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Porque no ve «una razón real» para dejar de utilizarlo, el rector de la Universidad Industrial de Santander, Álvaro Ramírez, se negó a devolver un carro de 140 millones de pesos que fue comprado con dineros de la institución educativa y asignado a su oficina.
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El caso había sido denunciado la semana pasada por los profesores de la misma universidad, quienes consideraron desproporcionado el gasto en una camioneta marca Audi adquirida con dineros públicos, máxime cuando la orden del Gobierno (por medio del ministerio de Educación) es ahorrar en lo que más se pueda.
Tras conocerse el caso, la ministra de Eduación Gina Parody indicó que “un rector de una universidad pública colombiana no está para andarse comprando carros lujosos último modelo. Yo soy miembro de ese consejo directivo y vamos a citar para hacer una revisión y un examen porque aunque haya sido legal es un pésimo precedente y un pésimo uso de los recursos públicos cuando estamos necesitando recursos para la educación pública y educación superior”.
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Sin embargo, ante los cuestionamientos, Ramírez se niega ahora a devolver el vehículo. El rector dijo que la compra se hizo porque el antiguo vehículo presentaba problemas técnicos y mecánicos y que el nuevo se había escogido siguiendo unas especificaciones que deben tener todos los carros para la seguridad de máximo directivo del plantel.
“Yo sí preví que el nombre Audi podría causar escozor porque está asociado con ostentación, pero el carro que se compró es de baja gama, no de alta. Yo solicité a la empresa que nos vendieran otro carro que no fuera ese, pero finalmente no se pudo cambiar”, indicó el funcionario en declaraciones al diario El Tiempo.
“El vehículo seguirá funcionando para el servicio de la rectoría como siempre se ha hecho”, agregó.
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