me pude hacer la reconstrucción, hablé con el cirujano y le dije: yo tengo claro que tengo un cáncer que si no me lo tratan me mata, hágame la cirugía que para la reconstrucción Dios proveerá. Yo soy más que una mama. Yo necesito vivir, yo quiero vivir.

La EPS me la negó porque era artículo estético suntuoso, quedé con mi cuerpo mutilado, por un buen tiempo, hasta que pude hacerme la reconstrucción.

Era una mujer relativamente joven, tenía 34 años y en ese entonces no había tanta incidencia en mujeres jóvenes, entonces cada que diagnosticaban una mujer joven hablaban de muy mal pronóstico y los procesos eran muy radicales, los tratamientos eran muy agresivos, entonces era mujer con cáncer de mama, mujer mastectomizada. Hoy por hoy las cirugías son más conservadoras.

Después de la cirugía, me remiten al oncólogo porque me habían hecho vaciamiento ganglionar, es decir que me habían quitado los ganglios axilares, y uno había salido con compromiso metastásico, es decir ya el cáncer se estaba moviendo para otras partes del cuerpo, a raíz de eso me tuvieron que hacer quimioterapia.

Para proceder con la quimioterapia debía realizarme dos exámenes que eran las pruebas de estrógeno y progestágeno que en ese entonces se hacían por separado, hoy los realizan al tiempo con la biopsia, porque son necesarias para definir el esquema del tratamiento.

La EPS cuando voy por la autorización, me informa que sólo uno estaba en el plan obligatorio de salud pero el otro no, yo averigüé para hacérmelos particular y encontré que hacer uno o los dos valía lo mismo, conseguí la plata y me los hice.

Yo estaba en un proceso de Tutela por la negación de la prótesis y se demoró aún más porque me tocaron las vacaciones de los juzgados. Al final falla la Tutela a mi favor y la EPS me devuelve el pago de los exámenes.

Investigando aprendí mucho, por ejemplo que cuando uno paga Salud tiene derechos. Todos hacemos aportes a la salud, pero no sabemos a qué tenemos derechos ni lo que cubre hasta que se enfrenta una enfermedad, mal llamada de alto costo, que así se tenga una capacidad económica muy buena, no se alcanzan a cubrir los tratamientos, yo he tenido meses en los que mis tratamientos mensuales cuestan 21 millones de pesos, así que no hay bolcillo que aguante.

Vale la pena, la vida de un ser humano no se mide en dinero, el simple hecho de ser un ser viviente, merece vivir y sólo Dios sabe hasta cuándo y cuál es la misión que tenemos, no podemos pensar que el cáncer es una enfermedad mortal y que los costos son muy altos.

El 12 de mayo del 2003 terminé el tratamiento, seguí en mis controles cada 3 meses.

En Junio me remitieron al Hospital San Vicente de Paul, empecé mis controles, en el segundo que tuve, le dije al doctor: yo me siento una bolita en el cuello. Me habían hecho la biopsia y tuve que ir al laboratorio de patología a recoger el resultado antes de entrar a la cita, en el pasillo abrí el sobre y leí: biopsia positiva para carcinoma.

Con los ojos aguados le dije: me reapareció el cáncer, en la cita el doctor me dijo que me remitía para oncología. Una vez con la doctora, me dijo que prefería una cirugía, para sacarlo, porque era una progresión del cáncer de mama.

Inicié otro tratamiento en noviembre, lo terminé en abril del 2005, ese año la EPS me quería sacar del hospital por costos. Me cancelaron mi tratamiento y a los dos meses me diagnosticaron múltiples metástasis pulmonares, el cáncer progresó a los pulmones, a raíz de eso, tome la decisión de crear una fundación para pacientes, porque ya había aprendido mucho.

Para mi había sido muy difícil el proceso y empecé a ayudar a la gente, en el 2009, me vuelven a diagnosticar progresión del cáncer, recibí tres esquemas de quimioterapias y terapias complementarias y hoy en día estoy completamente sana«.

Actualmente Claudia es la directora de la única fundación especializada en apoyar a las mujeres con Cáncer, Fundayama.

Asesorías y grupos de apoyo para el cáncer en Medellín

Instituto de cancerología Presta el servicio de oncología médica, radioterapia, cirugía oncológica, soporte oncológico a través de grupos de apoyo. Realizan actividades para mujeres con cáncer de mama en las que realizan donaciones de pelucas. La atención se realiza a través de IPS y EPS, además de tener atención internacional. Dirección: Cra. 70 No. 1 -135. Torre 5. Teléfono: 3409393

Clínica Astorga es una Institución Prestadora de servicios en Salud “IPS”, de III nivel de complejidad, destinada a la prestación de Servicios especializados en Oncología Clínica, Hematología Oncológica, Radioterapia. Cuentan con un grupo de apoyo interno para pacientes, hay planes de detección precoz en alta sospecha, programa de atención integral del cáncer, soporte en procesos administrativos y asesoría farmacológica, entre otros. Dirección: Calle 8 Nº 43C -101. Teléfono: 326 60 00 

Hospital Pablo Tobón Uribe La Unidad de Cancerología del Hospital Pablo Tobón Uribe, apoya a las mujeres en la prevención, diagnóstico y tratamiento del Cáncer de mama. Un grupo de especialistas de diferentes disciplinas se dedica a la atención de las pacientes.  Para destacar, el  hospital Pablo Tobón Uribe cuenta con un médico especialista en cirugía de mama y tejidos blandos y un grupo de apoyo para mujeres con cáncer  y  sus familias, llamado Momentos de Vida. Dirección: Calle 78 B #69-240. Teléfono: 445 9000  

Medicancer La Asociación Medellín de Lucha contra el Cáncer, Medicáncer es una  entidad sin ánimo de lucro, afiliada a la Liga Colombiana de Lucha contra el Cáncer, cuyo propósito es la prestación de servicios de oncología, desde los niveles básicos de atención; la promoción de la salud, la prevención de la enfermedad, el diagnóstico temprano, hasta el tratamiento y acompañamiento al paciente y su entorno familiar.  Dirección: Carrera 51 D N° 67-60. Teléfono: 4484411

Fundayama conformación de grupos de apoyo y espacios de encuentro para compartir experiencias (testimonio) de vida. Conferencias, charlas, talleres, foros y brigadas de sensibilización, para crear conciencia, informar y educar al paciente, su grupo familiar y/o acompañante en aspectos relacionados con la enfermedad o sobre mínimas herramientas que basadas en la experiencia pueden mejorar la calidad de vida de la persona con cáncer de mama, su grupo familiar y/o acompañante. Dirección: Calle 58 N° 39-52 Teléfono: 4482072

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